?Qui¨¦n esp¨ªa el tel¨¦fono del presidente?
Altos cargos y pol¨ªticos intentan compatibilizar la privacidad con la seguridad en sus comunicaciones personales
Cuando Barack Obama tome posesi¨®n como presidente de Estados Unidos el pr¨®ximo 20 de enero tendr¨¢ la potestad de apretar el bot¨®n nuclear, pero seguramente no podr¨¢ pulsar ya las teclas de su BlackBerry ni mandar correos electr¨®nicos desde su cuenta personal. Se lo impedir¨¢ la Ley de Documentos Presidenciales, que establece que todas las comunicaciones del presidente son propiedad del Estado, por lo que Obama tendr¨¢ que refrenar su conocida adicci¨®n al m¨®vil y a los emails.
En Espa?a, las comunicaciones personales de los altos cargos y, en particular, de la Familia Real y del presidente del Gobierno, no est¨¢n restringidas por ninguna ley en concreto, y se mueven en un terreno legislativo ambiguo en el que se entrelazan varias normas: el C¨®digo Penal, la ley de Secretos Oficiales o la ley del Gobierno.
Obama no podr¨¢ usar su BlackBerry ni su 'e-mail' cuando sea presidente
Zapatero hace un uso intensivo del m¨®vil entre sus allegados
La ley prev¨¦ penas para quien revele secretos por imprudencia
El 80% de las filtraciones proceden de dentro de los organismos
Como su hom¨®logo estadounidense, el jefe del Ejecutivo espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, es un obseso del m¨®vil y de los mensajes cortos de texto (SMS), y hace un uso intensivo del celular para comunicarse no s¨®lo ni sobre todo con miembros de su gabinete sino con una red de consejeros ¨¢ulicos, muchos de ellos amigos personales, a los que consulta diariamente sobre los m¨¢s variados temas.
La intercepci¨®n o revelaci¨®n de las comunicaciones personales de altos dignatarios han dado lugar a sonados esc¨¢ndalos. Entre los m¨¢s recientes, los SMS de reconciliaci¨®n que envi¨® el presidente franc¨¦s Nicol¨¢s Sarkozy a su primera esposa, Cecilia Ciganer, ocho d¨ªas antes de su boda con Carla Bruni, o las conversaciones de alto contenido er¨®tico que manten¨ªa el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra con su amante Camila Parker Bowles cuando a¨²n estaba casado con la princesa Diana.
Los expertos se?alan que existen mecanismos t¨¦cnicos suficientes para garantizar el secreto de las comunicaciones, como la firma y el cifrado de los correos electr¨®nicos, el encriptamiento o los barridos de frecuencias para evitar grabaciones. Pero los pol¨ªticos espa?oles hacen poco uso de esas herramientas porque, en general, los medios de comunicaci¨®n nacionales, al contrario de lo que ocurre en el mundo anglosaj¨®n, no airean sus asuntos personales o su vida ¨ªntima por lo que tienen menos presi¨®n para utilizar protocolos seguros que les eviten disgustos.
Desde el Palacio de La Moncloa se quiere guardar un estricto silencio sobre el asunto "porque se trata de un tema muy delicado", seg¨²n se?al¨® un portavoz del gabinete de Presidencia. Zapatero, su jefe, guarda menos recelo como "comunicador". Y es que el presidente es un buen ejemplo de la incontinencia celular.
En momentos pol¨ªticos importantes, como un congreso del PSOE o una crisis de Gobierno, los potenciales interesados mantienen el m¨®vil encendido porque saben que la llamada anunci¨¢ndoles el nuevo cargo en la Ejecutiva o en el Gobierno puede provenir del mismo presidente, que suele realizar las llamadas ocultando el n¨²mero. "Hay que coger todas las llamadas, porque si la pantalla se ilumina con el n¨²mero privado puede ser el presidente", dice un periodista receptor de las llamadas del jefe de Gobierno.
