Murrow
Egbert Murrow, conocido como Edward Murrow, fue uno de los grandes periodistas de su tiempo. Una pel¨ªcula reciente, Buenas noches y buena suerte, sobre su batalla televisiva contra el senador Joseph McCarthy y la cruzada anticomunista, le ha recuperado para las nuevas generaciones.
Cuando empez¨® a dirigir un informativo en televisi¨®n, en 1952, Murrow era ya una celebridad. Era la voz de la guerra. Se hab¨ªa hecho cargo de la oficina londinense de la CBS en 1937, y desde 1939 sus cr¨®nicas radiof¨®nicas sobre la guerra desatada por Alemania fueron las m¨¢s escuchadas en Estados Unidos.
Aunque viaj¨® con frecuencia al frente, Murrow envi¨® la mayor¨ªa de sus servicios desde Londres. La capital brit¨¢nica sufr¨ªa continuos bombardeos y Murrow supo reflejar, con la m¨¢xima econom¨ªa de medios, el sufrimiento de la ciudad, su digna resistencia y su victoria final. Pero no s¨®lo ocurr¨ªan bombardeos. Desde la entrada en guerra de Estados Unidos, en Gran Breta?a empez¨® a acumularse una importante fuerza militar. Esa fuerza se hizo imponente en v¨ªsperas del desembarco en Normand¨ªa.
Ser¨ªa bueno que los actuales periodistas, los aspirantes a periodistas y el p¨²blico interesado en este oficio en crisis volvieran a escuchar con atenci¨®n aquellas cr¨®nicas radiof¨®nicas. Algunas se conservan. Y sorprenden por dos razones. Una, el silencio de Murrow sobre los preparativos militares: hab¨ªa censura y no se permit¨ªa difundir informaci¨®n que pudiera ser ¨²til al enemigo. Dos, la aparente superficialidad con que Murrow abordaba asuntos como las rivalidades entre los generales aliados o los rifirrafes diplom¨¢ticos: aquel periodista quer¨ªa captar la atenci¨®n de la gente y contar lo esencial, dejando los detalles para los especialistas.
Los medios actuales no podemos soslayar conflictos pol¨ªticos relevantes, como el suscitado por la decisi¨®n de Esperanza Aguirre de controlar Caja Madrid. El tema es importante. ?Alguien ajeno al Gobierno madrile?o, a la caja en cuesti¨®n o al periodismo es capaz de seguirlo cotidianamente? Yo me declaro incapaz. ?Qu¨¦ habr¨ªa hecho Murrow? ?C¨®mo habr¨ªa informado sobre ese asunto, y otros similares? Me lo pregunto con frecuencia.
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