Morir en Gaza

Pese a los m¨¢s de 500 palestinos y cinco israel¨ªes muertos, los esfuerzos diplom¨¢ticos por poner fin a la masacre en Gaza inspiran en el observador la interminable congoja de lo demasiado visto. La UE asume un cierto protagonismo ante la dimisi¨®n, por partida doble, de la Administraci¨®n norteamericana saliente, que se limita a dar un cheque en blanco a Israel para proseguir la operaci¨®n de exterminio, y de la entrante, con el silencio del presidente electo Barack Obama. Pero de ello no cabe esperar cambio alguno inmediato sobre el terreno.

Una misi¨®n de paz europea, encabezada por el ministro de Exteriores checo -pa¨ªs que asume la presidencia de la UE-, Karel Schwarzenberg, con Tony Blair, representante del Cuarteto ante el conflicto, y Javier Solana, Alto Comisionado de la Comunidad para Asuntos Exteriores, recorre la zona reconociendo que carece de f¨®rmula de alto el fuego que proponer.

Y por si faltara representaci¨®n europea, el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, siempre ansioso de escenario internacional, conferenciaba ayer con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, a la espera de desembarcar hoy en la zona. Al mismo tiempo, el presidente espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, cancelaba, con alguna precipitaci¨®n, una visita oficial a Siria, mientras Italia trataba de coordinar con Espa?a y Grecia un di¨¢logo "en el ¨¢mbito mediterr¨¢neo", que tampoco sonaba de extraordinaria urgencia.

En el Consejo de Seguridad, que ha permanecido inmovilizado desde el comienzo de la operaci¨®n militar por la negativa de Estados Unidos a aceptar ninguna resoluci¨®n que, siquiera vagamente, condenara a Israel, se estudia un nuevo texto promovido por los pa¨ªses ¨¢rabes, que podr¨ªa permitir al menos que se aprobara la exigencia de un cese el fuego cuando a¨²n quede algo de Gaza en pie.

En esta fase de la ofensiva, que comenz¨® el s¨¢bado con la entrada de 10.000 soldados israel¨ªes en la franja mediterr¨¢nea, con la aparente intenci¨®n de fragmentar el territorio e ir met¨®dicamente erradicando de cada segmento a los terroristas de Ham¨¢s, el invasor ha empleado bombas de racimo y de f¨®sforo, particularmente indiscriminadas en su acci¨®n sobre todos los que por all¨ª se encuentren, civiles, mujeres o ni?os. Israel, sin embargo, asegura que ha usado esos explosivos s¨®lo en campo abierto, y nunca en aglomeraciones urbanas, donde su efecto resultar¨ªa especialmente monstruoso a toda sensibilidad civilizada.

Ante la ocultaci¨®n de Washington, la insuficiencia de la UE y la forzada parsimonia del Consejo de Seguridad, m¨¢s la pat¨¦tica carencia de voluntad de acci¨®n internacional del mundo ¨¢rabe, s¨®lo Israel puede parar a Israel, ante el espanto de la opini¨®n p¨²blica mundial; y s¨®lo Ham¨¢s puede convencerse de que su acci¨®n es suicida, adem¨¢s de criminal. El mundo mira y se estremece, los actores matan y, sobre todo, en la parte palestina, mueren.