El c¨ªrculo de interlocutores de Zapatero no se constri?e al ¨¢mbito pol¨ªtico. Periodistas, artistas, representantes del mundo acad¨¦mico y ex compa?eros de viaje en su trayectoria pol¨ªtica son receptores de sus SMS o sus llamadas. Entre los asiduos se encuentran el ex secretario de Estado de Comunicaci¨®n, Miguel Barroso; el consejero delegado de La Sexta, Jos¨¦ Miguel Contreras; el soci¨®logo Jos¨¦ Luis Z¨¢rraga; el diputado por M¨¢laga Jos¨¦ Andr¨¦s Torres Mora; el ex presidente de Juventudes Socialistas y consejero de Telef¨®nica, Javier de Paz, y su primo hermano Jos¨¦ Miguel Vidal Zapatero. Pero no s¨®lo el presidente es un entusiasta de los m¨®viles.
Miembros de su gabinete utilizan sus medios de comunicaci¨®n personales para tener una relaci¨®n fluida con todo tipo de personas sobre asuntos que ata?en directamente a sus departamentos. Algunos, como Miguel Sebasti¨¢n, prefieren el contacto directo y su falta de discreci¨®n le ha acarreado alguna cr¨ªtica. Las m¨¢s graves vinieron a ra¨ªz de su relaci¨®n con el presidente de Sacyr, Luis del Rivero, cuando el constructor intent¨® hacerse con el control del BBVA en 2004. El actual ministro de Industria, que entonces era jefe de la Oficina Econ¨®mica del presidente, no ten¨ªa reparo en acudir a los almuerzos que organizaba Del Rivero en la sede del paseo de la Castellana de Madrid y que eran la comidilla de todos los empleados de la constructora, seg¨²n relat¨® a este diario un ex directivo de la constructora.
?Est¨¢ sujeto Zapatero y los componentes del Gobierno a alguna restricci¨®n normativa de sus comunicaciones? La respuesta es que s¨ª, aunque no de forma tan categ¨®rica y precisa como en EE UU. El cors¨¦ m¨¢s importante es el C¨®digo Penal, como apunta Carlos S¨¢nchez Almeida, abogado especialista en delitos inform¨¢ticos y seguridad en las nuevas tecnolog¨ªas. "Todos los art¨ªculos del 598 al 604 del C¨®digo Penal, que hacen referencia a la informaci¨®n sobre Defensa Nacional, tipifican como delito la revelaci¨®n de secretos. El art¨ªculo 601 va m¨¢s all¨¢ y considera delito con pena de c¨¢rcel la revelaci¨®n de informaci¨®n reservada por imprudencia, es decir, que no hace falta que haya mala fe, basta con que se pruebe que ha habido una filtraci¨®n, con penas de prisi¨®n de seis meses a un a?o". Bajo esta consideraci¨®n, por ejemplo, estar¨ªa quien filtrara los documentos que prueban que el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar acept¨® la solicitud de EE UU para hacer escala en Espa?a con vuelos de prisioneros hacia Guant¨¢namo.
La Ley de Secretos Oficiales, original de 1968 y reformada en 1978, obliga a mantener el secreto a toda persona "a cuyo conocimiento o poder llegue cualquier materia clasificada", entendi¨¦ndose por tal los asuntos, actos, documentos, informaciones, datos y objetos que puedan da?ar la seguridad del Estado o comprometan los intereses de la Naci¨®n en materia referente a la defensa nacional, la paz exterior o el orden constitucional. Con la ley en la mano, cualquier allegado del presidente o de un alto cargo est¨¢ obligado a mantener el secreto sobre las conversaciones que mantenga con ellos en torno a "materias clasificadas". El problema radica en saber qu¨¦ se considera "materia clasificada".
Para paliar esa indefinici¨®n, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, acaba de anunciar la reforma de la ley de Secretos "porque las filtraciones debilitan la acci¨®n del Estado y del Gobierno". El jefe de la diplomacia hizo este anuncio tras destituir al c¨®nsul de Espa?a en S?o Paulo (Brasil), Fernando Mart¨ªnez, por la filtraci¨®n del informe reservado sobre el incidente que tuvo el dirigente del PP Alfredo Prada con la polic¨ªa brasile?a, en el que se acusaba a ¨¦sta de represaliar a los turistas espa?oles en respuesta al supuesto maltrato que reciben los brasile?os en los aeropuertos espa?oles.
