Israel bombardea con propaganda
Los funcionarios del Gobierno, incansables y voluntariosos, justifican cada d¨ªa la guerra en Gaza - Los periodistas reciben un aluvi¨®n diario de 'mails' y SMS
En una colina en las estribaciones de Sderot, a s¨®lo cientos de metros de los campos de cultivo del noreste de Gaza, se plantaron los equipos de televisi¨®n hace dos semanas. En el promontorio, chaleco verde reflectante y acreditaci¨®n colgada del pecho, Jacob Avrahami, Amir Ofek y Uri Rotman deambulan de micr¨®fono en micr¨®fono y de cuaderno en cuaderno. Son funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores israel¨ª. All¨ª est¨¢n para explicar los motivos de la tremenda embestida contra Gaza. Es s¨®lo un aspecto puntual de la Hasbar¨¢, concepto popular en Israel que viene a significar campa?a masiva de propaganda.
Funciona con precisi¨®n. Sin dejar cabos sueltos. Pero su cometido se antoja inalcanzable: el abismo entre el n¨²mero de v¨ªctimas a uno y otro lado de la frontera y las descarnadas im¨¢genes de televisi¨®n abortan su prop¨®sito. El deterioro de la imagen de Israel en el mundo sufre estos d¨ªas una nueva vuelta de tuerca.
Los portavoces se alojan con los reporteros para insistir en su mensaje
"Ham¨¢s utiliza a los ni?os como escudos humanos", insiste el mensaje oficial
"Si crees en la soluci¨®n de los dos Estados, debes creer en esta guerra", dicen
La maquinaria est¨¢ engrasada. El goteo de mails y mensajes SMS que reciben a diario los periodistas acreditados en Israel es un aluvi¨®n dif¨ªcil de procesar. Los env¨ªa el Gobierno, el Ej¨¦rcito e Israel Proyect, una organizaci¨®n al servicio del Ejecutivo. Su plantilla no es demasiado abultada -un pu?ado de personas-, pero son incansables, voluntariosos. Proponen entrevistas y conferencias de prensa con pol¨ªticos, expertos militares y acad¨¦micos. Invitan a visitar la regi¨®n meridional para escuchar los testimonios de vecinos afligidos por los cohetes que lanzan las milicias palestinas sobre Israel. Y se instalan en hoteles donde se alojan los periodistas para reiterar, una y otra vez, las misivas dise?adas para la ocasi¨®n.
Sin embargo, tras cada eslogan, alguno rayano en la burda manipulaci¨®n, brotan las inc¨®gnitas. "Hemos sufrido bombardeos durante ocho a?os. Eso es lo que realmente es desproporcionado", comenta Uri Rotman en el mont¨ªculo. Y, en efecto, desde 2001 alrededor de 9.000 cohetes han disparado los milicianos palestinos y 20 israel¨ªes han perdido la vida.
Nunca mencionar¨¢n, sin embargo, que en los ¨²ltimos tres a?os Israel, Occidente y sus aliados ¨¢rabes han impuesto un asedio a la franja que deja secuelas traum¨¢ticas y que m¨¢s de 1.700 palestinos han muerto bajo el plomo del Ej¨¦rcito israel¨ª.
"Ham¨¢s es una organizaci¨®n terrorista que rechaza reconocer a Israel", reza otra de las frases favoritas del establishment. Cierto. No lo ha hecho. No obstante, como se pregunta el activista de derechos humanos israel¨ª Jeff Halper: "?Qu¨¦ Estado deber¨ªa reconocer Ham¨¢s? ?El dise?ado en el plan de partici¨®n de Palestina de 1947? ?El dibujado por las fronteras de 1967? ?Incluyendo o no la anexionada Jerusal¨¦n Este?". Israel se niega a definir sus lindes y sus gobiernos han frustrado varios intentos de negociaci¨®n, el ¨²ltimo iniciado en Annapolis (EE UU) en noviembre de 2007. Rotman lo plantea de otro modo. "Si crees en la soluci¨®n de los dos Estados", apunta, "debes creer en esta guerra. Ham¨¢s trata de impedir esa soluci¨®n".
Por supuesto, a juicio del Ejecutivo de Ehud Olmert, "Israel s¨®lo ataca la infraestructura del terror en Gaza y a los combatientes de Ham¨¢s". Les resulta irrelevante que el Gobierno de Ariel Sharon autorizara la participaci¨®n del movimiento islamista en las elecciones de las que sali¨® triunfador, en 2006.
Toda instituci¨®n regida por los fundamentalistas es objetivo militar. Israel considera terroristas a los guardias de tr¨¢fico, a los familiares de los l¨ªderes fundamentalistas y estima que la Universidad Isl¨¢mica es una base de la milicia. Nir, un hombre que se acerca a los 40 a?os, lo resume sin tapujos: "Ellos eligieron a Ham¨¢s. Que se jodan".
"Ham¨¢s utiliza a ni?os como escudos humanos y esconde sus f¨¢bricas de explosivos en zonas densamente pobladas", reza otra de las coletillas. Al margen de las tierras agr¨ªcolas, ?hay lugares en Gaza libres de aglomeraciones? M¨¢s bien pocos. Pero Halper tambi¨¦n compara con su propio pa¨ªs: "El cuartel general de Israel est¨¢ ubicado en el centro de Tel Aviv".
Se elude el contexto y el pasado m¨¢s reciente. No recordar¨¢ ning¨²n portavoz oficial los tiempos, a finales de la d¨¦cada de los ochenta, en que el ex primer ministro Isaac Rabin se dejaba fotografiar con Mahmud Zahar, uno de los dirigentes de Ham¨¢s m¨¢s detestados hoy por el Gobierno israel¨ª. Ni ofrecer¨¢n detalles sobre c¨®mo financiaron a los islamistas. Se trataba entonces de machacar a la OLP y a Yasir Arafat, como ahora se esmeran en destrozar a Ham¨¢s y Gaza.
Nadie tiene dudas sobre un asunto crucial: esta ronda de extremada violencia acrecentar¨¢ el odio, el ansia de venganza y acentuar¨¢ el deslizamiento progresivo de los palestinos hacia el extremismo.
Tal vez todo sea fruto de la sentencia pronunciada a?os atr¨¢s por el ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Moshe Yaalon, halc¨®n de tomo y lomo. No son palabras propias de la Hasbar¨¢. "A los palestinos", advirti¨® el general, "hay que hacerles entender en lo m¨¢s profundo de su conciencia que son un pueblo derrotado".
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