El reverso del sue?o americano

Ya no habr¨¢ m¨¢s libros ni m¨¢s pol¨¦micas firmadas por John Updike. Ganador de casi todos los premios literarios salvo el Nobel, la voz imprescindible de este coloso de las letras estadounidenses se apag¨® ayer para unirse en el silencio de las recientemente desaparecidas de Norman Mailer o Saul Bellow. Con ellos comparti¨® inquietudes generacionales y m¨¢s de una acalorada discusi¨®n.

Updike, uno de los grandes cronistas de los cambios culturales y morales experimentados a lo largo del siglo XX por Estados Unidos, quedar¨¢ como responsable, entre otras cosas, de elevar el adulterio suburbial a la categor¨ªa de alta literatura.

Falleci¨® ayer en Beverly Farms, (Massachusetts). Un c¨¢ncer de pulm¨®n le quit¨® la vida a los 76 a?os, suficientes para que el prol¨ªfico escritor publicase 27 novelas y 45 colecciones de relatos cortos, ensayos, poes¨ªa y cr¨ªtica. A¨²n ten¨ªa un libro pendiente, My father's tears and other stories que se publicar¨¢ a finales de a?o.

Recogi¨® dos veces el premio Pulitzer por sus libros Conejo es rico y Conejo en paz, dos de las obras de una tetralog¨ªa protagonizada por Harry Conejo Angstrom, personaje suburbial del que Updike se sirvi¨® a lo largo de cuatro d¨¦cadas para analizar los peores aspectos del llamado sue?o americano. El lenguaje utilizado en esos libros, as¨ª como su descripci¨®n de las mujeres (a las que el personaje protagonista se refiere como "co?os"), propiciaron una lluvia de acusaciones contra Updike por misoginia. ?stas le han perseguido a lo largo de su vida literaria gracias a una serie que le report¨® sus mayores ¨¦xitos.

Conejo, el protagonista, es un hombre que vive su gran momento adolescente como jugador de baloncesto en una ciudad suburbial y que, tras casarse, comienza a hundirse a trav¨¦s de un matrimonio infeliz, continuas infidelidades, un trabajo que no le llena, un repunte econ¨®mico fugaz hasta su muerte en Florida con 56 a?os, un recorrido que emula sospechosamente al de millones de estadounidenses. El propio Updike lo describi¨® como el veh¨ªculo para expiar sus angustias y sus resentimientos. Decidi¨® matarlo en 1990 porque ¨¦l mismo estaba enfermo y tem¨ªa morir sin que sus lectores supieran d¨®nde acababa su famoso personaje. No obstante, en 2001 Updike public¨® una quinta entrega, titulada Conejo en el recuerdo y otras historias, en la que aparec¨ªan diferentes habitantes de la particular tetralog¨ªa.

"Ser un escritor famoso es como ser un enano alto. Siempre est¨¢s en el l¨ªmite de la normalidad", dijo Updike respecto a su condici¨®n de novelista c¨¦lebre. Era una posici¨®n de la que nunca disfrut¨® demasiado y ni siquiera cuando Hollywood llam¨® a su puerta para llevar al cine su libro Las brujas de Eastwick se dej¨® ver en p¨²blico m¨¢s de la cuenta. Ni siquiera con las actrices de la pel¨ªcula, Michelle Pfeiffer, Cher y Susan Sarandon.

"Ser famoso es un fardo, peque?o pero un fardo", declar¨® en una entrevista reciente en el diario Daily Telegraph. Adem¨¢s de mis¨®gino, se le acus¨® de racista y de falta de compromiso pol¨ªtico y hubo qui¨¦n, como Norman Mailer, le critic¨® por escribir para lectores ignorantes. El pasado a?o John Updike recibi¨® el nada halagador premio en reconocimiento a su carrera por "mal sexo" en la literatura de ficci¨®n.No obstante, en cuestiones de estilo hay pocos escritores tan aclamados como Updike, entregado a los detalles y a la poetizaci¨®n de pr¨¢cticamente todos los temas que tocaba, desde la cr¨ªtica de arte hasta el golf. "Quiero darle a lo mundano un toque de belleza", coment¨® de su trabajo como escritor. En una entrevista en el diario brit¨¢nico Daily Telegraph, hace apenas tres meses, dijo: "Me interesa describir las cosas con precisi¨®n pero nunca me he visto a m¨ª mismo como alguien que escribe bonito".

La revista The New Yorker fue la primera en ver su talento. Corr¨ªa el a?o 1954 y Updike, que de peque?o hab¨ªa so?ado con ser dibujante de c¨®mics, se entreg¨® de adolescente a la escritura, influido por su madre, escritora frustrada que trabajaba como dependienta. Hab¨ªa crecido en una ciudad de suburbio en Pensilvania a la sombra de un padre que perdi¨® su trabajo durante la Gran Depresi¨®n y que le inculc¨® valores que hoy parecen perdidos, como el de la necesidad de trabajar duro para llegar lejos.

Estudi¨® en Harvard y Oxford, donde tambi¨¦n recuper¨® su pasi¨®n de infancia por la pintura y a los 22 a?os llam¨® a la puerta de The New Yorker con una poes¨ªa, Duet, With Muffled Brake Drums, y apenas dos meses despu¨¦s con un relato breve, Friends from Philadelphia.

A finales de los cincuenta, Updike ya hab¨ªa publicado su primera novela, La feria del asilo, una colecci¨®n de relatos y otra de poes¨ªa. Sin embargo, su primer best seller llegar¨ªa en 1968 con Parejas, donde desmenuzaba con todo detalle la vida marital desde su punto de vista m¨¢s deprimente, el de la infidelidad, el enga?o y la frustraci¨®n. Vendi¨® millones de ejemplares. Hace dos a?os, presintiendo la muerte, public¨® su ensayo A¨²n mirando, donde reflexionaba sobre las obras de artistas que sab¨ªan que sus d¨ªas estaban contados, como Beethoven, Edward Said o Shakespeare. Hablaba de la curiosidad por las ¨²ltimas palabras. Qui¨¦n sabe cu¨¢les fueron las suyas.