Rafael del ?guila, el mejor te¨®rico pol¨ªtico espa?ol
Un martes y 13, por una de esas iron¨ªas del destino que tanto le gustaban, ha fallecido Rafael del ?guila, el mejor te¨®rico pol¨ªtico espa?ol de las ¨²ltimas d¨¦cadas. ?se ser¨¢ seguramente el juicio por el que merece aparecer en estas p¨¢ginas. Pero para sus alumnos, lo m¨¢s probable es que fuera por sus clases, en las que su inmenso carisma brillaba siempre por encima de todos los dem¨¢s. Y para los amigos y compa?eros, por el mero homenaje a lo que significa el haber compartido una amistad animada por su siempre inteligente conversaci¨®n y bonhom¨ªa.
Rafael del ?guila tuvo la virtud de atreverse a penetrar en los temas centrales de la ciencia pol¨ªtica, incluso en los m¨¢s escabrosos. Siempre brillante, con la elegancia y el buen hacer de quien controlaba como nadie el legado del pasado y los desaf¨ªos del presente. No es casualidad que fuera nuestro m¨¢ximo experto en Maquiavelo. Como el florentino, nunca perdi¨® de vista la realidad de la pol¨ªtica, tantas veces oculta detr¨¢s de los convencionalismos al uso. Pero su realismo ten¨ªa un fin terap¨¦utico, evitar que el maximalismo moral o la hipocres¨ªa impidieran al final la realizaci¨®n de una democracia mejor y m¨¢s plena. Su excelente libro La senda del mal (Taurus, 2000) abord¨® como pocos las delicadas conexiones entre moral y pol¨ªtica y la importancia de pensar en profundidad las categor¨ªas fundamentales de lo pol¨ªtico. En su ¨²ltimo libro, Cr¨ªtica de las ideolog¨ªas (Taurus, 2008), redactado ya en plena enfermedad, nos mostr¨® la crueldad y el horror de algunos ideales pol¨ªticos, pero sobre todo la importancia de una "pol¨ªtica de mesura" democr¨¢tica abierta a la cr¨ªtica y a la autorreflexividad permanentes; el valor de la ¨¦tica de la responsabilidad y la necesidad de abordar de frente, sin guiarnos por idealizaciones est¨¦riles, la endiablada e ineludible gesti¨®n de las contingencias pol¨ªticas.
Sus otros libros y sus innumerables escritos acad¨¦micos dan cuenta de una vida dedicada a la reflexi¨®n que deber¨¢ ser estudiada en profundidad en los tiempos venideros. Para quienes tuvimos la fortuna de estar junto a ¨¦l, sin embargo, la calidad de su obra ir¨¢ siempre unida a una personalidad sobresaliente. Y con toda la admiraci¨®n que era capaz de suscitar, en su recuerdo prevalecer¨¢ al final el cari?o m¨¢s entra?able.
Descansa ya, excelente compa?ero y maestro, mi gran amigo.
Fernando Vallesp¨ªn es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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