Vilafam¨¦s, un secreto al aire libre
Las pinturas rupestres del 'Abric del Castell', el Museo Popular de Arte Contempor¨¢neo o sus galer¨ªas salen al paso del visitante en este sosegado pueblo castellonense que lleva el arte marcado en la piel
Hay pueblos que se avienen con el encantamiento, con el color y con el cambio de mentalidad. Vilafam¨¦s es como un secreto al aire libre, que se deja ver desde lejos, pero al que casi nadie se aventura a descifrar. El compromiso y el arte consiguen que en ¨¦l no exista la rutina. Sorprende porque se atreve a desafiar a la especulaci¨®n, a tener un Museo de Arte Contempor¨¢neo y a gozar de un centro hist¨®rico BIC (Bien de Inter¨¦s Cultural) muy poco transitado. Aislado del turismo, con la brisa del Mediterr¨¢neo a dos pasos, entre las faldas del Maestrazgo y la Costa del Azahar, ofrece posibilidad de restauraci¨®n de casas, serenidad y mucho arte. Adem¨¢s, resulta el contrapunto perfecto a ese universo tan desoladoramente quir¨²rgico llamado Marina d'Or, hallado a escasa distancia.
Vilafam¨¦s lleva el arte grabado en la piel. Ambos mantienen un idilio que viene de lejos. Las primeras manifestaciones art¨ªsticas aparecen con las pinturas esquem¨¢ticas de la Edad del Bronce. El lugar parece marcado por una ambig¨¹edad entre arte y mitos, como el de la Roca Grossa, formaci¨®n geol¨®gica impresionante que se alza en mitad del pueblo, en la misma calle de la Font, la que sube al casco viejo. Un misterio de la naturaleza de 832 metros c¨²bicos.
Como una atalaya
Situado a 25 kil¨®metros de Castell¨®n, Vilafam¨¦s se ubica en lo alto de uno de los contrafuertes de la Sierra de les Conteses. Su centro hist¨®rico tan elevado hace que se asemeje a una atalaya, desde donde se distingue el representativo pico de Penyagolosa. Su n¨²cleo urbano se emplaza sobre un cerro de arenisca rojiza, lo que da un brillo distintivo a su arquitectura y a la piedra. Tiene una gran riqueza patrimonial. Su estructura urbana responde a una edificaci¨®n espont¨¢nea en la que abundan el blanco y el ocre. La parte antigua est¨¢ cercada por una muralla y ocupada por calles quebradas, silencios, galer¨ªas de arte, fachadas gaudinianas y buenas vistas.
Entre los setenta y los ochenta, Vilafam¨¦s llam¨® la atenci¨®n de numerosos artistas. Atra¨ªdos por la tranquilidad, la belleza de lo aut¨®ctono y la posibilidad de una vida diferente, fueron emplaz¨¢ndose autores tan significativos como Manuel Men¨¢n, Manolo Momp¨®, Progresso (nombre art¨ªstico de Juan Daniel Dom¨ªnguez), Beatriz Guttman o Eduardo ?rculo, que ayudaron a cambiar la mente del pueblo, a reconstruir inmuebles del casco hist¨®rico y a potenciar la simbiosis Arte-Vilafam¨¦s.
Iniciando la ruta en la plaza de la Font, tomando la calle de igual nombre y despu¨¦s de alucinar con la Roca Grossa, se halla la sala Quatre Cantons, espacio habilitado para exposiciones temporales. A la vuelta se descubre el Palau del Batlle. Se trata de un amplio palacio del g¨®tico civil del siglo XV, maravilloso. Su fachada, sobria, exenta de adornos, corresponde a la arquitectura t¨ªpica de palacios de la ¨¦poca en el Maestrazgo. Es el edificio que acoge, desde 1971, el Museo Popular de Arte Contempor¨¢neo de Vilafam¨¦s, que fue fundado y dirigido por el incombustible ensayista, historiador y cr¨ªtico Vicente Aguilera Cerni (1920-2005). En un pueblo de cerca de 2.000 habitantes, un museo de arte contempor¨¢neo puede parecer un desprop¨®sito. Aqu¨ª sabe a aventura did¨¢ctica. En sus 39 salas podemos apreciar la evoluci¨®n de las vanguardias espa?olas (incluidas obras de artistas exiliados), la renovaci¨®n pl¨¢stica desde el expresionismo figurativo y abstracto hasta el arte conceptual m¨¢s contempor¨¢neo, pasando por el pop, la poes¨ªa visual, el instalacionismo. En un escenario notablemente conservado se exponen obras de pintores como Alfredo Alca¨ªn (no hay que perderse su Altar de un pueblo espa?ol), Eusebio Sempere, Manolo Momp¨®, Equipo Cr¨®nica, Juan Genov¨¦s, Manuel Men¨¢n, Concha Jerez, Lucio Mu?oz, Rafael Canogar, Manuel Viola... y una litograf¨ªa que Joan Mir¨® dedic¨® y regal¨® al museo en 1980.
