La nieve siembra el caos

La naturaleza estornuda en Siberia y una ola de fr¨ªo recorre Europa hasta que llega a Madrid, donde desencadena una monumental nevada. Los meteor¨®logos afirman que unos vientos de componente este empujaron las nubes hacia el interior y las precipitaciones, en vez de producirse en la mitad oriental peninsular, como estaba previsto, se derramaron fundamentalmente en la zona oriental de Madrid, convirtiendo la ciudad en una s¨¢bana blanca. Resultado: colapsos en las carreteras de acceso a la ciudad (con m¨¢s de 400 kil¨®metros de atascos) y cierre del aeropuerto de Barajas durante cinco horas. El caos fue generalizado; y el clamor general: imprevisi¨®n absoluta. Los responsables pol¨ªticos de todas las administraciones acudieron puntuales, no para resolver el problema, sino para iniciar un baile de acusaciones.

Tanto Protecci¨®n Civil como la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa hab¨ªan puesto en alerta el jueves a distintas comunidades y provincias a prop¨®sito de las bajas temperaturas y la amenaza de nevadas que estaban llegando a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica desde el Este, y advirtieron incluso a Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea (AENA) y a las empresas el¨¦ctricas de que se mantuvieran alertas ante cualquier contratiempo. La Comunidad de Madrid recibi¨® el jueves, poco antes de las once de la noche, un aviso de Meteorolog¨ªa con nivel de alerta amarilla. Anunciaba tres cent¨ªmetros de nieve en la zona metropolitana. Poco antes de las 7.30 de ayer, el aviso ya llevaba el color naranja: siete cent¨ªmetros. Fue entonces cuando la Comunidad activ¨® el nivel uno de reacci¨®n y el Ayuntamiento apret¨® el bot¨®n de alerta roja. Demasiado tarde.

?Qui¨¦n tuvo la culpa del desaguisado? La Comunidad de Madrid acus¨® a Fomento de "imprevisi¨®n y falta de medios". El grupo socialista de la Asamblea de Madrid, al Ejecutivo de Esperanza Aguirre. Poco a poco, todos se enzarzaron en una batalla campal de descalificaciones. Curioso procedimiento en un asunto en el que todas las administraciones -Fomento, Comunidad, Ayuntamiento- han de trabajar coordinadas y donde la responsabilidad de la escasa previsi¨®n, peor preparaci¨®n de medios t¨¦cnicos y, en todo caso, lentitud pasmosa en la reacci¨®n est¨¢ compartida por todos. M¨¢s que insultarse mutuamente, las administraciones deber¨ªan revisar sus protocolos de funcionamiento ante emergencias que, aunque previsibles, pueden desbordarse. Y dejar de tirarse bolas de nieve unos a otros como si fueran j¨®venes gamberros.