Un negocio inmune a la crisis
Los narcos usan ahora lanchas m¨¢s veloces y realizan desembarcos arriegados - La polic¨ªa y el fiscal reclaman un sistema de vigilancia como el del Estrecho
Conocen como nadie el corredor mar¨ªtimo de la droga que une los 230 kil¨®metros cuadrados de la escarpada R¨ªa de Arousa con la l¨ªnea oce¨¢nica, adonde llegan los cargamentos en los barcos nodriza. Son los incombustibles traficantes gallegos que hoy disponen de mayores y veloces planeadoras para mantener a flote un mercado creciente por el tir¨®n de millones de consumidores adictos a la coca¨ªna y por el est¨ªmulo de los poderosos c¨¢rteles que manejan los hilos del narcotr¨¢fico desde Espa?a.
Mientras unos caen, otros se levantan. As¨ª funciona un negocio que se ha perpetuado en Galicia desde mediados de los a?os ochenta y que a pesar de las redadas policiales en las que han ca¨ªdo, desde entonces, centenares de traficantes, el narcotr¨¢fico parece que se muestra hoy, m¨¢s que nunca, como un enemigo indestructible.
Los radares costeros del SIVE detectan barcos a larga distancia
"No podemos tener a un agente de polic¨ªa en cada punto del litoral"
Las razones no son otras que las econ¨®micas. Naciones Unidas estima que el tr¨¢fico de drogas mueve anualmente en el mundo un promedio de 300 billones de d¨®lares y el mercado de coca¨ªna, con unos alarmantes ¨ªndices de consumo, es el que m¨¢s ha contribuido a la formaci¨®n de este enorme agujero de dinero negro, mientras la producci¨®n de hoja de coca en Colombia, Per¨² y Bolivia apenas ha variado, pese a los esfuerzos econ¨®micos de pa¨ªses como EE UU por erradicar estas plantaciones.
En la R¨ªa de Arousa, unos experimentados contrabandistas de tabaco crearon su propia escuela de narcotraficantes cuando se dieron cuenta que con la droga pod¨ªan amasar mayores fortunas, con m¨¢s rapidez y menor infraestructura. A?o tras a?o, salen de esta cantera nuevos personajes que esperan el momento de dirigir su propia empresa criminal, sobre todo para importar coca¨ªna, tomando el relevo de los capos que son capturados por la Polic¨ªa.
A medida que fueron cayendo los hist¨®ricos jefes del narcotr¨¢fico, a lo largo de la d¨¦cada de los noventa, los c¨¢rteles de la coca¨ªna fueron adquiriendo posiciones para dirigir el negocio desde la Pen¨ªnsula, enviando a miles de traqueteros (delegados y sicarios) para controlarlo. Tambi¨¦n la presi¨®n y la vigilancia policial cambiaron la forma de operar de los narcos gallegos, que despu¨¦s de un largo per¨ªodo desviando parte de los cargamentos a las costas de Portugal, han vuelto a desplegar, si no toda, al menos una parte de su intensa actividad en las r¨ªas gallegas, con planeadoras m¨¢s ligeras y potentes.
Los investigadores no se ponen de acuerdo al evaluar el escenario actual. Mientras unos creen que no hay un repunte del narcotr¨¢fico, sino mejores resultados policiales, otros afirman lo contrario. "Son ingentes las cantidades de droga que est¨¢n entrando en Galicia, pero es dificil¨ªsimo llegar a detectarlas, porque requiere no s¨®lo un enorme despliegue de medios y coordinaci¨®n, sino adem¨¢s suerte", dice Marcelo Azc¨¢rraga, fiscal especial antidroga de Pontevedra.
Seg¨²n Azc¨¢rraga, los narcotraficantes nunca abandonaron las r¨ªas gallegas para realizar los desembarcos, s¨®lo que ahora se arriesgan m¨¢s porque conocen bien el terreno y cuentan con mejores medios. "Muchas investigaciones se frustran al final. En una operaci¨®n suele haber varios puntos de descarga que a veces eligen en el ¨²ltimo momento. Y para avisar a los lancheros no hay que hablar por tel¨¦fono, con una llamada ya saben a qu¨¦ punto tienen que dirigirse", explica.
