'Ciberconfesiones' en YouTube
Contar la vida en la Red, un fen¨®meno en alza que ya es objeto de estudio
Cree Ingles se sienta delante de su webcam y graba un v¨ªdeo que despu¨¦s cuelga en el portal YouTube. "Quiero hacer al mundo responsable por ser un culo gordo como soy. Voy a intentar perder peso y lo voy a hacer con vosotros mirando", cuenta la internauta, acomplejada con sus cerca de 130 kilos de peso y que se teleconfiesa, seg¨²n dice ella misma, aconsejada por su psiquiatra. No es el ¨²nico videomensaje en Internet de estas caracter¨ªsticas. En YouTube se puede acceder a cerca de 71.500 entradas al teclear confession y el fen¨®meno es ya materia de estudio para investigadores. Las hay aut¨¦nticas, pero tambi¨¦n verdaderas actuaciones de vloggers (video bloggers) que publican por entregas y tienen miles de visitas.
Las bit¨¢coras ayudan a los ni?os a construir su personalidad
Hay testimonios verdaderos, pero tambi¨¦n grandes actuaciones
Algunos v¨ªdeos tienen m¨¢s gancho que los programas de telerrealidad
Adictos a los refrescos de cola o a morderse las u?as, gays que salen del armario, adolescentes que cuentan secretos, propios y ajenos, y opinan sobre el gobernador de Nueva York, todos miran a c¨¢mara para hablarle a la Red y algunos son comunicadores en potencia con m¨¢s gancho que los programas de testimonios de la televisi¨®n. Para muchos supone la oportunidad de "ser alguien en Internet", opina Karoliina Talvitie-Lamberg, de la Universidad de Helsinki, que ha estudiado estos v¨ªdeos, algunos de los cuales arrastran una retah¨ªla de comentarios a favor o en contra.
Las confesiones en YouTube tambi¨¦n se vuelve en ocasiones en contra del autor, que acaba vapuleado. Matthew Lush -Gaygod en la popular p¨¢gina- aparec¨ªa en uno de sus v¨ªdeos con una bandera del arco iris de fondo y en ¨¦l recomendaba a los homosexuales c¨®mo hacer p¨²blica su condici¨®n sexual. "Esperar a independizaros", comienza a aconsejar sin esconder detalles sobre su propia experiencia. Tiene casi un mill¨®n de visitas, 30 videorespuestas y cerca de 6.000 comentarios. Entre ellos, algunas amenazas de muerte que ¨¦l mismo se encarg¨® de leer con sorna posteriormente.
El joven Lush, que luce un largo flequillo que le cubre la frente y un piercing en el labio, no es un vlogger cualquiera, sino uno de los m¨¢s populares. Se nota que domina el lenguaje del medio y que no improvisa sus apariciones. Como ¨¦l hay otros: Tokenblackchic, que habla por los codos de los secretos de sus amigas y otros asuntos; o Mememolly, por ejemplo, que cuenta que de manera obsesiva se muerde las u?as. De esta ¨²ltima confesi¨®n (Oral fixation), con un punto sensual que la joven pone como gancho, ya se pueden ver hasta parodias en la propia web.
Para los verdaderamente angustiados es una manera de "mostrarle al mundo lo que te pasa desde la intimidad de tu cuarto" porque compartir tiene algo de "terap¨¦utico", se?ala Talvitie-Lamberg. B4mydeath no tiene "mucho que contar", explica en castellano, pero sube v¨ªdeos entonando canciones de variopintos artistas, desde Luis Miguel a Oasis, y no para de recibir peticiones. Solamente el 7% de los usuarios de YouTube producen y cuelgan sus propios contenidos, aunque son internautas muy activos y llegan a generar gran atenci¨®n.
Los m¨¢s precoces se estrenan en la Red con un fotoblog, el primer paso para sumarse con los a?os a Facebook u otras redes sociales. Los internautas m¨¢s j¨®venes (ni?os de entre 12 y 15 a?os) ahora publican tambi¨¦n sus cuadernos de bit¨¢cora, que ellos mismos ilustran con fotograf¨ªas propias o de sus ¨ªdolos, dibujos, emoticonos y tipograf¨ªas especiales. No contienen revelaciones de gran trascendencia en YouTube (ni tampoco tienen su enorme difusi¨®n), pero s¨ª son un juego que les permite construir su personalidad a trav¨¦s de la imagen, resume un estudio sobre este fen¨®meno elaborado por Silvia Burset y Lydia S¨¢nchez, profesoras de Did¨¢ctica de Educaci¨®n Visual y Pl¨¢stica y de Comunicaci¨®n Audiovisual en la Facultad de Formaci¨®n del Profesorado de la Universidad de Barcelona. Ambas participaron junto a cerca de mil investigadores en el congreso internacional sobre comunicaci¨®n Ecrea, organizado por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
Junto al deseo de comunicarse, hay una intenci¨®n est¨¦tica en la construcci¨®n de estas p¨¢ginas, asegura Silvia Burset. Son m¨¢s activas las chicas que los chicos. "Lo que antes recortaban para decorar sus carpetas, ahora lo ponen en el fotoblog, pero adem¨¢s ahora tienen la posibilidad de comunicarse", declara. "Veinte minutos despu¨¦s de salir de clase ya est¨¢n actualizando su p¨¢gina, algunas veces son muy empalagosos, hablan del amor, de lo mucho que se quieren". En algunas webs, se puede ver el proceso de maduraci¨®n. "Mientras al principio ponen fotos de Mickey, con el tiempo cuelgan instant¨¢neas de sus artistas favoritas y ense?an sus piercings. No reflejan c¨®mo son, sino c¨®mo quieren ser", a?ade.
Toda esa exposici¨®n constante en la Red tambi¨¦n est¨¢ fomentando el digital bullying -el env¨ªo de mensajes amenazadores o desagradables a trav¨¦s de la Red-, seg¨²n explica en el mismo foro Petter Brandzaeg, que ha realizado estudios de campo para el grupo investigador Sintef. "La edad de mayor riesgo es de los 15 a los 18 a?os porque tienen m¨¢s ganas de experimentar y entrar en chats o p¨¢ginas donde el usuario es an¨®nimo", dice Brandzaeg.
Un informe elaborado por European Kids Online (eukidsonline.net) sobre los j¨®venes internautas espa?oles se?ala que no perciben que haya ning¨²n peligro, m¨¢s all¨¢ de topar con alg¨²n virus. "Los padres suelen controlar el n¨²mero de horas que sus hijos pasan frente al ordenador, pero no las actividades para las que lo emplean", concluye Matxalen Garmendia, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y una de las autoras del estudio.
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