Sarkozy tiene celos
Lo llaman el Presidente Duracell, por aquel anuncio de los conejitos que no paran nunca, y ¨¦l mismo ha salido al paso de las cr¨ªticas: "Me dicen que soy omnipresente. Pues bien: yo prefiero eso a que me llamen Rey Florero". El caso es que, por mucho que Nicolas Sarkozy quiera estar permanentemente en primer plano, la llegada de Obama al poder ha proyectado tal sombra sobre todo lo dem¨¢s que el presidente franc¨¦s ha quedado oscurecido. "En el mundo hay suficiente espacio para dos", hab¨ªa dicho hace un tiempo. M¨¢s esc¨¦ptico, su antiguo rival, el ex primer ministro Villepin, ha comentado: "Obama ocupar¨¢ todo su lugar y espero que Sarkozy ocupe el suyo. Hay que evitar caer en los celos".
Seis meses de gloria al frente de la Uni¨®n Europea, donde ha sido motor de iniciativas econ¨®micas y diplom¨¢ticas (caso de Georgia), lo catapultaron a las alturas. Los d¨ªas de vac¨ªo de poder en Estados Unidos, con un presidente que se iba y otro que no terminaba de llegar, le sirvieron de excusa para salir zumbando a Gaza e intentar oficiar de gran pacificador, cuando nadie lo hab¨ªa llamado.
Tambi¨¦n se ha lanzado a recorrer Francia y puesto en marcha llamativas iniciativas, como revolucionar la justicia con la eliminaci¨®n del juez instructor; incluso se acaba de librar de su propia ministra de Justicia, Rachida Dati, envi¨¢ndola al Parlamento Europeo, que tanto le irritaba con su habilidad para atraer la controversia y ocupar primeras p¨¢ginas en los peri¨®dicos. Pero todo este ¨ªmprobo trabajo ha quedado oscurecido despu¨¦s del 20 de enero, con la toma de posesi¨®n de Obama. El nuevo presidente de EE UU ha jurado el cargo y con ello se acab¨® la dicha para Sarkozy.
En la Uni¨®n Europea manda ahora V¨¢clav Klaus, que no quiere mandar nada, y la bulla que puedan armarle a Sarkozy en Francia los estudiantes que se oponen a su reforma de la ense?anza secundaria no ser¨¢ nunca lo suficientemente sonora. Como ya hiciera en su d¨ªa Mitterrand, tambi¨¦n Sarkozy irrumpi¨® en el Eliseo con el af¨¢n de lidiar desde primera fila en la escena internacional. Su gran proyecto sigue siendo convertir Par¨ªs en el interlocutor de Washington, pero por mucho que haya hecho en este sentido no parece que vaya a poder ver a Obama hasta abril, en Londres, con ocasi¨®n de la cita del G-20. Dommage.
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