El ataque de los iconos vivientes
Eugenio Merino aplica la iron¨ªa y la cr¨ªtica en sus esculturas hiperrealistas
Las esculturas de Eugenio Merino parecen tan reales que de no ser porque reflejan situaciones pr¨¢cticamente imposibles, asustar¨ªan. Unos ejemplos: Fidel Castro en ch¨¢ndal reconvertido en un zombi, el Dalai Lama imitando a Rambo con metralleta en ristre, el ex presidente Bush haciendo meditaci¨®n trascendental o Bin Laden en plan discotequero bailando a lo Toni Manero. "No s¨¦ si Fidel ha visto su escultura. Seguramente, s¨ª", explica el autor que, tras abandonar la carrera de Econ¨®micas, se pas¨® a Bellas Artes. "Dicen que a Fidel le gusta mucho el arte. Imagino que se habr¨¢ re¨ªdo... ?no? Hay que tener sentido del humor".
As¨ª es la obra de Merino que la misma tarde de esta entrevista sal¨ªa a comprar las gafas de su nueva creaci¨®n que se podr¨¢ ver en unos d¨ªas en la galer¨ªa ADN, de Barcelona, y en la feria de Arco, de Madrid: una escultura hiperrealista del artista brit¨¢nico Damien Hirst peg¨¢ndose un tiro en la cabeza. "En mis trabajos hay un poco de todo: tragedia, drama, comedia y algo de mala leche. Incluso cr¨ªtica social. Y eso que nunca acabo de implicarme demasiado. No soy de izquierdas ni de derechas". ?Hay poco humor en el arte? "Hay bastante, pero est¨¢ relegado. Ocurre lo mismo que en el cine. Si una peli es una comedia no se le toma en cuenta para darle un Oscar".
Mucho le debe Eugenio a las esculturas hiperrealistas de Mauricio Cattelan -recuer-den aqu¨¦lla del papa Juan Pablo II derribado por un me-teorito-. Hijo del impacto visual, la iron¨ªa y el humor, dicen que las esculturas de este madrile?o de 33 a?os, por lo medi¨¢tico, no son las que m¨¢s se venden, pero s¨ª las que m¨¢s r¨¢pido desaparecen de las exposiciones. "Ahora empiezo a vivir de esto, pero no me estoy forrando", explica Merino. "Los artistas invertimos mucho m¨¢s de lo que ganamos. Si esto fuese una empresa estar¨ªamos en quiebra". Tampoco augura una buena cosecha en la pr¨®xima edici¨®n de Arco. "Los que compraban muchas obras, los constructores, no est¨¢n pasando su mejor momento. As¨ª que se notar¨¢ bastante".
Sus obras han sido piropeadas ("el mejor piropo que me pueden hacer es que la compren") y tambi¨¦n insultadas ("en una cr¨ªtica escribieron que mi trabajo era superficial y yo, un gilipollas. Es una espina que tengo clavada"). Pero casi siempre entendidas. Con algunas excepciones. Como en su pen¨²ltimo trabajo, un v¨ªdeo donde se combina el tema Jailhouse Rock, de Elvis Presley, con im¨¢genes de varios presos en Guant¨¢namo. Pocos d¨ªas despu¨¦s de colgarlo en YouTube un comentario an¨®nimo se quejaba por la "poca gracia" de la creaci¨®n. Eugenio tuvo que dar explicaciones online: "Lo siento. Yo tampoco encuentro nada divertido lo que pasa en Guant¨¢namo". Precisamente por eso hizo el v¨ªdeo, que tiene su gracia.
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