El fiscal cree que los medios policiales son suficientes, aunque admite que la vigilancia en el mar deber¨ªa de reforzarse con el SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior), que est¨¢ operando con ¨¦xito en la frontera sur contra la inmigraci¨®n ilegal y en el tr¨¢fico de hach¨ªs con el norte de ?frica. "Porque lo que no podemos pretender es que tengamos un polic¨ªa en cada punto del litoral", se?ala.
Fuentes policiales coinciden en reclamar este sistema de vigilancia para Galicia. El SIVE est¨¢ dotado con radares, c¨¢maras de v¨ªdeo e infrarrojos, y permite detectar embarcaciones a larga distancia y coordinar su seguimiento. Las autoridades portuguesas utilizan una infraestructura similar, inspirada en la empleada por el ej¨¦rcito estadounidense en la primera guerra del Golfo.
Con los colombianos en su propio territorio, las ¨²ltimas generaciones de traficantes lo tienen cada vez m¨¢s f¨¢cil. Ya no viajan a Sudam¨¦rica para contratar los env¨ªos de coca¨ªna, ni compran grandes barcos para traer la droga. S¨®lo necesitan unos cuantos marineros y unas lanchas lo m¨¢s r¨¢pidas posible para descargar y escapar.
En galpones pr¨®ximos al mar o a los r¨ªos esconden enormes planeadoras neum¨¢ticas de hasta 16 metros de eslora con seis motores de 300 caballos de potencia. En cada viaje pueden transportar entre tres y cuatro toneladas de droga. Mientras la polic¨ªa apresa un cargamento y ellos queman la lancha para destruir cualquier prueba, ya tienen otras preparadas para trabajar.
El capo escondido en el armario
El pasado domingo el Greco-Galicia (Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado) se apunt¨® uno de los mejores ¨¦xitos contra el narcotr¨¢fico, no s¨®lo por la cantidad de droga apresada, 3.600 kilogramos de coca¨ªna, sino porque detuvo a los dos jefes de la operaci¨®n.
Uno de ellos, Juan Carlos Fern¨¢ndez Cores O Parido, se hab¨ªa convertido en una joven promesa del narcotr¨¢fico. Con 39 a?os y sin ninguna mancha en su historial, este marinero ya contaba con su propia empresa naval y avezados tripulantes. Tres de ellos huyeron despu¨¦s de descargar la coca¨ªna en Mux¨ªa y quemar la planeadora en la parroquia de Agui?o, en Ribeira.
En medio de un enorme despliegue policial para localizarle, la polic¨ªa fue a su chal¨¦ de Cambados, pero O Parido no estaba. Los agentes comenzaron a registrar la vivienda palmo a palmo cuando, por fin, tras mover los muebles le encontraron escondido detr¨¢s de un armario, en un espacio de apenas 30 cent¨ªmetros en el que casi no pod¨ªa ni respirar. En registros posteriores, las fuerzas de seguridad encontraron un aut¨¦ntico arsenal de planeadoras, valoradas en unos 400.000 euros.
Su socio en esta frustrada operaci¨®n, Andr¨¦s Garc¨ªa Gesto, de 44 a?os, es el primog¨¦nito de una hist¨®rica familia de traficantes, Os Lul¨²s, que operaba en la Costa da Morte. Este cocinero de doble profesi¨®n, era el encargado del desembarco de los fardos y la ocultaci¨®n de la droga, pero fue detenido, completamente mojado, cuando acababa de ayudar a los tripulantes de la planeadora a descargar la droga en una cala de Mux¨ªa.
Desde un helic¨®ptero del Servicio de Vigilancia Aduanera, los agentes filmaron la persecuci¨®n de la lancha y el desembarco de la droga. Los investigadores se sorprendieron, una vez m¨¢s, ante la destreza del piloto y la rapidez con la que se estibaron los fardos. Pero esta vez, al marinero y al cocinero les toc¨® perder.
La polic¨ªa cree que con esta operaci¨®n se ha descabezado la organizaci¨®n m¨¢s importante de transporte de droga en el sur de las r¨ªas y, en el norte, la que se encargaba de ejecutar las descargas. La investigaci¨®n sigue abierta y est¨¢n en el punto de mira de los agentes una decena de personas m¨¢s vinculadas a los detenidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.