"?Mira, Pedro, ya vienen, ya vienen, ya vienen!"

Me llamo Sof¨ªa, tengo seis a?os y soy muy alta. ?F¨ªjate: si paso de la cintura a mi padre! Y tambi¨¦n tengo el pelo largo, me llega hasta las orejas, y los ojos verdes. Mi hermano Pedro, que tiene tres a?os y lleg¨® a casa cuando ten¨ªa ocho d¨ªas, se duerme en todas partes. Como encima de los hombros de mi padre para ver la cabalgata de Reyes, como ahora, que le ronca en la oreja. (Risas). Yo llegu¨¦ a casa cuando ten¨ªa un a?o y mi habitaci¨®n ya estaba llena de peluches. Desde entonces siempre hemos ido a ver las carrozas en Fuenterrab¨ªa, salvo este a?o, que las vemos en Madrid.

En casa hemos dejado el ¨¢rbol de Navidad encendido, para que los Reyes lo vean por la ventana de noche y sepan que all¨ª viven ni?os. Y tambi¨¦n hemos dejado colocados los zapatos: no sab¨ªamos si dejarlos bajo el ¨¢rbol o junto al bel¨¦n, y el sitio donde colocarlo es importante porque si no lo ven, no saben d¨®nde dejar los regalos.

?Cu¨¢ndo llegan las carrozas de los Reyes, que tengo fr¨ªo en las manos? En Fuenterrab¨ªa no sale tanta gente: salen los Reyes, los pajes y ya. Aqu¨ª est¨¢n tardando...

Mam¨¢ y yo llevamos todo el d¨ªa cambiando de sitio el plato con los polvorones y el turr¨®n, para que lo vean mejor. Y vamos a poner agua, tambi¨¦n. Yo digo que vienen en camello, pero Pedro cree que vienen a caballo. Se lo dejaremos al lado de los zapatos, para que dejen all¨ª los regalos. Como est¨¢n en casa los zapatos, me he tra¨ªdo puestas las botas. Las botas, las medias rojas y la falda verde, dicen mis padres que no quedaba m¨¢s ropa de colores en el armario.

Dej¨¦ la carta a los Reyes en un buz¨®n porque no quer¨ªa sentarme en sus rodillas ni hablar con el cartero real, mejor que lo lean ellos solos. He pedido las amigas de Barbie, Liana y Alexa, el estuche de las 12 bailarinas, el carrito de Hello Kitty, la pel¨ªcula y la mu?eca de Campanilla... Me gusta mucho Campanilla y las hadas. Jo, no veo nada con la gente que se sube en escaleras, ni si quiera aqu¨ª subida en esta valla. A Pedro le da igual, s¨®lo quiere ver los caballos, ?verdad? Sigue dormido sobre la cabeza de pap¨¢ (M¨¢s risas).

?Os cuento lo que veo como si fuerais ciegos? Vale, coches de polic¨ªa. ?Pedro, que vienen los caballos, despierta! 'Hacia Bel¨¦n va una burra, rin, rin, yo me remendaba, yo me remend¨¦...'.

?Por all¨ª vienen duendes subidos en elefantes! Bueno, son elefantes de mentira y los duendes tienen fuego en las manos. Mam¨¢, desde aqu¨ª no puedo coger caramelos... (Pucheros). ?Has visto? Han lanzado papeles de colores y se han quedado en ese ¨¢rbol de la acera, como si fueran hojas. Y ahora salen pompas de jab¨®n, pero de colores. No me gustan las carrozas con gente, son muy aburridas, prefiero las de luces porque parece que las estrellas se mueven. Me aburro de estar de pie y de no coger caramelos... ?ya s¨¦ que hay m¨¢s en casa, pero yo quer¨ªa alguno! Mira, ?llegas a coger ese del suelo? ?Puag! Es verde, mam¨¢, no me gusta. Qu¨¦ larga, la cabalgata. ?Cu¨¢ndo llegan los Reyes de verdad?

La carroza del zoo me ha gustado por los animales, pero m¨¢s la de las hadas y una mariposa gigante que vuela. He conseguido incluso un papelito rojo, ?me lo guardas? Hoy nos acostaremos pronto, a las diez o as¨ª, para despertarnos antes ma?ana y ver los regalos. ?Los regalos! ?Se me olvid¨® poner en la carta que quer¨ªa un abrigo de princesa! ?Se lo podemos gritar cuando pasen? ?Mira, Pedro, ya vienen, ya vienen, ya vienen! (Gritos y despu¨¦s, silencio extasiado).