?Abajo con la democracia!
- "Los presidentes de los clubes no tienen amigos, salvo cuando tienen entradas disponibles para los grandes partidos". Roy Hattersley, diputado brit¨¢nico y aficionado al f¨²tbol.
Inglaterra lleva casi tres siglos con democracia, casi tres y medio si nos remontamos a la ejecuci¨®n del rey Carlos I en 1649. Pero esta venerable tradici¨®n no ha calado en el f¨²tbol de hoy. Los presidentes de los clubes de la Premier League son d¨¦spotas cuyo instrumento de poder es el dinero, cuyos m¨¦todos de gesti¨®n son opacos.
En Espa?a, o al menos en el caso de sus dos grandes clubes, tiende a ser al rev¨¦s. Hay relativamente poca historia de democracia en la pol¨ªtica, pero en el Real Madrid y el Barcelona se llega al poder por la v¨ªa electoral. Ante la ca¨ªda esta semana de George W. Calder¨®n, o quiz¨¢s mejor llamarle Richard Nixon Calder¨®n en reconocimiento del Watergate espa?ol que nos han brindado los compa?eros de Marca, nadie propone un golpe de Estado o una venta rel¨¢mpago en el Bernab¨¦u. Con admirable moderaci¨®n, se pone al anterior vicepresidente como presidente, como ocurri¨® con Gerald Ford cuando dimiti¨® Nixon, y se espera a que toquen elecciones.
Claro, las elecciones se pueden ama?ar -al viejo estilo del PRI mexicano, seg¨²n parece, en el caso reciente del Madrid-, pero en Inglaterra es francamente inconcebible una campa?a en la que varios candidatos se presentan, dan discursos y hacen promesas que, en caso de ganar, se ver¨¢n exigidos a cumplirlas. Los presidentes de los clubes ingleses son magnates de Estados Unidos, Rusia, Islandia o Abu Dhabi que se compran un Manchester United o un City como si fueran yates, Lamborghinis o castillos escoceses.
La suerte que tienen, comparado con los presidentes del Bar?a y el Madrid, es que no se les exige mucha responsabilidad a cambio. El poder visible est¨¢ concentrado en los entrenadores. Pocas veces se oye al presidente de un club ingl¨¦s opinando sobre un resultado, lo que nunca se le volver¨¢ a pedir al pobre Calder¨®n, que tanto disfrutaba de ello. Se quedan en las tinieblas -las c¨¢maras de televisi¨®n no suelen buscar a los presidentes ingleses durante un partido, a diferencia de la pr¨¢ctica habitual en Espa?a-, con lo cual, cuando el equipo va mal, los fans piden que se vaya el entrenador, casi nunca el presidente.
Lo que ocurre en Espa?a es que el Madrid y el Barcelona son m¨¢s instituciones pol¨ªticas que empresas mientras que en Inglaterra los clubes son m¨¢s empresas que instituciones pol¨ªticas. Llevados al extremo, como hemos visto esta semana, ambos sistemas tienen sus vicios. La democracia ha conducido al caos en el Madrid, que ha tenido cinco presidentes en tres a?os; la riqueza sin l¨ªmites de los due?os ¨¢rabes del Manchester City ha derivado en una oferta grotesca por Kak¨¢, el astro brasile?o del Milan, por encima de los 120 millones de euros. Es una jugada de un extraordinario mal gusto en estos tiempos de crisis mundial que, a su vez, contiene algo de burla hacia los dem¨¢s grandes clubes, todos de repente pobres en comparaci¨®n.
Habra que buscar un t¨¦rmino medio, un modelo que reconcilie la condici¨®n pol¨ªtica de los clubes, la realidad de que en ellos se vuelcan las esperanzas y los sentimientos de cientos de millones de personas, con su elemental condici¨®n empresarial. En Inglaterra tendr¨¢n que encontrar una f¨®rmula que reimponga el orden en un mercado de fichajes hecho a?icos por los due?os del City. En la campa?a presidencial del Madrid, los candidatos tendr¨¢n que ponerse seriecitos por el bien del club. S¨ª, s¨ª: que ofrezcan el oro y el moro en cuanto a fichajes, como siempre, pero que tambi¨¦n vengan con propuestas de cambio a la constituci¨®n del club para que, a cambio de menos democracia, haya m¨¢s paz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.