La emoci¨®n de irse de 'copas'
Tengo un amigo que entrena a los porteros del Swansea. Me dice que vive un momento de plenitud profesional, buena calidad en el trabajo, un equipo de entrenadores cohesionado, con una idea clara de c¨®mo llevar al grupo y la tranquilidad que le da el anonimato. Hace unos minutos que he hablado con ¨¦l para felicitarle por la clasificaci¨®n, tras eliminar al Portsmouth, actual campe¨®n, para la siguiente ronda de la Copa inglesa, la Cup, el torneo de f¨²tbol m¨¢s antiguo del mundo, y me hablaba desde la emoci¨®n de un logro imposible. Me contaba I?aki la alegr¨ªa de sus seguidores, el ambiente del partido, el impacto de alegr¨ªa en sus gentes. Cuando me lo contaba, estaba yo recordando las im¨¢genes de los seguidores del Real Uni¨®n y del Poli Ejido festejando las victorias ante el Real Madrid y el Villareal. Si la emoci¨®n se mide en grados, la temperatura ser¨ªa la misma en Gales que en Ir¨²n o El Ejido.
"El problema no somos nosotros. Son intratables", explica Monchi
Me cuenta mi amigo que esta victoria les complica un poco el calendario de partidos, pero que no hay nadie de sus supporters [aficionados] que se haya quejado por la clasificaci¨®n. Es m¨¢s, tiene la posibilidad de adaptar el calendario para hacer frente de la mejor forma al reto de batir al Fulham y ganarse el pase a los cuartos de final, lo que les acercar¨ªa a la fiesta de estar en Wembley para la cita final. Como dice mi amigo, a un partido se le puede ganar a cualquiera.
Y pensaba yo en esta Copa nuestra que nos viene a visitar en medio de la semana siendo recibida como una sospechosa que s¨®lo busca distraer de lo verdaderamente importante, la Liga, y sus puntos. Y recuerdo las gradas repletas de los campos ingleses para compararlos con los asientos vac¨ªos de nuestros estadios. Plena emoci¨®n contra oportunidad ¨²nica para hacer caja ya que nos visita un grande. ?Pasar¨¢ en Inglaterra eso de que las entradas se disparan cuando llega un equipo de los de la parte alta de la tabla? ?Primar¨¢ lo econ¨®mico o lo deportivo? Recuerdo alguna conversaci¨®n de ¨¦stas en mis tiempos de director deportivo del Athletic cuando intentaba convencer a los que manejaban los n¨²meros de la necesidad de llenar el campo para empujar a nuestros jugadores frente a la oportunidad de incrementar los ingresos del club, una tarea que siempre debe ser una prioridad. ?Tres puntos posibles o muchos euros reales? ?Un sue?o en la Copa o miles de euros en la caja?
Tambi¨¦n es verdad que entre todos vamos eliminando la ilusi¨®n por un torneo que siempre me ha llenado de emoci¨®n. Mi primer partido en directo que vi al Athletic -entonces Atl¨¦tico de Bilbao ya que a alguno lo ingl¨¦s le gustaba poco-, y a Iribar, mi ¨ªdolo, fue en una final ante el Castell¨®n en el que jugaba Vicente del Bosque. Era 1973. Ganamos 2 a 0 y conoc¨ª lo que era la marea rojiblanca en Madrid. Aquella emoci¨®n me uni¨® a la yunta de un torneo ¨²nico, simple, el¨¦ctrico. Por cierto, ?saben a qui¨¦n bati¨® en la final del a?o pasado el Portsmouth para ser campe¨®n? Al Cardiff City. Segunda Divisi¨®n inglesa. 89.874 espectadores en Wembley, lleno hasta la bandera.
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