Ir¨¢n, calvario en a?o electoral
La bajada del petr¨®leo augura m¨¢s inflaci¨®n, m¨¢s paro y m¨¢s pobreza
Durante los tres ¨²ltimos a?os Ir¨¢n, cuarto productor de petr¨®leo del mundo, ha obtenido ingresos millonarios gracias a los elevados precios del crudo. Sin embargo, ese man¨¢ no s¨®lo no ha llegado a las mesas de los iran¨ªes como prometi¨® el presidente Mahmud Ahmadineyad, sino que su mala gesti¨®n ha elevado la inflaci¨®n y empobrecido al pa¨ªs.
Ahora, la ca¨ªda en la cotizaci¨®n del barril ensombrece 2009 y convierte la crisis econ¨®mica en un factor pol¨ªtico decisivo ante las elecciones presidenciales de junio. La reducci¨®n de ingresos va a obligar a los iran¨ªes a apretarse el cintur¨®n. Todav¨ªa m¨¢s.
"Aunque el 36% de los 700.000 millones de d¨®lares que el petr¨®leo ha reportado a Ir¨¢n desde la revoluci¨®n de 1979 se han ingresado durante el mandato de Ahmadineyad, las tasas de inflaci¨®n y el desempleo son m¨¢s altas que nunca", ha denunciado Mohsen Mirdamadi, secretario general del reformista Frente de Participaci¨®n, con un claro objetivo electoral. Pero no son s¨®lo los reformistas. Incluso en el campo conservador se acusa al presidente de haber despilfarrado esos ingresos, en lugar de emprender las reformas necesarias.
Se acusa al presidente de haber despilfarrado los ingresos del crudo
En las calles de Teher¨¢n empieza a haber iran¨ªes que piden limosna
Ahmadineyad, que sin duda aspira a un segundo mandato, reconoci¨® por primera vez el pasado diciembre que la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo estaba da?ando la fr¨¢gil econom¨ªa iran¨ª. Todo un cambio despu¨¦s de meses de negar lo evidente. Primero, calific¨® las sanciones internacionales de "trozo de papel arrugado". En septiembre, desestim¨® los efectos de la crisis econ¨®mica mundial como un problema de Estados Unidos. Y dos meses m¨¢s tarde, cuando el barril de petr¨®leo se acercaba a los 50 d¨®lares, asegur¨® que a Ir¨¢n no le afectar¨ªa incluso si bajaba a cinco.
"Es una locura, ?si extraerlo nos cuesta nueve!", se escandaliza un hombre de negocios. Adem¨¢s, el petr¨®leo proporciona a Ir¨¢n el 80% de sus ingresos en divisas y cubre el 60% de sus gastos. Seg¨²n el Fondo Monetario Internacional, el pa¨ªs afrontar¨¢ un d¨¦ficit presupuestario por debajo de los 90 d¨®lares el barril. Su propio Banco Central rebaja esa cifra hasta los 60, pero tambi¨¦n advierte del riesgo de una importante crisis econ¨®mica. Y ese umbral se cruz¨® el mes pasado.
De acuerdo con varios analistas, si Ir¨¢n no quiere verse en n¨²meros rojos tendr¨¢ que reducir el gasto p¨²blico, imprimir m¨¢s moneda o endeudarse. Todas las opciones plantean dificultades dado que las econom¨ªas dom¨¦sticas se encuentran ya al l¨ªmite de sus posibilidades, la inflaci¨®n supera el 25% y las sanciones internacionales por su programa nuclear hacen improbable su acceso a los escasos fondos disponibles en los mercados financieros. De momento, Ahmadineyad parece haber optado por recortar gastos.
"En caso de planear el presupuesto del pr¨®ximo a?o a 30 d¨®lares por barril, tendremos que abandonar la mayor¨ªa de nuestros proyectos; aun as¨ª, estamos obligados a fijarlo entre 30 y 35 d¨®lares porque nosotros no decidimos el precio del petr¨®leo en el mercado mundial", declar¨® durante la entrevista televisada en la que por primera vez admiti¨® que la crisis mundial estaba afectando a Ir¨¢n. Aun as¨ª, insisti¨® en que su Administraci¨®n tiene capacidad de controlar el da?o y mantendr¨¢ las ayudas en efectivo a los pobres, una de las promesas que le ayudaron a ganar la presidencia en 2005.
