Un plan contra la realidad de la crisis
La sustituci¨®n de los combustibles f¨®siles exige un gran esfuerzo de financiaci¨®n
El mundo corporativo suele aprovechar las crisis para poner orden y reparar lo que no funciona. Eso es lo que propone el presidente Barack Obama con su masivo plan de reactivaci¨®n econ¨®mica. En concreto, actuando en dos frentes donde EE UU est¨¢ claramente por detr¨¢s de Europa y Jap¨®n: en el uso de las energ¨ªas renovables y en la eficiencia energ¨¦tica en la automoci¨®n.
Pero ponerlo en pr¨¢ctica no es f¨¢cil, ni podr¨¢ hacerse con una acci¨®n inmediata. El sue?o verde de Obama, por el que espera doblar en tres a?os el uso de fuentes alternativas a los combustibles f¨®siles para reducir as¨ª la dependencia energ¨¦tica y crear miles de empleos en el sector, se enfrenta a la crisis misma: la capacidad de generar electricidad con fuentes renovables depende de lo r¨¢pido que se obtenga financiaci¨®n.
Se calcula que hay que invertir dos millones de d¨®lares (1,54 millones de euros) por cada megavatio nuevo instalado en parques e¨®licos, y hasta ocho millones en solares. Nevada Solar One, el tercer mayor del mundo, tiene capacidad para 64 megavatios y el coste del proyecto es de 266 millones.
El co¨¢gulo que desde hace m¨¢s de un a?o atasca el mercado de cr¨¦dito dificulta el acceso a fondos por la v¨ªa privada. Y los gobiernos regionales, ahogados por el d¨¦ficit, no est¨¢n dispuestos a hacer grandes desembolsos. Los actores del sector energ¨¦tico temen que debido a la fuerte recesi¨®n que azota EE UU ese plazo de 2012 para doblar el uso de fuentes alternativas no pueda cumplirse. Y recuerdan que el ciclo para el desarrollo de este tipo de proyectos es de tres a cinco a?os, incluso con una situaci¨®n financiera c¨®moda. Adem¨¢s, se necesita romper con las barreras que dificultan la conexi¨®n a la red el¨¦ctrica.
Los incentivos fiscales contribuyeron en el pasado a animar la inversi¨®n privada. Obama contempla acciones por esta v¨ªa para las inversiones en renovables, por unos 20.000 millones de d¨®lares. Pero para poder alcanzar su objetivo de producci¨®n habr¨ªa que movilizar unos 150.000 millones.
El otro foco del sue?o verde del presidente est¨¢ en Detroit, con medidas concretas destinadas a mejorar la eficiencia energ¨¦tica y reducir las emisiones de los coches que se comercialicen en EE UU desde 2011. Los ejecutivos de General Motors, Ford Motor y Chrysler admiten que tuvieron la cabeza bajo tierra durante a?os, sin ver lo que se estaba moviendo a su alrededor ni que sus clientes ped¨ªan coches m¨¢s ecol¨®gicos. Las tres casas automovil¨ªsticas se disponen ahora a lanzar nuevos modelos h¨ªbridos y totalmente el¨¦ctricos. Pero los cambios tienen un coste estimado de 100.000 millones. El plan de rescate de la Casa Blanca, concebido como una segunda oportunidad para rejuvenecer la industria del autom¨®vil, ya incluye condiciones que les obligan a fabricar coches m¨¢s ecol¨®gicos. Pero adaptar las cadenas de producci¨®n lleva su tiempo y hay que definir en paralelo una pol¨ªtica industrial que permita a las compa?¨ªas ser financieramente viables y competitivas frente a sus rivales europeas y asi¨¢ticas.
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