El anterior presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ten¨ªa un celo especial en que no hubiera filtraciones, sobre todo en asuntos en los que se implic¨® personalmente como la guerra de Irak. As¨ª, cuando convoc¨® el gabinete de crisis a pocos d¨ªas de que se iniciara la invasi¨®n, en marzo de 2003, oblig¨® a los participantes en esas reuniones a que dejaran el m¨®vil personal fuera de la sala donde se celebraba el encuentro, seg¨²n han informado a este diario fuentes pr¨®ximas a aquel gabinete. La medida le debi¨® gustar especialmente a Aznar puesto que la extendi¨® a las reuniones de los Consejos de Ministros. Cada miembro del Ejecutivo ten¨ªa un casillero con su nombre donde deb¨ªa depositar el m¨®vil antes de que comenzara la reuni¨®n.
Tal vez a Aznar le preocupara que alguien grabara las fuertes discusiones que manten¨ªan los miembros de su Gabinete a prop¨®sito de la guerra de Irak. Y es que a diferencia de lo que ocurre en EE UU, las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas y ni siquiera se puede levantar acta de ellas ni mucho menos ser grabadas. As¨ª lo se?ala la Ley del Gobierno de 1997, que constata que en el acta de los consejos s¨®lo pueden figurar exclusivamente, el tiempo, el lugar de la celebraci¨®n, la relaci¨®n de asistentes, los acuerdos adoptados y los informes presentados, pero en ning¨²n caso las conversaciones mantenidas.
Pinchar las conversaciones a trav¨¦s del m¨®vil es una tarea "casi imposible" seg¨²n se?ala Gonz¨¢lez ?lvarez Mara?¨®n, un experto en seguridad del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). "Las comunicaciones por el m¨®vil ya van cifradas en el origen, para evitar que sean intervenidas mientras se transmiten por el aire. Hace unos a?os dos cript¨®logos de un centro de investigaci¨®n israel¨ª consiguieron reventar el algoritmo empleado en los sistemas de telefon¨ªa m¨®vil, pero para pinchar una conversaci¨®n concreta se necesitar¨ªan unos medios t¨¦cnicos y humanos que hacen casi imposible llevarlo a cabo".
En el caso de los correos electr¨®nicos, la inviolabilidad est¨¢ garantizada s¨®lo con tomar dos sencillas medidas de protecci¨®n al alcance de cualquiera ya que est¨¢n implementadas por todos los sistemas (Windows, Linux) para los distintos programas de correo (Outlook, Gmail, Hotmail): la firma digital del correo, que permite conocer al destinatario que quien le manda el email es efectivamente quien dice ser; y el cifrado, que habilita s¨®lo al destinatario para leer el contenido del mensaje electr¨®nico, mediante una clave de la que solo ¨¦l tiene conocimiento. Todos los correos que utiliza el Ministerio de Defensa con sus proveedores van cifrados, por ejemplo.
Carlos Jim¨¦nez, presidente de Secuware, una de las empresas punteras de seguridad que trabaja para organismos como el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), coincide en que "los protocolos de comunicaciones son seguros por lo que alguien que quiera obtener informaci¨®n clasificada atacar¨ªa el sistema por su parte m¨¢s d¨¦bil: es decir, manipular¨ªa el m¨®vil o el ordenador, o directamente, los robar¨ªa". As¨ª ha sucedido con el esc¨¢ndalo fiscal de Liechtenstein, en el que un antiguo empleado del banco LGT rob¨® y vendi¨® posteriormente los datos de miles de contribuyentes alemanes y brit¨¢nicos que pretend¨ªan eludir al fisco.
Por eso, m¨¢s que de un tercero, los pol¨ªticos deben preocuparse de sus colaboradores m¨¢s inmediatos que tienen acceso a sus equipos. Un estudio del FBI certifica que el 80% de los ataques a la seguridad de los organismos provienen del interior del organismo, es decir, son realizados por personal adscrito al mismo.
A¨²n no se ha aclarado, por ejemplo, quien realiz¨® las grabaciones de las conversaciones que mantuvieron el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra y Camila Parker, publicadas por la prensa en 1992. En ellas, el heredero a la Corona brit¨¢nica obsequiaba a su amante con lindezas del tipo "me gustar¨ªa ser tu t¨¢mpax", lo que provoc¨® un esc¨¢ndalo may¨²sculo que desembocar¨ªa en el divorcio de Carlos y Diana. El Centro de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ, por sus siglas en ingl¨¦s) y el servicio secreto M16 negaron su participaci¨®n pero lo cierto es que la capacidad para pinchar los tel¨¦fonos de la Familia Real al margen judicial estaba al alcance de muy pocos.
