Sombras de Juan Rulfo en Los Pedroches
Fantasmales ruinas mineras, dehesas y manjares de ib¨¦rico se superponen en esta ruta por la regi¨®n cordobesa
Viniendo del norte, de la provincia de Ciudad Real, el viajero que llega por vez primera a Los Pedroches se topa con el perfil de Santa Eufemia y observa admirado un pu?ado de casas melanc¨®licas paciendo como un reba?o en la colina. M¨¢s all¨¢, hacia el sur, se dibujan el horizonte y un plomizo oc¨¦ano de encinas centenarias que se ensancha a un lado y a otro del paisaje punteado de torres y antiguos campanarios donde sue?a el po¨¦tico crotorar de las cig¨¹e?as. La comarca de Los Pedroches tiene un sabor, a la vez que andaluz, castellano-manchego y extreme?o. El viajero se adentra en las calles de Santa Eufemia, vigilado por el castillo de Miramontes -un ruinoso paer¨®n donde silban las grajillas-, y aspira enseguida el perfume del silencio enredado en las piedras y en las paredes de sus calles que conforman un d¨¦dalo de arcilla y de granito.
Despu¨¦s de un tranquilo paseo por el pueblo, al viajero se le presentan varias opciones para conocer sin prisas la comarca. La primera de ellas, y quiz¨¢ la m¨¢s oportuna, es seguir la ruta del Condado de Belalc¨¢zar. Unos kil¨®metros antes de entrar al pueblo, se divisa el soberbio castillo de los Sotomayor, ubicado en un macilento promontorio a las afueras de la localidad, que hunde en el cielo su torre de homenaje suavemente adornada en sus bordes majestuosos por una sutil cadeneta de granito. Dentro ya del pueblo, ebrio de olores extreme?os, el viajero no puede dejar de visitar, entre otros lugares, el convento de Santa Clara de las Columnas, del siglo XV, edificio considerado, tras la mezquita de C¨®rdoba, como uno de los mejores monumentos de la provincia. Tras pasear por las calles recoletas y admirar la soberbia belleza de algunas casas, el viajero toma la carretera A-422 que le lleva a la cercana localidad de Hinojosa del Duque, pueblo de ermitas bell¨ªsimas, aunque lo que destaca realmente en esta localidad es la monumental iglesia de San Juan Bautista, conocida como la Catedral de la Sierra.
Las grullas bulliciosas
Hinojosa del Duque fue un pueblo importante en otro tiempo por su famosa feria de ganado. En la actualidad, ya apenas conserva su encanto agr¨ªcola y ganadero; sin embargo, mantiene un entorno paisaj¨ªstico interesante, donde se abrazan los chopos y las encinas. Cuando llega el invierno, en torno a la carretera que une a este pueblo con El Viso se concentran bulliciosas miles de grullas que pasean altivas picoteando bellotas en los sembrados. La citada carretera desemboca en El Viso, pueblo muy afamado por sus encierros de vaquillas durante la feria y por la representaci¨®n del Auto Sacramental de los Reyes Magos. No muy lejos de ¨¦ste queda Villaralto, pueblo que mantiene un bello Museo del Pastor.
Si volvemos atr¨¢s, a la carretera que repta y cruza la comarca como un esliz¨®n de plata de oeste a este, desde Belalc¨¢zar a Carde?a, encontramos pueblos como Fuente la Lancha, junto al r¨ªo Guadamatilla, pueblecito donde el silencio se hace piedra, melancol¨ªa y granito en sus casas humildes, y no lejos de aqu¨ª est¨¢ Villanueva del Duque, pueblo ganadero y agr¨ªcola como Hinojosa, aunque, en otro tiempo, fue un gran emporio minero. El viajero que llega a esta localidad no debe dejar de visitar las maravillosas ruinas de El Soldado, un poblado minero misterioso y fantasmal situado al sur de Villanueva, donde se respira una atm¨®sfera rulfiana.
