Mariposa de sangre
?Por qu¨¦ le cuesta tanto a Occidente entender que todo Oriente Pr¨®ximo es un territorio herido y, de una u otra forma, propenso a crear conflictos que alcanzar¨¢n la puerta de nuestra propia casa? ?Por qu¨¦ esos pa?os calientes cada vez que a Israel le arde la zarza y se desahoga masacrando palestinos? ?No ven que el Estado jud¨ªo, digan lo que digan, no est¨¢ ah¨ª para defendernos de los ¨¢rabes, sino para fastidiarnos con sus acciones, amplificando las antipat¨ªas que despertamos en esta parte del mundo por nuestra bestial indiferencia? ?Por qu¨¦ no habr¨ªamos de exigirle a Israel el comportamiento que pretendemos de cualquier otra naci¨®n? ?Por qu¨¦ les tratamos mejor que a los blancos de la Sur¨¢frica del apartheid, si no lo son? Aquella Sur¨¢frica del encarcelado Mandela tambi¨¦n era una de las pocas democracias de la zona: para blancos, como ¨¦sta lo es para jud¨ªos. Y los otros, en bantustanes. Israel va m¨¢s lejos que el apartheid: los elimina masivamente.
Pero el mundo ser¨¢ v¨ªctima del efecto de la mariposa de sangre que plane¨® sobre Gaza.
En los ¨²ltimos d¨ªas del reci¨¦n fenecido 2008, soldados y tanquetas del ej¨¦rcito liban¨¦s salieron de nuevo a las calles y tomaron posiciones. Era la primera vez que eso ocurr¨ªa desde que se retiraron, a finales de mayo pasado, despu¨¦s de los acuerdos de Doha que pusieron las bases al en¨¦simo intento de reconciliaci¨®n entre libaneses.
?Qu¨¦ estaba pasando? Israel machacaba Gaza, y las consecuencias que ello pod¨ªa acarrear en la rep¨²blica del cedro, trufada de campos palestinos -divididos en facciones pro-Fatah y pro-Hamas, y en donde hay muchas armas y, posiblemente, grupos salafistas seguidores de Al Qaeda- y con el Estado jud¨ªo como vecino del sur -y ocasional visitante, invitado o no-, no estaban nada claras; un poco de orden en las calles tal vez se revelar¨ªa como disuasorio. O tal vez provocador.
En el peor de los casos, el movimiento chiita Hezbol¨¢ se pondr¨ªa chulo y provocar¨ªa a los israel¨ªes para obligarles a aflojar su presi¨®n sobre los palestinos, desvi¨¢ndoles hacia Beirut. En el mejor, volver¨ªan a las calles las manifestaciones indignadas, la tensi¨®n de los problemas no resueltos. De nuevo, pues, uniformes en el portal, metralletas y dedos acostumbrados al gatillo f¨¢cil.
As¨ª fue como pas¨¦ el fin de a?o y entr¨¦ en 2009. Le¨ª muchas informaciones durante esos d¨ªas. Sobre todo de peri¨®dicos occidentales, de uno israel¨ª que vale la pena -Haa'retz-, y alguna que otra voz ¨¢rabe sensata que destacaba entre la hipocres¨ªa y la demagogia imperantes.
Una de las cosas que m¨¢s sorprenden cuando se vive en esta orilla del Mediterr¨¢neo, lo dec¨ªa al principio, es lo poco en cuenta que se tiene, en la orilla de enfrente, la situaci¨®n regional completa. Cuando estalla uno de los muchos conflictos que ahora mismo desgarran Oriente Pr¨®ximo, los europeos s¨®lo pr¨¦stamos atenci¨®n a ¨¦se, al menos en lo que se refiere a la informaci¨®n. En cambio, aqu¨ª se nos agranda la visi¨®n, miramos con un ojo los atentados que ocurren en Pakist¨¢n o las muertes de Afganist¨¢n, con el otro permanecemos atentos a los bombardeos de Israel contra los palestinos, mientras el de en medio contin¨²a observando lo que puede en la Desmesopotamia resultante de la invasi¨®n de Irak. No desde?amos, entre tanto, temer por el futuro del empobrecido Egipto, en manos de un gobernante corrupto y matusal¨¦nico y sin otra oposici¨®n que la de los Hermanos Musulmanes, cuyo triunfo en unas hipot¨¦ticas elecciones -si es que Mubarak muere alg¨²n d¨ªa y su heredero no se hace con el trono presidencial- resultar¨ªa tan contraproducente, a efectos israel¨ª-norteamericanos, como lo fue el de Hamas.
La locura iraqu¨ª perpetrada por Bush no fue sino, a gran escala, una copia de la estrategia militar que Israel pone en marcha cada vez que se le antoja, sea con sus vecinos libaneses, sea con los palestinos, a quienes siti¨® despu¨¦s de ocuparlos y despojarlos de tierras y derechos. Y el mundo empeora en cada ocasi¨®n que eso sucede, y en cualquier rinc¨®n hay quien se siente justificado para acometer la anticruzada terrorista.
As¨ª no llegaremos a ninguna parte.
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