Desde el museo hasta el castillo basta con seguir camino arriba, a ser posible por la calle del Pilar. Pero antes de la fortaleza aparece la iglesia de la Sangre, cuya construcci¨®n data de 1391. Se levanta sobre un aljibe de la ¨¦poca isl¨¢mica. Y es que la impronta ¨¢rabe no s¨®lo se percibe en el nombre del pueblo (Villa-Hamez), sino que dej¨® otras huellas. As¨ª, subiendo la escalinata espera el castillo, tambi¨¦n de origen ¨¢rabe. Fue conquistado por Jaume I en 1233, por lo que sus restos actuales son de ¨¦poca cristiana. Luego fue determinante durante las guerras carlistas. Detr¨¢s de ¨¦l espera el llamado Abric del Castell, un conjunto de pinturas rupestres esquem¨¢ticas. Su cronolog¨ªa se atribuye al II milenio antes de nuestra era. Fue incluido como Patrimonio Mundial por la Unesco en 1998. Destacan representaciones antropomorfas de trazo grueso. Algunos aseguran que se asemejan a la figura humana.
A tiro de piedra del castillo, descendiendo por la calle del Mes¨®n, en pleno barrio del Quartijo y contrastando con todo, se deja encontrar la galer¨ªa de arte m¨¢s aut¨¦ntica, Trafic d'Art, una sala vital y, sobre todo, espont¨¢nea. All¨ª, en sus dos pisos de techos bajos (ojo, los muy altos pueden abstenerse), se expone obra con buenos precios y de manera divertida. El Quartijo es la zona m¨¢s seductora y m¨¢s original del pueblo: construcciones antiguas, calles empedradas de trazado estrecho, sosiego, vegetaci¨®n... Es en estas calles donde el viajero percibe la capacidad de Vilafam¨¦s para desenterrar tiempos de pintores con tendencia a ser uno mismo, a cierta resistencia campechana, a artistas que se agrupan con el objeto de aislarse de la civilizaci¨®n.
Al bajar por la calle de la Iglesia queda a la derecha la iglesia parroquial o de la Asunci¨®n (siglos XVI-XVII). Es renacentista, enorme, de orden corintio, e incluye un retablo de Bernardo Monfort. Tampoco conviene descuidar la plaza del Ayuntamiento, cuyo edificio, del siglo XVI, era un antiguo molino de aceite. A las puertas del mismo se alza una sugerente escultura firmada por Nassio Bayarri, otro creador vecino.
A estas alturas no est¨¢ de m¨¢s hacer una parada t¨¦cnica en El Rullo, donde los bocatas y el buen trato son de tama?o familiar. All¨ª se puede ir pensando en restaurarse con gastronom¨ªa aut¨®ctona, que incluye la t¨ªpica olla, el tombet y unas buen¨ªsimas paellas.
? Use Lahoz (Barcelona, 1976) es autor de la novela
Los Baldrich (Alfaguara, 2009).
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Gu¨ªa
Dormir
? Hotel Restaurante El Rullo (964 32 93 84). C/ La Font, 2. La doble, desde 29,91 euros.
? Casa Rural El Jard¨ªn Vertical (964 32 99 38; www.eljardinvertical.com). Nou, 15. Doble con desayuno, desde 99 euros + IVA.
? Hotel Rural L'Antic Portal (964 32 93 84; www.anticportal.com). C/ La Font, 6. Desde 70 euros.
Comer
? Mes¨®n Vilafam¨¦s (964 33 50 05). Plaza de la Font, 1.
? Restaurante Daniel
(964 329 077). Plaza de la Font, 9.
Informaci¨®n
? Museo Popular de Arte Contempor¨¢neo de Vilafam¨¦s Vicente Aguilera Cerni (964 32 91 52; www.cult.gva.es/museovilafames).
Diputaci¨®n, 20. De martes a viernes, de 10.00 a 13.30 y de 16.00 a 19.00. S¨¢bados, domingos y festivos, de 10.30 a 14.00 y de 16.00 a 19.00. Lunes, cerrado. Entrada, 3 euros.
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