Dar por hecho
Un amigo escritor se vio nombrado en una cr¨®nica social sobre un concierto de m¨²sica sacra en una iglesia. El alegre cronista ven¨ªa a decir (cito de memoria): "Ah¨ª est¨¢bamos, esa panda de ateos, disfrutando de aquel momento de espiritualidad religiosa". Mi amigo, que es un caballero, sabe que es de mal tono mandar cartitas de rectificaci¨®n si uno se ve citado con cari?o, pero me se?al¨®, con perspicacia, algo que es bastante com¨²n en nuestro mundo de plumillas: dar por hecho. ?Por qu¨¦ el cronista hab¨ªa dado por hecho que mi amigo no era creyente? ?Por su pinta, la barba y los pantalones chinos? ?Porque lo consideraba de los suyos? Mi amigo es lo que suele llamarse (para entendernos) un socialdem¨®crata; adem¨¢s, es culto, moderado sin complejos, militante activo de la buena educaci¨®n, disc¨ªpulo de Darwin, tolerante en lo tolerable, intransigente con las pamplinas ideol¨®gicas que a¨²n colean, amante de la m¨²sica cl¨¢sica y, por tanto, de la buena m¨²sica sacra, de la que disfruta por pura meloman¨ªa y, como pude deducir de su comentario, por una manera peculiar de creer en Dios.
Aunque dicho as¨ª parezca significativo, no lo es en absoluto. Sospecho que en esta Espa?a en la que la religi¨®n se entiende de manera tan laxa, ¨¦ste es el tipo de creyente habitual. A mi amigo le ha divertido la campa?a agn¨®stica-atea que comenz¨® en los autobuses londinenses. A m¨ª tambi¨¦n, desde luego. Aunque recuerdo haberme preguntado, antes de que la campa?a se extendiera a nuestro pa¨ªs, si aqu¨ª, como siempre, convertir¨ªamos la iron¨ªa en agria pol¨¦mica. As¨ª parece. Los catolicones han contrarrestado de manera rancia y poco tolerante y algunos ateos parecen no entender el porqu¨¦ de la fe. Lo que s¨ª demuestran unos y otros es tener poca psicolog¨ªa: tanto la fe como la ausencia de ella son dos actitudes, ay, espec¨ªficamente humanas.
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