Reformas constitucionales
Cuando se invent¨® la televisi¨®n y los ciudadanos nos fuimos familiarizando con el receptor, la televisi¨®n era en blanco y negro, y cuando se pensaba en televisi¨®n se pensaba en esos dos colores. Tiempo despu¨¦s se comenz¨® a saber que ese invento tambi¨¦n pod¨ªa verse en m¨¢s colores y aparecieron los primeros aparatos capaces de transmitir la se?al en color. Los anuncios de entonces nos hablaban de televisor en color, como una forma de singularizarse y llamar la atenci¨®n, porque la televisi¨®n de siempre hab¨ªa sido y segu¨ªa siendo en blanco y negro.
Hoy, unas d¨¦cadas despu¨¦s, cuando alguna emisi¨®n, pel¨ªculas sobre todo, se va a emitir en esos dos colores, se anuncia como una excepci¨®n, porque, hoy la televisi¨®n es en color y la excepci¨®n es el blanco y negro.
La realidad virtual brilla por su ausencia en una Ley Fundamental que debe ser modificada
Las redes sociales han sustituido la forma de relaci¨®n en los j¨®venes
Cuando hace 30 a?os alguien le dec¨ªa a otra persona que le iba a enviar un correo, nadie dudaba de que se estaba refiriendo a un correo postal, es decir, a la t¨ªpica carta enviada en un sobre con su correspondiente sello que el servicio postal se encargaba de transportar y llevar a su destinatario por cualquier medio, ya fuera por tierra, mar o aire. Hoy, si se dice "te env¨ªo un correo", nadie duda de que se est¨¢ refiriendo a un e-mail, a un correo digital.
Si, en aquellos tiempos, te llamaban por tel¨¦fono, lo m¨¢s l¨®gico era que no te encontraran en casa si la hora de la llamada coincid¨ªa con el horario laboral o con el tiempo de ocio o de paseo. Nadie se extra?aba por la circunstancia de que alguien no contestara a la llamada; si no se hac¨ªa era porque no se pod¨ªa.
Hoy, con la existencia de los tel¨¦fonos m¨®viles, cuando alguien te llama y no contestas no es porque no puedes, sino porque no quieres.
En ese tiempo pasado, la informaci¨®n que proporcionaban los medios de comunicaci¨®n era unidireccional, funcionando el "uno para todos"; hoy, con la existencia de los modernos medios digitales, la informaci¨®n ya es reelaborada entre todos, habi¨¦ndose pasado al "todos para todos", d¨¢ndole a la informaci¨®n un car¨¢cter participativo que s¨®lo ha sido posible gracias a las nuevas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n.
En definitiva, cuando hace 30 a?os los espa?oles aprobamos la Constituci¨®n de 1978, la ¨²nica realidad que exist¨ªa era la realidad f¨ªsica, la que se pod¨ªa tocar, mientras que hoy, la realidad ha cambiado sustancialmente; ya no es s¨®lo f¨ªsica sino que tambi¨¦n es virtual, hasta el punto de que este art¨ªculo y todo el peri¨®dico que tiene el lector en sus manos se ha hecho f¨ªsica y virtualmente. Buena parte de nuestros j¨®venes se mueven en esa digitalizaci¨®n como pez en el agua; su mundo es virtual; el sal¨®n de casa ha quedado para losmuy mayores; por muy grandes y planas que hagan las televisiones, el sal¨®n de televisi¨®n de cada casa se ha ido vaciando de j¨®venes, adolescentes y ni?os que, o bien se marchan a su habitaci¨®n cuando terminan de comerse el postre del almuerzo y de la cena para enredar en sus aparatos digitales, o bien juegan a los bolos, al tenis, al golf o boxean virtualmente a trav¨¦s de la Wii.