En Espa?a tambi¨¦n se especul¨® con qui¨¦n pudo ser el responsable de la grabaci¨®n de una conversaci¨®n por m¨®vil entre el ex secretario de organizaci¨®n del PSOE Txiqui Benegas y el periodista Germ¨¢n ?lvarez Blanco, en la que Benegas criticaba duramente a miembros del Gobierno como Carlos Solchaga o Narc¨ªs Serra y se refer¨ªa a Felipe Gonz¨¢lez como "el one" y "Dios". Oficialmente, la conversaci¨®n fue captada por casualidad por un radioaficionado de Ja¨¦n, pero lo cierto es que su difusi¨®n por Radio Guadalquivir y la SER caus¨® una conmoci¨®n dentro del PSOE que acab¨® con la salida de Alfonso Guerra del Gobierno.
Recientemente, la presidenta del Tribunal Constitucional, Mar¨ªa Emilia Casas, fue grabada por la Guardia Civil tras mantener una conversaci¨®n con una abogada implicada supuestamente en el crimen de su marido.
Hay muchos medios para hacer m¨¢s seguras las comunicaciones. En el m¨®vil, uno de los m¨¢s eficaces es utilizar los llamados terminales seguros, es decir, m¨®viles especiales que s¨®lo funcionan entre dos o m¨¢s interlocutores que utilizan el mismo tipo de aparato. Otra modalidad son los terminales tutores, dise?ados para controlar al personal de una empresa o un organismo, puesto que mandan copia de los SMS enviados e informan del destinatario de las llamadas al responsable de la organizaci¨®n
Para el control de las comunicaciones del personal tambi¨¦n existen programas de software que permiten ver las p¨¢ginas que se visitan desde un sistema de PC en red y remiten una copia de los emails remitidos. "Los utilizan preferentemente empresas y organizaciones para vigilar la productividad de sus empleados", se?ala Antonio Dur¨¢n, gerente de la Tienda del Esp¨ªa.
Con todo, muchos piensan que hay que aplicar cordura y que pol¨ªticos y altos cargos deben mantener sus comunicaciones personales. A veces los secretos oficiales no lo son tanto o cuando pretenden serlo derivan en peligrosas ridiculeces como las armas de destrucci¨®n masiva que presuntamente pose¨ªa Irak y que sirvieron como excusa para la invasi¨®n del pa¨ªs por tropas estadounidenses.
Tomar demasiadas precauciones en las comunicaciones puede conllevar males mayores. La pel¨ªcula de Stanley Kubrick Tel¨¦fono Rojo volamos hacia Mosc¨² (Dr. Strangelove) en la que por un error en el desciframiento de un c¨®digo se declara una guerra nuclear entre la URSS y EE UU sin que sea posible pararla mediante una simple llamada telef¨®nica es m¨¢s una lecci¨®n que una parodia sobre la esquizofrenia a la que el celo por el secreto oficial puede llevar a los gobiernos. Por eso, puestos a elegir mejor que el tel¨¦fono de La Moncloa sea blanco en lugar de rojo.
Materia reservada
- El C¨®digo Penal castiga con penas de prisi¨®n la revelaci¨®n de informaci¨®n reservada aunque sea por imprudencia. Las leyes de Secretos Oficiales y la del Gobierno tambi¨¦n legislan sobre la materia.
- Aznar obligaba a los ministros a dejar el m¨®vil fuera de las reuniones del gabinete de crisis por la guerra de Irak.
- Investigadores israel¨ªes lograron romper el encriptamiento de las comunicaciones por el m¨®vil, pero es muy costoso y complicado interceptarlas.
- Proteger el correo electr¨®nico est¨¢ al alcance de cualquiera mediante la firma y el cifrado pero casi nadie utiliza estos instrumentos.
- Los pinchazos de conversaciones como las del pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra y Camila Parker Bowles ("me gustar¨ªa ser tu tampax") se relacionan con los servicios secretos.
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