Tres a?os viviendo en una ratonera
Sin agua ni energ¨ªa, casi sin comida, sin calefacci¨®n y sin medicinas, el mill¨®n y medio de palestinos de la franja padece un desastre humanitario descomunal
"Para muchas personas es un tormento cuidar a los beb¨¦s y los ni?os m¨¢s peque?os. ?Sabes? Se cagan. Pero no hay agua ni pa?ales. Imagina c¨®mo nos las arreglamos", comenta Mohamed, padre de cuatro. Sin agua corriente, con escas¨ªsimo abastecimiento de alimentos, sin calefacci¨®n en invierno, sin poder escapar de la franja, sin capacidad para curar heridos, el mill¨®n y medio de sus habitantes padece un desastre humanitario descomunal. Causado no s¨®lo por el ataque brutal de 16 d¨ªas de las Fuerzas Armadas israel¨ªes. Desde hace tres a?os, el territorio sufre un bloqueo asfixiante que no hace sino empeorar. Pretende Israel acabar con el lanzamiento de cohetes. Sin duda, es cierto. Pero muchos apuntan a una estrategia calculada. "Gaza no es un caso de subdesarrollo econ¨®mico. Es un caso ¨²nico y cruel de subdesarrollo deliberado", ha escrito el historiador israel¨ª Avi Shlaim. Para que no levanten cabeza. "Haremos volver a Gaza 20 a?os atr¨¢s", ha dicho un miembro del Gabinete israel¨ª. Lo han conseguido.
"Gaza es un caso ¨²nico y cruel de subdesarrollo deliberado"
En agosto de 2005 el Gobierno de Ariel Sharon ejecut¨® la evacuaci¨®n de los colonos jud¨ªos de Gaza y representantes de organismos financieros internacionales auguraban un futuro halag¨¹e?o. Algunos hablaban de convertir Gaza en un enclave al estilo de Singapur. Pero los palestinos no celebraron aquella evacuaci¨®n. Ni un alma sali¨® a las calles. Est¨¢n hartos de escuchar promesas. Ayer, amplias zonas del campo de refugiados de Yabalia, de Rafah, de Beit Lahia y de la ciudad de Gaza ofrec¨ªan im¨¢genes dantescas, que recuerdan a la destrucci¨®n de Grozni, la capital chechena bombardeada.
La magnitud del desastre es especialmente cruda para los m¨¢s de 3.000 heridos por el fuego israel¨ª y los enfermos, quienes padecen una coyuntura traum¨¢tica. No es nuevo. Ya lo vivieron casi 300 seres que murieron por falta de atenci¨®n m¨¦dica en 2008. El Gobierno israel¨ª -y tambi¨¦n el egipcio- les impidi¨® ser tratados fuera de Gaza. Hubo casos sangrantes. Una familia obtuvo al fin el permiso de los servicios secretos israel¨ªes. Tarde. El enfermo hab¨ªa sido enterrado d¨ªas antes.
Es dram¨¢tico tambi¨¦n para los m¨¦dicos, que pelean por paliar una situaci¨®n desesperada. Los datos de las Agencias de Naciones Unidas son esclarecedores: el 70% de los pacientes cr¨®nicos ha suspendido sus tratamientos; entre el 25% y el 50% de los doctores y enfermeros no puede acudir a los hospitales, aunque en el sur superan el 90%. Se alerta del riesgo de epidemias. Los servicios de epidemiolog¨ªa, prenatales y los laboratorios han suspendido su actividad; las campa?as de vacunaciones se han interrumpido en los 58 hospitales y centros de salud, de los que s¨®lo 34 funcionan, y con generadores. Porque la electricidad es un lujo.
Tres de cada cuatro vecinos carece de luz. Hace fr¨ªo y el riesgo de hipotermia para los ni?os es grave. "Hay muchas viviendas con las ventanas destrozadas. La gente tiene que colocar pl¨¢sticos. Pero muchos que las conservan las abren para evitar que la onda de los bombardeos las destroce y lesione a alguien. Es peligroso", explica Mohamed.
Hace s¨®lo tres a?os, Gaza era un lugar pobre. Con una econom¨ªa a merced de los avatares pol¨ªticos y siempre en declive. Sus habitantes se aprestaban entonces a votar. Venci¨® Ham¨¢s. Y casi ning¨²n pa¨ªs del mundo acept¨® el veredicto de las urnas. Se acababa de firmar un acuerdo entre la Autoridad Palestina, Estados Unidos, la Uni¨®n Europea e Israel que fijaba en 450 contenedores el suministro diario a la franja. El promedio de los ¨²ltimos d¨ªas es de 67. Buen registro comparado con la media del mes de noviembre, cuando s¨®lo 23 camiones descargaron cada d¨ªa sus mercanc¨ªas. Durante los meses de tregua, entre junio y diciembre de 2008, Israel nunca permiti¨® un flujo que se aproximara ni remotamente a lo pactado.
