La baja m¨¦dica de Jobs suscita dudas entre los inversores

Wall Street intentaba ayer digerir que Steve Jobs deje durante al menos cinco meses la gesti¨®n diaria de Apple, por una complicaci¨®n en su estado de salud. Los t¨ªtulos de la ic¨®nica firma tecnol¨®gica de Cupertino llegaron a caer un 6% en la apertura del Nasdaq, mientras los inversores ped¨ªan al Consejo de Administraci¨®n de la compa?¨ªa que sea honesto y claro sobre la seriedad de su condici¨®n m¨¦dica, para arrojar certidumbre a la situaci¨®n.

Jobs fund¨® Apple en 1976, junto a Steve Wozniak. El anuncio de la baja cay¨® como una bomba en Silicon Valley. Los problemas de salud representan siempre un quebradero de cabeza para los inversores. Pero en su caso se hace a¨²n m¨¢s relevante, porque Jobs es visto como un revolucionario y una inspiraci¨®n para todo el sector, como el genio que con su creatividad y visi¨®n es capaz de entender las tendencias y lanzar nuevos productos al mercado que gusten al consumidor.

Wall Street reclama transparencia sobre la enfermedad del fundador

Las riendas de la compa?¨ªa quedan ahora en manos de Tim Cook

A Jobs, de 53 a?os, le fue extirpado un tumor maligno de p¨¢ncreas en agosto de 2004. La preo-cupaci¨®n sobre su estado de salud empez¨® a crecer en junio del pasado a?o, cuando apareci¨® en un acto de Apple extremadamente delgado. En oto?o se le vio otra vez en p¨²blico, sin que hubiera recuperado peso. Y su ausencia hace 10 d¨ªas de la feria Macworld aliment¨® las especulaciones sobre su continuidad.

Esa p¨¦rdida de peso se atribuy¨® a un desajuste hormonal, de f¨¢cil tratamiento. La cuesti¨®n que est¨¢ en el aire tras el anuncio de la baja m¨¦dica es si desde Apple se est¨¢ contando la verdad. Por eso se pide a la ejecutiva en Cupertino que sea transparente sobre la cuesti¨®n, para que las distracciones a las que se refiere Jobs en su ¨²ltima carta a los empleados no minen m¨¢s los t¨ªtulos de la compa?¨ªa. Las acciones de Apple se pagaban en junio de 2008 por encima de los 185 d¨®lares. Ayer val¨ªan 81 d¨®lares.

Jobs es un empresario capaz de ser querido a la vez por sus clientes, sus empleados y los inversores. Los ordenadores iMac, los reproductores digitales iPod, la tienda electr¨®nica iTunes y el tel¨¦fono interactivo iPhone impulsaron el negocio de la compa?¨ªa a la vez que se popularizaban sus productos electr¨®nicos entre millones de consumidores en todo el mundo. Pero es precisamente en este estrecho v¨ªnculo entre el ejecutivo y la imagen de la marca donde est¨¢ el punto vulnerable de la casa de la manzana.

Los analistas del sector tecnol¨®gico intentaban ayer mostrar contenci¨®n al referirse a la cuesti¨®n o al hablar sobre el futuro de Apple. Unos destacaban el hecho de que en el correo electr¨®nico enviado por Jobs a sus empleados, anunciando la baja, no se cite la palabra c¨¢ncer. Otros creen que el factor determinante en este momento es la recesi¨®n, por su impacto en la electr¨®nica de consumo. Pero en el fondo existe el temor de que Apple se quede sin el catalizador de su ¨¦xito durante la pasada d¨¦cada.

Las riendas de Apple quedan ahora en manos de Tim Cook, que como director de operaciones conoce a la perfecci¨®n lo que se cuece en las cocinas de Cupertino. Es una persona brillante, como reconocen en el parqu¨¦ neoyorquino, y ya tuvo que cubrirle las espaldas a Jobs mientras se recuperaba de la operaci¨®n. Pero su perfil es m¨¢s parecido al de Mark Hurd, presidente ejecutivo de HP, considerado como el responsable del renacimiento de la compa?¨ªa tras el controvertido paso de Carly Fiorina.

Cook fue contratado por Jobs al poco de regresar a Apple en 1997, tras 12 a?os de exilio. Su ascenso al segundo puesto de mando fue r¨¢pido. Los analistas de la firma Gartner no creen que a corto plazo vaya a producirse un cambio en la forma de operar de Apple, porque insisten en que Jobs no es el ¨²nico responsable en las decisiones que se toman en la firma tecnol¨®gica y alaban la competencia del equipo que se mueve en su entorno.

Desde Standard & Poors se cree que representa una oportunidad de compra para los inversores, porque los fundamentos de la compa?¨ªa son s¨®lidos. Pero otros analistas prefieren adoptar en este momento una posici¨®n m¨¢s neutral, porque aunque ven que los Mac, los iPod y los iPhone seguir¨¢n vendi¨¦ndose bien, creen muy posible que la ausencia de Jobs pueda tener un efecto negativo en la forma en la que Apple lanza sus nuevos productos.