Un joven Einstein de la m¨²sica

Nico Muhly. Quien no lo conozca que tome nota porque su nombre no es una moda pasajera. Despu¨¦s de firmar dos bandas sonoras, Hollywood est¨¢ promocionando de cara al Oscar la tercera, la del filme The reader (dirigido por Stephen Daldry). En Islandia le producen discos (tiene dos) y artistas como Bj?rk se lo rifan para colaborar con ¨¦l. En Nueva York la Metropolitan Opera le ha encargado una ¨®pera, el New York City Ballet ha bailado una de sus composiciones y los museos Guggenheim y Whitney le han subvencionado creaciones. Adem¨¢s, Antony and the Johnsons canta en su ¨²ltimo disco siguiendo sus arreglos y el grupo indie Grizzly Bear tambi¨¦n ser¨¢ bendecido por su genio musical en su pr¨®ximo ¨¢lbum. ?De donde ha salido este peque?o Einstein de la composici¨®n y el eclecticismo?

El ¨¦xito le ha llegado con la banda sonora de 'The reader'

Estudi¨® en la Julliard School y fue becario de Philip Glass

S¨®lo tiene 26 a?os, creci¨® en el campo, en Vermont (Carolina del Norte), se enamor¨® del piano de ni?o, de la m¨²sica sacra y el ¨®rgano en su adolescencia, del minimalismo en su temprana juventud y del cine de la mano directa del m¨²sico Philip Glass. El resultado de ese c¨®ctel puede escucharse en discos (Mothertongue y Speaks volumes) que se niega a definir musicalmente porque cree superadas "las pesadeces de los g¨¦neros". Muhly vino a Nueva York a estudiar composici¨®n a la Julliard School y, por un enchufe, se hizo becario de Glass. "A los pocos meses me contrat¨®, supongo que porque era un becario muy malo que hac¨ªa demasiadas preguntas". Muhly sonr¨ªe a menudo y habla a toda velocidad, como si su hiperactividad y versatilidad creativa tambi¨¦n se le escapara por la boca.

Le entrevistamos tras un mini recital privado en el caf¨¦ Carlyle, toda una instituci¨®n de la clase alta del Upper East Side. El local se ha transformado en el improvisado escenario para que la productora de The reader, The Weinstein Company, pueda grabarle al piano tocando temas de la banda sonora con la que aspiran a hacerlo c¨¦lebre. La cinta ser¨¢ enviada a los miembros de la academia "para que lo vean en acci¨®n porque no s¨®lo su m¨²sica es buena, ¨¦l es un genio", dice una responsable de la compa?¨ªa.

A Muhly el tema de la promoci¨®n le fascina por la novedad, pero parece darle igual si llega a candidato al Oscar porque ya lo vivi¨® como asistente de Philip Glass con la pel¨ªcula Las horas. "Los premios son bonitos, pero accidentales", comenta. Sus trabajos con Antony o Bj?rk, dice, son parte de una progresi¨®n natural. "Me acerco a toda la m¨²sica que me interesa". Y su inter¨¦s por las bandas sonoras en cambio, reside en que "te obligan a trabajar a punta de pistola, con las primeras emociones que salen de ti cuando ves una cinta. Es una gimnasia muy buena para poner a prueba tus capacidades".