Hace tres a?os, se compraba de todo en los supermercados. El d¨ªa a d¨ªa es hoy una lucha por la subsistencia. De las 27 f¨¢bricas de pan s¨®lo nueve funcionan. "Las colas para comprar son kilom¨¦tricas. Esperas cuatro horas para irte a menudo con las manos vac¨ªas. Hacemos en casa pan sin levadura. En las tiendas no hay de nada, se come habas secas, alguna legumbre y garbanzos a precios muy altos. ?Verduras? ?Eso qu¨¦ es? Nadie se atreve a recogerlas en los campos. Y las carnicer¨ªas han cerrado. Los due?os no compran carne porque no pueden conservarla. ?Pero si han bombardeado hasta las granjas de pollos!", explica Kayed, residente en la capital.
Casi un mill¨®n de personas dependen de la ayuda alimentaria de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (UNRWA) y del Programa Mundial de Alimentos. Han suspendido varias veces el reparto de comida. Y todo agravado porque Israel no permite a las dem¨¢s ONG trabajar en Gaza desde el 4 de noviembre.
Se apreciaba en 2005 miseria. Y se observaban vertederos inmundos. Pero no suced¨ªa lo que ocurre ahora en las ciudades norte?as de Beit Lahia y Beit Han¨²n. Las aguas negras emergen por las alcantarillas. Hay 170 estaciones de bombeo de agua y de tratamiento de aguas residuales. No funcionan. No hay combustible. El suministro de agua, que sabe a sal desde hace a?os, se ha cortado para el 80% de la poblaci¨®n. Es un colapso general. Miles de palestinos no pueden comunicarse por el p¨¦simo funcionamiento de la red de telefon¨ªa m¨®vil y fija. Ni pueden, a veces, acudir a los entierros. No se enteran de la muerte de familiares o amigos.
Los reservistas entran en acci¨®n
Los reservistas israel¨ªes han entrado en acci¨®n. Una se?al de que la invasi¨®n terrestre se extender¨¢ en las pr¨®ximas horas o d¨ªas y que ayer ya pod¨ªa anticiparse porque los soldados combat¨ªan por primera vez en los barrios del sur de la ciudad de Gaza. Ocho d¨ªas atr¨¢s, el Ej¨¦rcito llam¨® a filas a decenas de miles de reservistas para el caso de que se decidiera esa ampliaci¨®n de los ataques por tierra al interior de las ciudades, lo que puede provocar un aumento de v¨ªctimas mortales ya escalofriante tras 16 d¨ªas de batallas y bombardeos: 884 palestinos muertos -al menos 368 mujeres y ni?os-, y m¨¢s de 3.800 heridos, 413 de ellos en estado cr¨ªtico, seg¨²n fuentes m¨¦dicas palestinas.
Los acontecimientos se precipitan en esta guerra en la que el Ej¨¦rcito israel¨ª est¨¢ empleando, seg¨²n Human Rights Watch, bombas de f¨®sforo, prohibidas por los convenios internacionales. Mark Regev, portavoz de la Oficina del Primer Ministro, no lo desminti¨®. S¨®lo se?al¨® que Israel utiliza armas de las que hacen uso otros pa¨ªses occidentales. Ham¨¢s dispar¨® tambi¨¦n por vez primera un misil tierra-aire.
Los masivos bombardeos produjeron ayer los primeros cuatro heridos por metralla en territorio egipcio. Y tambi¨¦n se desat¨® un incidente en el Gol¨¢n sirio ocupado. Soldados israel¨ªes fueron atacados a tiros. No hubo heridos. El Gobierno israel¨ª cree que no fue obra de militares sirios, sino de hombres armados palestinos.
La franja en cifras
- V¨ªctimas: 879 muertos y m¨¢s de 3.100 heridos (1.080 ni?os).
- Desplazados: entre 80.000 y 90.000, la mayor cifra desde la guerra de 1967.
- Electricidad: el 75% de la poblaci¨®n no tiene luz.
- Agua: 800.000 vecinos carecen de agua corriente. Paralizadas las 170 estaciones de bombeo de agua y de tratamiento de aguas negras.
- Ayuda: llegan de media 67 contenedores al d¨ªa, cuando son necesarios 450 para mantener una actividad econ¨®mica normal.
- Enfermos: el 70% de los pacientes cr¨®nicos ha suspendido su tratamiento.
- M¨¦dicos: el 25% de los m¨¦dicos y enfermeros no puede acudir a los hospitales en la ciudad de Gaza. Los servicios de epidemiolog¨ªa, prenatales y los laboratorios han suspendido su actividad.
- Ambulancias: hay 92 en la franja. Once de ellas y tres cl¨ªnicas m¨®viles han sido alcanzadas por artiller¨ªa o la aviaci¨®n.
- F¨¢bricas de pan: hay 27, pero funcionan s¨®lo nueve.
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