Las redes sociales han sustituido la forma de relaci¨®n, aunque todav¨ªa haya padres y educadores que no comprendan esa nueva forma de amistad y de conocimiento. Durante toda la semana de celebraci¨®n del aniversario de la Constituci¨®n se habl¨® mucho de la reforma de dicho texto, concluy¨¦ndose por los partidos mayoritarios del arco parlamentario que el ambiente no parece estar propicio para ese posible cambio. Muchos estar¨¢n de acuerdo con esa formulaci¨®n si s¨®lo se piensa en la reforma constitucional teniendo en cuenta la realidad f¨ªsica, pero es absolutamente necesario proceder a la modificaci¨®n si, en lugar de mirar al pasado, nos atrevemos a encarar el futuro y contemplar en el texto constitucional la realidad virtual, que en nuestra Constituci¨®n brilla por su ausencia. Es seguro que si nos ponemos a discutir sobre conceptos del pasado, tal vez pasemos los pr¨®ximos 30 a?os discutiendo y no llegaremos a ning¨²n acuerdo, pero es muy probable que si nos ponemos a analizar nuestro texto m¨¢ximo teniendo en cuenta la realidad virtual, quiz¨¢s fu¨¦ramos capaces de articular acuerdos e introducir la nueva realidad que nos har¨¢ variar algunos conceptos que se recogen en la Constituci¨®n, pero que necesitan ser adaptados a la nueva situaci¨®n.
Conceptos como el de propiedad, fronteras, territorios, identidad, abundancia y escasez, necesitan ser redefinidos teniendo en cuenta que en la sociedad en la que nos movemos, dos personas ya no tienen la misma identidad si hablan la misma lengua, nacieron en el mismo territorio y reciben los mismos influjos culturales. Dos personas que apuestan decididamente por la digitalizaci¨®n y por las posibilidades que ofrece son de la misma identidad, independientemente de que uno hable catal¨¢n o vascuence y otro castellano o portugu¨¦s.
Las fronteras ya no son las cicatrices que dej¨® la historia sobre los pa¨ªses, sino la raya que separa a los que est¨¢n conectados o no. La econom¨ªa tradicional se basaba en la escasez como factor que a?ad¨ªa valor a las cosas; los diamantes son caros porque son escasos, mientras que ahora es la sobreabundancia la que a?ade valor al producto (cuanto m¨¢s tel¨¦fonos m¨®viles existan en el mundo, m¨¢s valor tiene el m¨®vil que cada uno de nosotros tenemos en el bolsillo). Todos esos conceptos, junto con el de privacidad, derecho al honor, libertad de expresi¨®n, etc¨¦tera, necesitan ser incorporados a la Constituci¨®n teniendo en cuenta la nueva sociedad virtual que no exist¨ªa cuando se elabor¨® ese texto, pero que hoy es necesario contemplarlos, definirlos y protegerlos.
Los j¨®venes de hoy no andan preocupados por el funcionamiento del Senado o por la prevalencia en el orden de sucesi¨®n en la Monarqu¨ªa espa?ola; ni siquiera les interesa saber si la Constituci¨®n debe cerrar o no el sistema auton¨®mico o si las Diputaciones son instituciones obsoletas o no. Su preocupaci¨®n se orienta por el camino que deben seguir en una sociedad que los sigue considerando anal¨®gicos, cuando ellos se identifican como componentes de una nueva sociedad donde el futuro ya no es lo que era, exigiendo una preparaci¨®n capaz de responder a los retos de ese futuro que cada d¨ªa llega de golpe, sin avisar y traicioneramente.
Un joven deber¨ªa salir de su formaci¨®n acad¨¦mica o profesional sabiendo, no c¨®mo se env¨ªa un curr¨ªculum para que alguien le contrate, entrando en competici¨®n con los de otros muchos que diariamente se reciben en oficinas y despachos y que se amontonan en una mesa junto al de otros miles de j¨®venes que tambi¨¦n lo enviaron, sino sabiendo c¨®mo se env¨ªa una idea que capte la atenci¨®n del empleador o del financiero, para que la innovaci¨®n por fin se abra paso en nuestro pa¨ªs.
La crisis econ¨®mica est¨¢ poniendo al descubierto que el modelo est¨¢ agotado, que se acab¨® el trabajo individual para pasar a un trabajo mucho m¨¢s colectivo, que ya no son ¨²tiles para responder a los retos las multinacionales sino las multicorporaciones mundiales. Eso hoy es posible teniendo en cuenta que la digitalizaci¨®n, la Red, favorece el contacto y el trabajo en equipo independientemente de donde est¨¦ cada uno f¨ªsicamente.
La Constituci¨®n espa?ola no puede seguir ignorando que, entre los derechos de nuestros alumnos, el derecho a estar conectados a la Red en sus centros escolares es fundamental si de verdad aspiramos a ganar el futuro, imaginando e innovando.
Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra ha sido presidente de la Junta de Extremadura.
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