Cerca de El Soldado, en la misma direcci¨®n, quedan otros enclaves mineros ya perdidos, como el de las Morras, o el del Rosalejo, en el t¨¦rmino de Alcaracejos, pueblo donde se cruzan todos los caminos y las carreteras principales de la comarca. Si el viajero sigue la que viene de Hinojosa, llegar¨¢ en pocos minutos a Pozoblanco, centro econ¨®mico neur¨¢lgico de la zona, donde podr¨¢ visitar la plaza del Gallo, s¨ªmbolo del municipio, y la famosa Casa de la Viga, ubicada a ocho o diez metros del gallo citado. A partir de Pozoblanco se abren dos rutas: una, la denominada de las Siete Villas, nos llevar¨¢ a Pedroche, cuna de la comarca, pueblo que aparece ante los ojos del viajero como un delicado panal de casas blancas arremolinadas en torno a una torre herc¨²lea que hunde toda su luz de granito en el vientre del cielo. Detr¨¢s de Pedroche, en direcci¨®n norte, est¨¢ Torrecampo, lugar que destaca por la belleza de sus fachadas y por poseer un museo arqueol¨®gico muy importante, la Posada del Moro, actualmente en reconstrucci¨®n, y una bonita ermita, la de la Virgen de Veredas. No muy lejos de ¨¦sta se halla la de la Virgen de las Cruces, en el t¨¦rmino municipal de El Guijo, en cuyo interior destaca un hermoso baptisterio paleocristiano.
Si regresamos de nuevo a Pozoblanco, podemos tomar otro itinerario muy atractivo: la denominada ruta del ib¨¦rico, cimentada, por cierto, no en la arquitectura, sino m¨¢s bien en el arte gastron¨®mico, pues no en balde la gastronom¨ªa de la comarca est¨¢ basada en la carne del cerdo ib¨¦rico, delicioso manjar que se cr¨ªa bajo el tierno encinar de sus dehesas. A trav¨¦s de esta ruta, pueden visitarse, entre otros municipios, Villanueva de C¨®rdoba, Conquista y Carde?a. Cerca de este ¨²ltimo, en el Parque Natural de Carde?a-Montoro, a¨²n resisten algunas parejas de lince ib¨¦rico. Por otro lado, el viajero que llegue a este moderno municipio no debe dejar de acercarse a cualquiera de sus bares para degustar excelentes productos ib¨¦ricos y carne de monte, de venado o jabal¨ª. Lo mismo sucede en Villanueva de C¨®rdoba, donde se recomienda visitar el restaurante La Puerta Falsa (Contreras, 8; 957 12 01 10), excelente rinc¨®n para disfrutar saboreando los platos tradicionales basados en el cerdo ib¨¦rico. Platos que tambi¨¦n podemos degustar en otro mes¨®n emblem¨¢tico de la comarca, Los Arroyuelos (Granada, 6; 957 13 46 27 / 647 93 61 91), en Dos Torres, donde se cocina la mejor presa ib¨¦rica de Los Pedroches. Al llegar a Dos Torres, el viajero no debe dejar de visitar la parroquia de la Asunci¨®n, una joya arquitect¨®nica, y despu¨¦s pasear lentamente por las calles de esta serena localidad para contemplar los dinteles her¨¢ldicos labrados en granito que a¨²n conservan muchas de sus fachadas. Por ¨²ltimo, saliendo de este pueblo en direcci¨®n a Pozoblanco, el viajero se topa enseguida con A?ora, uno de los pueblos con m¨¢s encanto de la comarca, donde destacan sus fiestas de la Cruz de Mayo, uno de los ritos festivos m¨¢s po¨¦ticos de la zona.
? Alejandro L¨®pez Andrada
(Villanueva del Duque, C¨®rdoba, 1957) es autor de los poemarios La tierra en sombra (Visor, 2007) y El libro de las aguas (Algaida editores, 2007).
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Gu¨ªa
Dormir
? Hotel rural Los Us¨ªas (957 13 40 00; www.hotelusias.com). Plaza de la Villa, s/n. Dos Torres. La doble, desde 57 euros m¨¢s el 7% de IVA.
? Hotel rural Due?as Mu?oz (957 77 00 19). Ronda los Mu?oces, 2. Pozoblanco. La doble, 60 euros m¨¢s el 7% de IVA.
Informaci¨®n
? Oficina comarcal de Turismo (957 15 61 02; www.turismolospedroches.org). Pozoblanco, s/n. Alcaracejos.
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