"He pedido a los Reyes la PSP y sobre todo, estar bien"
Los bomberos hacen de Magos ante cien ni?os ingresados en el Mara?¨®n
"Deber¨ªas estar durmiendo. Ya te vale", le dice Mohamed a su hermana peque?a. "El m¨¦dico no me ha dicho que duerma. Me ha dicho que re-po-se", contesta Kaltuma, desde sus 11 a?os que parecen alguno m¨¢s. Como para dormir. Los bomberos han llegado al hospital. Hay tanto movimiento por los pasillos que Kaltuma y su compa?era en la habitaci¨®n 3A03, Daniela, no hacen m¨¢s que mirar expectantes hacia la puerta entornada. Y de ah¨ª, a la ventana.
Porque el espect¨¢culo est¨¢ ahora en el patio del edificio de la maternidad de O'Donnell. Los bomberos lanzan unas cuerdas y se deslizan hacia el suelo en rappel. Primero uno, luego otro, luego dos a la vez. ?Luego boca abajo! El bombero intr¨¦pido saluda a los ni?os que se agolpan tras el cristal de la sala de espera. Suerte que Kaltuma tambi¨¦n lo ve desde su cama. La ¨²ltima acrobacia ha sido, sin duda, la mejor. "?Nos dec¨ªa hola con la mano!".
La ¨²ltima acrobacia fue la mejor. "Dec¨ªa hola con la mano", cuenta la ni?a
Ya es una tradici¨®n. Los bomberos visitan a los ni?os ingresados en el Gregorio Mara?¨®n -ayer eran un centenar- la v¨ªspera de Reyes desde 1997 para llevarles un regalo. Miguel ?ngel le pone encima del regazo a Kaltuma un paquete cuadrado. Es un juego de mesa. Y le pregunta si se quiere probar su casco. "?Cu¨¢nto pesa!", r¨ªe ella. Resulta que su regalo es "chulo", pero le hubiera gustado m¨¢s el de Daniela. M¨¢s que nada porque Daniela puede jugar sola -es de trucos de magia- y ella necesita m¨¢s gente. "Pone que a partir de cuatro jugadores".
De todas formas, el mejor regalo est¨¢ por llegar. Seguro que sus padres, Brahim y Amina, ambos marroqu¨ªes, le dan el capricho. Quiere "una PSP". O sea, una consola de videojuegos. Su hermano pronostica que se la traen seguro. ?Si est¨¢ mimada? "Totalmente", contesta el padre. A lo mejor tardar¨¢ en jugar con ella. "En el hospital no la puedo poner". Le quedan todav¨ªa unos d¨ªas, puede que semanas. Lo que al principio pareci¨® a los m¨¦dicos del Ni?o Jes¨²s "una simple urticaria", explica ella misma, ahora es una infecci¨®n. Muestra las manchitas rojas por todo el cuerpo. "Una urticaria y resulta que hace tres d¨ªas me ingresaron", bufa. Va a necesitar reposo. "Puede que un mes", a?ade Mohamed. ?l, a los Reyes, s¨®lo les pide dinero. "?Para comprarse pantalones cinco tallas m¨¢s grandes!", acusa Kaltuma, divertida. Mirada fulminante del quincea?ero, vestido, efectivamente, con pantalones demasiado anchos.
Kaltuma quiere ser de mayor "empresaria de marketing". Como su t¨ªa, que tambi¨¦n la acompa?a en la habitaci¨®n. "Le gusta porque viajo mucho", explica la t¨ªa. "Y se gana lo suyo", tercia Kaltuma. "Tambi¨¦n quiero ser abogada, pero lo veo muy chungo. Hay que estudiar mucho". Antes quiso ser veterinaria. "Pero me he enterado de que cobran muy poco". En su colegio, el Real Armada de Moratalaz, todav¨ªa no saben que est¨¢ en el hospital. Son vacaciones. Y adem¨¢s es nueva. No hace ni un a?o que se mudaron desde Malasa?a, donde la familia regentaba una tienda. La noche y el d¨ªa para Kaltuma, que define los dos barrios con tres frases: "Moratalaz es m¨¢s tranquilo. Abundan las personas mayores. Por la noche no escuchas "?Eh, p¨¢same la botella!". Y se cruza de brazos.
Hoy Kaltuma tampoco va a dormir. En todo caso, a reposar. La cabalgata de los Reyes Magos pasa por el Mara?¨®n. ?Estar¨¢ la PSP? Ella, en realidad, ha pedido dos cosas: "La PSP y, sobre todo, estar bien".
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