Como la vida misma

Pocos cineastas han forjado un estilo propio e inconfundible como el franc¨¦s Eric Rohmer. Procedente del campo de la cr¨ªtica cinematogr¨¢fica, Rohmer debut¨® como director en 1959 y en los sesenta y setenta asombr¨® al aficionado al cine con una serie titulada Cuentos morales, en la que planteaba situaciones cotidianas, sencillas y a la vez complejas, que se resolv¨ªan con sentido com¨²n. La Filmoteca dedica a Rohmer un ciclo con toda su obra en la que se pueden rescatar aquellos cuentos morales, para comprobar que siguen teniendo vigencia. Como El amor despu¨¦s del mediod¨ªa, un magn¨ªfico relato sobre un hombre en apariencia feliz que fantasea con encuentros ocasionales con mujeres desconocidas y que se plantea, en un ejercicio tan real como la vida misma, la fidelidad y sus consecuencias, lo que puede ganar y perder en el caso de dejarse llevar por una relaci¨®n fuera de su matrimonio. Un ejemplo de buen cine que ya tiene 35 a?os de antig¨¹edad pero que conserva la misma fuerza que ten¨ªa cuando lleg¨® a las pantallas.