Un plan contra la crisis
La tasa de paro del 14% avanza una depresi¨®n que debe tratarse con inversi¨®n en sectores de futuro
La econom¨ªa espa?ola cerr¨® el a?o 2008 con 3.207.900 parados, seg¨²n la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA), equivalentes a una tasa de paro del 13,91%. La composici¨®n estad¨ªstica de este pavoroso hundimiento del mercado laboral indica que el a?o pasado se destruyeron 620.000 puestos de trabajo y cayeron en el desempleo 1.280.000 personas; que hay 827.000 familias con todos sus miembros desempleados; y que el paro se ha cebado con especial crudeza en el sector servicios, que ya acumula a 1.145.000 personas sin trabajo, seguido por el mercado de la construcci¨®n, con 576.000 parados. ?sta es, a grandes rasgos, la t¨¦trica fotograf¨ªa del mercado laboral en Espa?a en 2008; pero empeorar¨¢, y mucho, durante 2009. No ser¨ªa descabellado calcular que este a?o desaparecer¨¢n al menos otro mill¨®n de empleos, que la tasa de paro se aproximar¨¢ al 18% y que la econom¨ªa espa?ola caer¨¢ en una espiral recesiva que puede ser m¨¢s profunda que ese 2% de contracci¨®n del PIB que augur¨® la Comisi¨®n Europea.
El hundimiento del mercado inmobiliario, la burbuja sobre la que los Gobiernos del PP edificaron un periodo de prosperidad que parec¨ªa inagotable, la ca¨ªda del sector servicios arrastrado por la construcci¨®n y la crisis del mercado crediticio explican la fase recesiva. Con la foto fija del mercado laboral de 2008, las p¨¦simas proyecciones de crecimiento y la persistencia de un mercado mundial de pr¨¦stamos bloqueado por el p¨¢nico sugieren que la econom¨ªa espa?ola se encuentra hoy m¨¢s cerca de un periodo de depresi¨®n que de la recuperaci¨®n anunciada con m¨¢s voluntad que acierto por las autoridades econ¨®micas. Quiz¨¢ el empleo mejore si bajan los salarios reales; o tal vez en lugar de contraerse el 2%, el PIB lo haga s¨®lo el 1,6%. Pero la prudencia aconseja prepararse para el peor de los escenarios posibles y obrar en consecuencia.
Para ello hay que aceptar que las variadas y menudas pol¨ªticas anticrisis elaboradas por el Gobierno han sido superadas por los acontecimientos. Sirva como ejemplo el plan de inversi¨®n en infraestructuras canalizado a trav¨¦s de los ayuntamientos, dotado con 8.000 millones de euros. El proyecto corre el riesgo de convertirse en un placebo por los retrasos en su aplicaci¨®n y por la falta de coordinaci¨®n entre el Gobierno y las autoridades municipales para orientar las inversiones. Pero, sobre todo, la magnitud de la recesi¨®n espa?ola obliga a preparar un plan de recuperaci¨®n de la econom¨ªa que vaya m¨¢s all¨¢ de la creaci¨®n coyuntural de empleo.
El plan de acci¨®n adecuado para afrontar una situaci¨®n econ¨®mica que empieza a angustiar a los ciudadanos implica aprobar un amplio paquete de inversiones, superior al que se ha diluido entre los municipios, para activar aquellos mercados que proporcionen riqueza, competitividad y empleo estable durante la pr¨®xima d¨¦cada. Cualquier nivel de endeudamiento, por oneroso que parezca, estar¨¢ justificado si se destina a inversiones en los mercados de energ¨ªa, nuevas tecnolog¨ªas, educaci¨®n y sanidad. La diferencia entre los planes econ¨®micos precisos elaborados por Barack Obama y las actuaciones del Gobierno espa?ol no hay que buscarla en la cuant¨ªa de las inversiones, sino en la exactitud con la que los economistas del nuevo presidente han identificado las fuentes de una riqueza duradera.
El Gobierno espa?ol act¨²a como si se resistiese a aceptar la realidad de una situaci¨®n de crisis que el propio Solbes ha acabado por calificar de "ins¨®lita". Primero arrastr¨® los pies neg¨¢ndose a aceptarla, despu¨¦s se equivoc¨® aplicando parches inocuos -como el de los 400 euros- y ahora se empecina en asegurar que la recesi¨®n se disolver¨¢ en 2010. O rompe con esta inercia o el futuro econ¨®mico del pr¨®ximo lustro va a quedar muy comprometido.
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