Sin embargo, unos d¨ªas antes, cuando el Parlamento aprob¨® preparar los pr¨®ximos presupuestos sobre la base de 45 d¨®lares el barril, Mohammad-Reza Tabesh, uno de los miembros de la Comisi¨®n de Planificaci¨®n y Presupuesto, advirti¨® de que eso equival¨ªa a reducir un 25% todos los gastos e inversiones. ?En qu¨¦ va a traducirse ese recorte?
La mayor¨ªa de los observadores coinciden en que lo m¨¢s probable es que se congelen las inversiones en infraestructuras p¨²blicas y que se reduzcan los subsidios, en especial a los carburantes. En el primer caso, los iran¨ªes ver¨¢n multiplicarse durante 2009 los cortes de agua, electricidad y gas que ya vivieron durante el a?o pasado. En el segundo, muchos economistas temen que la inflaci¨®n llegue al 50%. Ambas medidas resultar¨¢n impopulares y arriesgadas en un a?o electoral.
En las calles de Teher¨¢n, empieza a haber iran¨ªes que piden limosna, algo inusitado hasta ahora. Seg¨²n el Banco Central, 14 millones de personas, una quinta parte de la poblaci¨®n, viven por debajo del umbral de la pobreza, que ha aumentado significativamente desde la elecci¨®n de Ahmadineyad. Fuentes oficiales han reconocido la p¨¦rdida de 250.000 empleos entre marzo y septiembre. Sin embargo, algunos analistas elevan esa cifra hasta el medio mill¨®n y estiman que, si se utilizan los est¨¢ndares internacionales, el paro est¨¢ m¨¢s cerca del 20% que del 10,6% que admiten las autoridades.
Ahmadineyad ha hecho suyo el "no hicimos la revoluci¨®n para bajar el precio de las sand¨ªas" de Jomeini. Sin embargo, tendr¨¢ que preocuparse de los precios si quiere ganar las elecciones.
?D¨®nde est¨¢ el dinero?
A los iran¨ªes no les cuadran las cuentas. Su pa¨ªs tendr¨ªa que nadar en dinero. Bas¨¢ndose en los datos oficiales, los economistas estiman que ha ingresado 200.000 millones de d¨®lares por ventas de petr¨®leo desde la llegada al Gobierno de Ahmadineyad, m¨¢s del doble que en los ocho a?os anteriores. Sin embargo, el Fondo de Estabilizaci¨®n del Petr¨®leo, la reserva creada para hacer frente a las fluctuaciones de precios, s¨®lo cuenta en el mejor de los casos con 25.000 millones, una cuarta parte de lo que debiera seg¨²n los expertos.
?Ad¨®nde ha ido a parar el dinero? Los m¨¢s cr¨ªticos dir¨¢n que al programa nuclear y a organizaciones ideol¨®gicamente afines como el Hezbol¨¢ liban¨¦s, los partidos chi¨ªes de Irak o las facciones palestinas contrarias a la paz con Israel. Pero esas partidas, sobre cuyo alcance no hay datos, ni son nuevas ni las ¨²nicas millonarias.
Buena parte se va en financiar un generoso sistema de subsidios que incluye no s¨®lo alimentos b¨¢sicos como el pan o la leche, sino un derroche energ¨¦tico que cuesta al Estado 900 billones de riales (unos 98.000 millones de d¨®lares) anuales, seg¨²n revel¨® Ahmadineyad el pasado junio. S¨®lo en importar gasolina ya ha gastado 6.000 millones de d¨®lares en la primera mitad del a?o iran¨ª (de marzo a septiembre) debido a la falta de refiner¨ªas, para luego venderla, como el gas y la electricidad, a precios simb¨®licos.
Pero adem¨¢s, seg¨²n el economista Mousa Ghaninejad, Ahmadineyad ha subvencionado las importaciones de bienes de consumo, que el a?o pasado superaron los 56.000 millones de d¨®lares, un aumento del 50% respecto a tres a?os atr¨¢s. Los escaparates iran¨ªes se han llenado tanto de productos chinos de bajo precio como de art¨ªculos de lujo para los nuevos ricos.
"Es una prueba evidente de que hay mucho dinero en circulaci¨®n", constata un analista europeo. La iron¨ªa es que Ir¨¢n carece de los instrumentos para invertirlo en mejorar su situaci¨®n econ¨®mico-social. Para ello, tendr¨ªa que colocar en el extranjero parte de sus ingresos del petr¨®leo. Sin embargo, las sanciones internacionales por el programa nuclear le impiden hacerlo, y su gasto dentro del pa¨ªs ha causado una inflaci¨®n galopante, que empeora las condiciones de vida de los iran¨ªes. -
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