La madre de todas las retiradas
Dos libros reviven la 'An¨¢basis', el ¨¦pico retorno de los mercenarios griegos desde Persia - La marcha de los Diez Mil ofrece un modelo en tiempos de crisis y repliegue
Con EE UU afrontando su salida de Irak y la econom¨ªa en retroceso, resulta iluminador reflejarse en el espejo ¨¦pico de la madre de todas las retiradas, la An¨¢basis, la obra en la que el historiador griego Jenofonte narr¨® la incre¨ªble aventura de un ej¨¦rcito mercenario griego hu¨¦rfano -los c¨¦lebres Diez Mil-, perdido hace 2.400 a?os en la zona que es hoy Irak y Turqu¨ªa, y empe?ado, marcha atr¨¢s, en la vuelta a casa. Nada como los cl¨¢sicos para tiempos de crisis. Si la cuesta de enero se presenta empinada, ?qu¨¦ mejor ejemplo que el de esa esforzada hueste helena del siglo V antes de Cristo que no cede ante la adversidad, atraviesa desiertos infernales, cruza r¨ªos caudalosos, asciende monta?as, arrostra la nieve, los dardos de los enemigos, el hambre, la traici¨®n, la p¨¦rdida de sus caudillos y el desaliento para, al final y contra todo pron¨®stico, llegar al horizonte y salvarse? A diferencia de otro legendario contingente griego de n¨²mero redondo, los 300 -los espartanos autosacrificados en las Term¨®pilas-, los Diez Mil ofrecen esperanza.
Caminaron 6.000 kil¨®metros, cargando el escudo; murieron unos 4.000
Un ensayo de Waterfield y una novela de Manfredi recrean la gesta
Enrolados por dinero bajo la bandera del pr¨ªncipe Ciro el Joven para disputar el trono de Persia a su hermano, el rey de reyes, Artajerjes II, los mercenarios griegos -en puridad unos 13.000 guerreros (Jenofonte us¨® la palabra myrioi, diez mil, que luce m¨¢s), en su mayor¨ªa hoplitas- se encontraron con que la muerte en la batalla de Cunaxa (401 a. de C.) de su temerario empleador les dejaba en una situaci¨®n tan complicada como absurda: en medio del mayor imperio del mundo, al que hab¨ªan atacado, y sin nada que hacer salvo salir de all¨ª pitando. Lo hicieron marchando desde -lo que son las cosas- cerca de lo que hoy es Bagdad a trav¨¦s de las monta?as del Kurdist¨¢n y la meseta de Armenia hasta el mar Negro, por Trebisonda, sin dejar de combatir y pas¨¢ndolo, como queda dicho, francamente mal. En total recorrieron 6.000 kil¨®metros que ya es distancia si vas a pie, sin GPS, con un gran escudo de bronce y mientras la gente te tira de todo por el camino. Murieron unos 4.000, pero el ej¨¦rcito mantuvo la cohesi¨®n y eso lo salv¨®.
Dos interesantes libros nuevos, un ensayo del especialista Robin Waterfield La retirada de Jenofonte (Gredos) y una novela de Valerio Manfredi, El ej¨¦rcito perdido (Grijalbo), confirman la vigencia en el imaginario moderno de esa asombrosa peripecia de los Diez Mil que culmin¨® cuando los soldados errantes llegaron, en los Montes P¨®nticos, a la vista del mar, la v¨ªa para el retorno y de hecho el hogar para todo griego, y lanzaron el inmortal grito: "?Thalassa, Thalassa!" (?el mar, el mar!), probablemente con "?Eureka!" y "?To logariasm¨®, parakal¨®!" (la cuenta, por favor) la exclamaci¨®n griega m¨¢s universal.
El ensayo de Waterfield, apasionante, sigue minuciosamente la expedici¨®n e incluye una estremecedora descripci¨®n de la batalla de Cunaxa. Se presenta muy oportunamente como "el relato de la primera expedici¨®n de soldados occidentales a Irak". Por su parte, Manfredi es, con su novela, el ¨²ltimo en una larga cadena de autores que desde la narrativa o la poes¨ªa se han hecho eco de esa empresa imposible y ese grito inolvidable que la encapsula toda.
En la ¨¦pica de los Diez Mil se han reflejado otros muchos episodios, como la Noche Triste de Cort¨¦s o la retirada brit¨¢nica en Dunkerque (v¨¦ase el sugerente The sea! The sea!, The shout of the Ten Thousand in the modern imagination, de Tim Rood, Londres, 2004). Seguramente la m¨¢s curiosa plasmaci¨®n moderna de la An¨¢basis es la novela The warriors, llevada al cine en 1979 por Walter Hill, en la que los Diez Mil se convierten en una pandilla juvenil neoyorquina acosada en su retirada hacia su territorio.
Alejandro Magno tuvo mucho que leer, un siglo despu¨¦s, en el relato de Jenofonte, que demostraba que el imperio persa era permeable. "Le sugiri¨® la conquista; debi¨® pensar: Yes, we can!", r¨ªe Manfredi al hablar de su libro con este diario. El autor regresa con una novela al mundo de los Diez Mil veinte a?os despu¨¦s de su celebrada obra acad¨¦mica de referencia sobre el asunto (La strada dei Diecimila, 1986). "El relato de Jenofonte siempre me ha parecido magn¨ªfico pero algo fr¨ªo, una historia de varones, larga y estrecha, y he querido poner de relieve la gran carga emotiva que debi¨® tener esa expedici¨®n. Lo que Jenofonte cuenta de la presencia de mujeres, casi todas j¨®venes prostitutas, en el ej¨¦rcito, me dio la clave para el enfoque". La aventura de El ej¨¦rcito perdido est¨¢ contada en primera persona por una joven siria que se une al ej¨¦rcito como amante de uno de sus miembros, Jeno (el propio Jenofonte). El historiador ateniense se sum¨® a la expedici¨®n de los Diez Mil inicialmente como cronista, aunque tuvo que luchar como todos y se convirti¨® en uno de los l¨ªderes del ej¨¦rcito en retirada, con la caballer¨ªa. Jenofonte no le cae bien a Manfredi. "Era un bigotto, un santurr¨®n, un moralista, y al final se muestra ruin", se?ala.
Aparte del romance, el relato de Manfredi sigue pormenorizadamente la An¨¢basis (hay buenas traducciones en C¨¢tedra y Gredos). La escena de la novela en la que una muchacha del har¨¦n de Ciro sale corriendo semidesnuda de la tienda perseguida por un grupo de persas y la falange griega abre las filas para dejarla pasar tambi¨¦n est¨¢ en Jenofonte: ?No todo ha de ser arduo en la lectura de los cl¨¢sicos!
Manfredi especula con que la expedici¨®n fuera un asunto de intriga internacional. Esparta habr¨ªa estado detr¨¢s esperando beneficiarse del cambio en el trono persa, pero sin comprometerse por si las cosas iban mal (como fueron). Luego trataron de que ese inc¨®modo ej¨¦rcito se perdiese. Manfredi tiene clara la lecci¨®n de la retirada de los Diez Mil: "No es tan dif¨ªcil penetrar en Mesopotamia. Lo complicado es salir".
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