El Lliure acaricia su otra casa
La sede hist¨®rica de Gr¨¤cia, en obras, reabrir¨¢ la pr¨®xima temporada
Hay que hacer un esfuerzo y acudir tanto a la memoria como a la nostalgia para evocar hoy el aspecto del m¨ªtico Lliure de Gr¨¤cia. El escenario engrandecido por el arte de Fabi¨¤ Puigserver y el resto del equipo de fundadores est¨¢ ocupado ahora por actores de una disciplina bien distinta. Una cuadrilla de operarios con casco consolida estructuras, repica paredes y levanta muros aislantes en el lugar donde en tiempos se invocara a Ch¨¦jov, Strindberg, Shakespeare y Goldoni. Pero aunque todo aparezca ahora patas arriba, en realidad ya empieza a percibirse el final de este atolladero que habr¨¢ mantenido cerrado el teatro durante seis a?os. Las obras de reforma han llegado ya a su ecuador. La sala volver¨¢ a abrir sus puertas a lo largo de la temporada 2009-2010.
La emblem¨¢tica escalera, punto de encuentro del p¨²blico, se mantiene
La intervenci¨®n era urgente porque, en su antiguo estado, el Lliure de Gr¨¤cia no pod¨ªa mantener su actividad. No se ajustaba a la normativa de accesibilidad y seguridad. Por eso cerr¨® sus puertas, sin saber entonces cu¨¢ndo volver¨ªa a abrirlas. El Ayuntamiento se negaba a subvencionar las obras en un equipamiento privado, propiedad de la Cooperativa Obrera La Lleialtat. Pero ¨¦sta acab¨® cediendo el edificio a la fundaci¨®n del Lliure, que contrat¨® una hipoteca para sufragar parte de la reforma. Desbloqueada la situaci¨®n, el Consistorio le destin¨® 500.000 euros de la partida recibida por el Estado en su condici¨®n de capitalidad cultural.
Este dinero, que en conjunto superaba el mill¨®n de euros, serv¨ªa tan s¨®lo para financiar la primera de las dos fases programadas para las obras. Y en tales condiciones se iniciaron, en enero de este a?o, a partir del proyecto realizado por el arquitecto Francesc Guardia. Sin embargo, desde entonces el panorama ha cambiado a mejor. Las aportaciones extraordinarias del Ayuntamiento, la eliminaci¨®n de la prorrata del IVA y el incremento de recursos por parte de la fundaci¨®n han permitido reunir tambi¨¦n el importe necesario para la segunda fase. "En realidad, no habr¨ªa sido posible abrir el teatro hasta completar las dos, cuyo coste global es de tres millones de euros", se?ala ?lex Rigola, director del Lliure.
Rigola no puede evitar un comentario orgulloso mientras sube los escalones que dan acceso a la sala. Las necesidades de hacer que el espacio fuera totalmente accesible exig¨ªan un ascensor. El proyecto inicial afectaba a la escalera de piedra, "aut¨¦ntico punto de encuentro de los espectadores a la entrada y a la salida de cada funci¨®n". Finalmente, qued¨® indultada porque el elevador se ubicar¨¢ en el antiguo vest¨ªbulo, ahora un poco m¨¢s peque?o. No parece que el director vaya a tener tanta suerte en una cuesti¨®n est¨¦tica, por la que en cualquier caso piensa plantar batalla. Repicando las paredes apareci¨® la estructura original, de ladrillo visto. No hay unanimidad sobre la decisi¨®n de conservarlo o cubrirlo de nuevo.
Para Rigola no se trata de un capricho est¨¦tico, sino de respetar la solera de un edificio cuyas obras se han planteado justamente con este esp¨ªritu: actualizarlo sin traicionar su esencia. La intenci¨®n es que, cuando el p¨²blico veterano acceda de nuevo a la sala, tenga la sensaci¨®n de estar en el recinto original (eso s¨ª, sin los antiguos balcones, que produc¨ªan grietas estructurales) aunque con la cara lavada. Por eso no quedar¨¢n a la vista las intervenciones m¨¢s importantes, como la insonorizaci¨®n, la impermeabilizaci¨®n de la cubierta y la renovaci¨®n de las instalaciones el¨¦ctricas.
Entre las mejoras destaca la actualizaci¨®n de la tramoya, que se ha ampliado considerablemente para que los t¨¦cnicos puedan maniobrar con mayor desenvoltura. Tampoco ser¨¢ ya necesario cargar a peso, por el hueco de la escalera, las escenograf¨ªas de los espect¨¢culos. Un montacargas se ocupar¨¢ de este pesado trabajo. Si todo funciona seg¨²n lo previsto, en algo m¨¢s de un a?o estar¨¢ ya a pleno rendimiento.
Un teatro con dos sedes
La sala Fabi¨¤ Puigserver y el Espai Lliure concentran actualmente la actividad del teatro. Cuando se recupere la sala de Gr¨¤cia, el Espai Lliure volver¨¢ a la funci¨®n de local de ensayo con que fue concebido. Mantenerlo para la exhibici¨®n de espect¨¢culos supondr¨ªa un incremento exponencial en el presupuesto del teatro. De este modo, el Lliure ser¨¢ un teatro con dos sedes, algo que no es raro en Europa: tambi¨¦n el Piccolo de Mil¨¢n y la Volksb¨¹hne berlinesa tienen salas separadas. La de Gr¨¤cia ser¨¢ una sala de formato medio para un m¨¢ximo de siete actores "de las que Barcelona est¨¢ necesitada", opina Rigola. Tendr¨¢ un aforo de unas 250 butacas y la misma versatilidad de la original: el escenario podr¨¢ colocarse a la italiana y tambi¨¦n a dos, tres y cuatro bandas. Rigola opina que ser¨¢n fundamentalmente sus dimensiones las que marquen el tipo de espect¨¢culos de la programaci¨®n. All¨ª se presentar¨¢n los que necesiten de una mayor proximidad con el p¨²blico, y tambi¨¦n el ciclo Radicals, reservado a las propuestas m¨¢s innovadoras y experimentales. "Gr¨¤cia mantendr¨¢ la filosof¨ªa artesana del Lliure de Fabi¨¤ Puigserver", asegura el director.
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