Un titiritero genial

Si exist¨ªa en el mundo un titiritero predestinado a llevar a escena El retablo de Maese Pedro, ¨¦se era, sin duda, Enrique Lanz. De ni?o, creci¨® admirando los mu?ecos, dibujos y bocetos creados por su abuelo Hermenegildo Lanz para el estreno, en 1923, de la deliciosa ¨®pera de c¨¢mara en un acto de Manuel de Falla, basada en un episodio de Don Quijote. Ciertamente, se ha tomado su tiempo en el empe?o, y ha preferido esperar a alcanzar la plena madurez art¨ªstica para poner en pie una versi¨®n del retablo quijotesco que, sin dejar de ser fiel a Falla y a Cervantes, no se parece a ninguna otra.

Lanz rompe, de entrada, los l¨ªmites tradicionales del teatro de c¨¢mara y llena un escenario de las dimensiones del Liceo con sus espectaculares marionetas gigantes. Aprovecha el viejo recurso del teatro dentro del teatro para tejer en escena un juego de ficciones y realidades con Don Quijote de la Mancha y su fiel escudero, Sancho Panza, como espectadores activos. Pura magia artesana, casi un b¨¢lsamo visual en tiempos de culto tecnol¨®gico. Al acierto esc¨¦nico de Enrique Lanz y la compa?¨ªa Etc¨¦tera se une la entusiasta labor musical de Josep Vicent al frente de la Orquesta de la Academia del Gran Teatro del Liceo y un estupendo doble reparto vocal, integrado por Marisa Martins y Olatz Saitua (Trujam¨¢n), Joan Mart¨ªn-Royo y Marc Canturri (Don Quijote) y Xavier Moreno y Mikeldi Atxalandabaso (Maese Pedro).

Como espect¨¢culo familiar, s¨®lo funciona sobre ruedas cuando entran en acci¨®n las maravillosas marionetas de Enrique Lanz, pero, dada la breve duraci¨®n de la ¨®pera, se interpreta primero otra obra maestra de Falla, el Concierto para clave, con Iv¨¢n Mart¨ªn como solista. Es una partitura genial e innovadora, pero demasiado austera, lo que oblig¨® a muchos padres a emplearse a fondo para mantener a los m¨¢s peque?os quietos en sus butacas. Al margen de este algo seco y desangelado preludio, apenas animado por unas rudimentarias proyecciones, y de la mediocre amplificaci¨®n, el espect¨¢culo merece la pena. El montaje es una nueva coproducci¨®n de los teatros Real de Madrid, Calder¨®n de Valladolid, Maestranza de Sevilla, ?pera de Oviedo, ABAO, compa?¨ªa Etc¨¦tera y Liceo.