R¨¢pido divorcio entre el nuevo mandatario y los periodistas
Puede que todo se deba a la comprensible impericia de los novatos o a la intolerancia de la ¨¦lite period¨ªstica, un grupo de presi¨®n como cualquier otro que quiere hacerse notar en esta capital del poder, pero lo cierto es que la relaci¨®n entre la prensa y la Administraci¨®n de Barack Obama ha nacido de forma bastante accidentada.
Aunque los medios de comunicaci¨®n fueron acusados por los conservadores de haber estado rendidos a los encantos de Obama durante toda la campa?a electoral, ha sido llegar a la Casa Blanca y acabarse el amor. Los periodistas se quejan de dificultades en el acceso al presidente, de falta de informaci¨®n sobre sus movimientos y de algunos retrasos y errores en la comunicaci¨®n entre los responsables pol¨ªticos y la prensa. Algo similar est¨¢ ocurriendo en el Departamento de Estado, donde algunos reporteros dicen que se han impuesto restricciones a sus movimientos, superiores a los que tienen en el Pent¨¢gono.
Obama: "Chicos, vengo a saludar y vosotros me fre¨ªs a preguntas"
Los periodistas se han quejado de que no se permitieran c¨¢maras de televisi¨®n en el acto de segunda jura que Obama tuvo el mi¨¦rcoles. Las agencias AP, Reuters y France Presse se han negado a transmitir las fotos oficiales que les pasa la Casa Blanca como protesta por no haber sido autorizadas a realizar la foto de Obama al tel¨¦fono que fue distribuida en su primer d¨ªa de presidencia.
Durante la primera conferencia de prensa del nuevo portavoz presidencial, Robert Gibbs, los corresponsales en la Casa Blanca le preguntaron por qu¨¦ la primera entrevista de Obama como presidente fue concedida a la cadena de televisi¨®n ABC, precisamente la misma que pag¨® uno de los bailes de gala organizados el martes en su honor.
Gibbs tambi¨¦n sorprendi¨® ayer a los participantes en su segunda conferencia de prensa al negarse a comentar el m¨¢s m¨ªnimo aspecto relacionado con el ataque norteamericano a sospechosos de Al Qaeda en Pakist¨¢n, en el que murieron 15 personas. "?No va a comentar nada de la primera acci¨®n militar de Obama?", le pregunt¨®, incr¨¦dulo, uno de los periodistas.
El propio Obama hizo en la noche del jueves un intento de aproximaci¨®n y baj¨® a la Sala de Prensa de la Casa Blanca para saludar a los que all¨ª quedaban. No fue una buena idea. Enseguida, uno de los presentes se lanz¨® a hacerle preguntas delicadas sobre el posible pr¨®ximo n¨²mero dos del Departamento de Defensa. "Veis, muchachos, esto es lo que pasa", dijo Obama, visiblemente contrariado, "vengo a saludar y vosotros me fre¨ªs con preguntas que pueden hacerse en una conferencia de prensa".
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