El tiempo
El tiempo no existe. El tiempo s¨®lo son las cosas que te pasan, por eso pasa tan deprisa cuando a uno ya no le pasa nada. Despu¨¦s de Reyes, un d¨ªa notar¨¢s que la luz dorada de la tarde se demora en la pared de enfrente y apenas te des cuenta ser¨¢ primavera. Ajenos a ti en algunos valles florecer¨¢n los cerezos y en la ciudad habr¨¢ otros maniqu¨ªes en los escaparates. Una ma?ana radiante, camino del trabajo, puede que sientas una pulsi¨®n en la sangre cuando te cruces en la acera con un cuerpo juvenil que estalla por las costuras, y un atardecer con olor a paja quemada oir¨¢s que canta el cuclillo y a las fruter¨ªas habr¨¢n llegado las cerezas, las fresas y los melocotones y sin saber por qu¨¦ ya ser¨¢ verano. De pronto te sorprender¨¢s a ti mismo rodeado de ni?os cargando la sombrilla, el flotador y las sillas plegables en el coche para cumplir con el rito de olvidarte del jefe y de los compa?eros de la oficina, pero el gran atasco de regreso a la ciudad ser¨¢ la se?al de que las vacaciones han terminado y de la playa te llevar¨¢s el recuerdo de un sol que no podr¨¢s distinguir del sol del a?o pasado. El bronceado permanecer¨¢ un mes en tu piel y una tarde descubrir¨¢s que la pared de enfrente oscurece antes de hora. Enseguida volver¨¢n los anuncios de turrones, sonar¨¢ el primer villancico y ser¨¢ otra vez Navidad. La monoton¨ªa hace que los d¨ªas resbalen sobre la vida a una velocidad incre¨ªble sin dejar una huella. Los inviernos de la ni?ez, los veranos de la adolescencia eran largos e intensos porque cada d¨ªa hab¨ªa sensaciones nuevas y con ellas te abr¨ªas camino en la vida cuesta arriba contra el tiempo. En forma de miedo o de aventura estrenabas el mundo cada ma?ana al levantarte de la cama. No existe otro remedio conocido para que el tiempo discurra muy despacio sin resbalar sobre la memoria que vivir a cualquier edad pasiones nuevas, experiencias excitantes, cambios imprevistos en la rutina diaria. Lo mejor que uno puede desear para el a?o nuevo son felices sobresaltos, maravillosas alarmas, sue?os imposibles, deseos inconfesables, venenos no del todo mortales y cualquier embrollo imaginario en noches suaves, de forma que la costumbre no te someta a una vida anodina. Que te pasen cosas distintas, como cuando uno era ni?o.
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