Ir al m¨¦dico
El asunto es si uno ir¨ªa a un m¨¦dico como el doctor House.
?Ir¨ªa? Hab¨ªa un m¨¦dico fant¨¢stico, Rafael Lozano, pariente del poeta Jorge Guill¨¦n. Te recib¨ªa en su consulta de Madrid, y sonre¨ªa. Ya estabas mejor, desde que ¨¦l sonre¨ªa.
Aunque no supiera nada de tus ¨²ltimos meses, sab¨ªa para qu¨¦ ibas. Te ve¨ªa en los ojos la nostalgia o la melancol¨ªa; primero eso, y despu¨¦s te hablaba de la salud. Para ¨¦l no exist¨ªa la enfermedad, sino la salud.
Una vez que establec¨ªa que ¨¦l no era tu m¨¦dico ni t¨² su enfermo empezaba a recetarte, como un amigo. Jam¨¢s te pegaba una bronca, ni te miraba como si te perdonara la vida (prolong¨¢ndotela). Cuando empez¨® a emitirse House, que anoche volvi¨® a Cuatro, trat¨¦ de imaginarme al doctor Lozano en ese papel omnisciente que tiene el famoso m¨¦dico de ficci¨®n. Imposible. Lozano era la duda met¨®dica, hasta que avanzaba un diagn¨®stico. En realidad, se sab¨ªa el diagn¨®stico desde que traspasabas el umbral de aquella habitaci¨®n de maderas en la que descollaba el cuadro (eso recuerdo) de una mujer desnuda.
Ten¨ªa las manos largas y huesudas, y una quijada bell¨ªsima con la que te interrogaba en silencio, mientras t¨² descansabas sobre la cama de auscultar. Era como si hubieras ido a ver a un pariente bondadoso que hab¨ªa estudiado medicina para ayudarte.
Claro, en aquel cuerpo, y en aquella alma, no cab¨ªa House. Probablemente House no existe, en ning¨²n m¨¦dico, y por eso fascina. Lo que gusta de las series de m¨¦dicos es que esos m¨¦dicos no son como los nuestros, ni como los que nosotros queremos. Son seres ficticios. La salud es una cosa que s¨®lo se conoce cuando se pierde, y cuando uno va a un m¨¦dico no acude a una constelaci¨®n de ocurrencias, sino a un individuo (o individua) pragm¨¢tico (o pragm¨¢tica) que adem¨¢s te d¨¦ la sensaci¨®n de que te quiere. Como un hermano, e incluso como un pariente.
House no es as¨ª porque no existe. Probablemente le querr¨¢n buscar (los periodistas somos as¨ª) correlatos con la vida real; real era Lozano. House es una estrella, y Lozano era s¨®lo un m¨¦dico, es decir, como un hermano.
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