Una comedia ¨¢cida para tiempos de crisis
?lex Rigola dirige 'D¨ªas mejores', una obra de Richard Dresser sobre el paro
"El mundo de mi obra D¨ªas mejores son personas decentes empujadas al arroyo por una econom¨ªa aplastantemente injusta". As¨ª de rotundo se manifiesta Richard Dresser (Massachusetts, 1957), uno de los autores estadounidenses m¨¢s comprometidos por llevar a escena una visi¨®n realista de su pa¨ªs y con m¨¢s prestigio en los teatros de Nueva York. "Es un norteamericano que quiere mucho a su pa¨ªs y por eso lo critica", coment¨® ayer el director de La Abad¨ªa, Jos¨¦ Luis G¨®mez, al presentar el espect¨¢culo D¨ªas mejores, que se estrena hoy en Madrid despu¨¦s de una breve gira por Catalu?a y Mallorca. Escrita a finales de los a?os ochenta como reflejo de la crisis de aquella ¨¦poca, la depresi¨®n econ¨®mica de la actualidad ha multiplicado la vigencia del texto. Dresser utiliz¨® t¨¦cnicas casi period¨ªsticas para investigar las formas en las que el paro y una mala racha influ¨ªan en una sociedad, como la norteamericana, que idolatra el dinero.
"Puedo agitar al p¨²blico, aunque no pueda cambiar las cosas", dice el autor
?lex Rigola, con una intensa y variada trayectoria a sus espaldas a pesar de no haber cumplido todav¨ªa los 40 a?os, describe el montaje como "una obra donde los personajes son trabajadores en paro que buscan ocupaciones extra?as para ganarse la vida, como quemar los coches propios o ajenos para poder cobrar los seguros". Desde una perspectiva de defensa de un teatro que muestre la realidad, Rigola fustiga el tipo de vida occidental cuando se?ala: "El origen de las crisis de ahora y de los a?os ochenta pasa porque mucha gente cree que puede hacer dinero sin trabajar y se lanza con alegr¨ªa a las hipotecas o a invertir en ese casino que llamamos Bolsa. D¨ªas mejores cuenta esa realidad, a trav¨¦s de un humor casi surrealista y de un ritmo trepidante, y nos habla tambi¨¦n del papel de la religi¨®n como motivaci¨®n irracional y como negocio". Rigola destac¨® el car¨¢cter de obra divertida, ligera y con fondo de D¨ªas mejores y alab¨® el trabajo del "heterog¨¦neo, pero bien encajado" equipo de actores, as¨ª como la traducci¨®n de Ignacio Garc¨ªa May de un texto escrito en un ingl¨¦s muy coloquial y de argot.
No cabe duda de que tanto Dresser como Rigola, que ayer demostraron tener mucha complicidad, piensan que el teatro debe colocar un espejo para ense?ar la realidad al espectador. "Ser¨ªa un presumido como autor", declar¨® Dresser, "si pensara que puedo transformar la sociedad con mis obras. Ahora bien, puedo agitar al p¨²blico aunque no pueda cambiar las cosas". Rigola terci¨®, durante la presentaci¨®n de D¨ªas mejores, para manifestar que "el teatro es un arte minoritario y no va a cambiar el mundo, pero ha de ser un espejo". Acostumbrado a montar espect¨¢culos tanto en Madrid como en Barcelona, el director catal¨¢n subray¨® que las "salas de teatro se encuentran todav¨ªa entre los escasos sitios donde gente que no se conoce, se re¨²ne para compartir un espect¨¢culo. Se trata de algo que no se produce cuando ves o escuchas en tu casa un partido de f¨²tbol, una pel¨ªcula o un disco". Partidario de utilizar nuevas tecnolog¨ªas en sus montajes, Rigola opina que "nada sustituye al actor, ni los espect¨¢culos virtuales pueden competir con el ritual de ir al teatro".
La actriz Ana Otero, una de las int¨¦rpretes de D¨ªas mejores, lo dej¨® bien claro cuando afirm¨®: "No hay por qu¨¦ confrontar al cine con el teatro. No obstante, el aqu¨ª y ahora no tiene r¨¦plica posible".
D¨ªas mejores. Estreno hoy en el teatro de La Abad¨ªa. Permanecer¨¢ en cartel hasta el 8 de marzo. Precio: 20 euros.
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