Lo real y lo mirado
A lo largo de una extensa trayectoria, que ya alcanza casi tres d¨¦cadas, Manel Esclusa (Vic, 1952) se ha mantenido fiel a una posici¨®n presidida ante todo por una actitud autorreflexiva frente al campo fotogr¨¢fico, un impulso indagatorio que le ha llevado a profundizar en las posibilidades que ofrece la fotograf¨ªa para construir diversas modalidades de visi¨®n m¨¢s all¨¢ del registro documental. El resultado ha sido una obra atenta a la exploraci¨®n de las condiciones t¨¦cnicas en que se desenvuelve el medio y su potencialidad para instituir una mediaci¨®n o un filtro entre la realidad y la mirada fotogr¨¢fica. La naturaleza on¨ªrica, fantasmal, po¨¦tica o subjetiva con que tiende a identificarse su trabajo se desprende esencialmente de ese car¨¢cter reflexivo e introspectivo con respecto al propio medio que destilan sus im¨¢genes. La exposici¨®n que presenta ahora en Madrid, formada por una veintena de obras pertenecientes a su nuevo trabajo, La sombra del paisaje, profundiza con claridad en esta condici¨®n de lo fotogr¨¢fico. El planteamiento del proyecto es de una gran uniformidad, se trata de una serie de paisajes en cuyo interior Manel Esclusa ha colocado un panel blanco sobre el que se proyecta la sombra de determinados elementos del propio paisaje. El recurso, de una extrema sencillez, remite con claridad a los fundamentos constitutivos de la fotograf¨ªa y a uno de los procedimientos m¨¢s esenciales y primitivos, como es el fotograma. La reflexi¨®n puede transitar sobre lugares bien conocidos, la imagen dentro de la imagen, la consciencia sobre el recorte selectivo que opera la fotograf¨ªa sobre lo real, la interposici¨®n de un plano que oculta y desvela simult¨¢neamente.
Manel Esclusa
La sombra del paisaje
Galer¨ªa Blanca Berl¨ªn
Lim¨®n, 28. Madrid
Hasta el 24 de enero
Una perspectiva que ha sido bien explorada desde el conceptualismo y que sin duda est¨¢ presente conscientemente en el desarrollo de este trabajo, pero que sin embargo no parece centrar el inter¨¦s de Esclusa al desarrollar esta propuesta. Su discurso toma otras v¨ªas de progresi¨®n que tienen m¨¢s que ver con el juego esencial que construye la luz y la sombra en el seno de lo fotogr¨¢fico y la tensi¨®n entre descripci¨®n y esquematismo o abstracci¨®n. La sombra de la naturaleza sobre la superficie blanca deja aparecer, en cada una de estas im¨¢genes, un proceso de reducci¨®n y abstracci¨®n de lo real que contrasta radicalmente con la carga po¨¦tica contenida en su mirada sobre el paisaje. Un recurso preciso y poco efectista que sin embargo termina resultando m¨¢s eficaz e interesante en su desarrollo que el desplegado en anteriores series como El Jard¨ª d'Humus. Probablemente sea la propia transparencia del proceso de construcci¨®n de la imagen la que en esta ocasi¨®n otorga toda su densidad a las fotograf¨ªas reunidas en La sombra del paisaje. -
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