T¨ªmida esperanza
Israel y Ham¨¢s muestran disposici¨®n a estudiar un plan de alto el fuego; deben hacerlo de inmediato
Israel ha decidido detener los bombardeos durante tres horas al d¨ªa mientras dure el conflicto, con el objetivo de que pueda entrar ayuda humanitaria en Gaza. Con esta medida trata de acallar las cr¨ªticas sobre el padecimiento que est¨¢ infligiendo a los civiles, y que ha traspasado una nueva frontera con el ataque contra dos escuelas de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, UNRWA, saldados con m¨¢s de 40 muertos. No se puede rechazar cualquier alivio para los habitantes de Gaza, aunque s¨®lo sea de tres horas al d¨ªa, pero s¨ª se?alar que la decisi¨®n del Gobierno de Olmert parece un contrasentido: por un lado, reconoce impl¨ªcitamente que la situaci¨®n en la franja es desesperada a causa de sus bombardeos y, por otro, sigue bombardeando.
La decisi¨®n israel¨ª ha coincidido con una propuesta de alto el fuego del presidente egipcio, Hosni Mubarak, respaldada por Francia y la Uni¨®n Europea. El Consejo de Seguridad la considera aceptable y, por su parte, Israel y Ham¨¢s se muestran dispuestos a estudiarla aunque rebajando las expectativas del presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, que hizo p¨²blico un comunicado anunciando antes de tiempo la aceptaci¨®n de los contendientes. Desde el momento en que ninguna de las partes ha manifestado su oposici¨®n al documento, no existe excusa alguna para continuar con los combates: la negociaci¨®n tendr¨ªa que empezar sin demora, congelando la situaci¨®n militar para no prolongar in¨²tilmente el sufrimiento.
Eso no quiere decir que el ¨¦xito de la diplomacia est¨¦ garantizado. Antes por el contrario, las dificultades comenzar¨¢n desde el mismo momento en que callen las armas, sea de inmediato o tras varios d¨ªas m¨¢s de muerte y destrucci¨®n. Uno de los principales escollos ser¨¢ sin duda la gesti¨®n de los pasos fronterizos de Gaza con Egipto e Israel. Los palestinos no pueden quedar sometidos al mismo embargo que exist¨ªa antes de iniciarse la ofensiva, entre otras razones porque las necesidades de la reconstrucci¨®n multiplicar¨¢n las que exist¨ªan. Los israel¨ªes, por su parte, temen que la reapertura de los pasos ofrezca a Ham¨¢s nuevas oportunidades para rearmarse. Y luego hay que contar con el pr¨®ximo final del mandato electoral de Mahmud Abbas. Pese a las dificultades para encontrar una soluci¨®n a esta encrucijada, nada impide que se busque, desde ahora mismo, en torno a una mesa y no a trav¨¦s de m¨¢s derramamiento de sangre.
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