Brotes de rabia
Hay pel¨ªculas que se recuerdan por su pulcritud, por su fluidez narrativa, por su perfecci¨®n t¨¦cnica, por la seductora concepci¨®n general de la historia que se cuenta, por la buena cantidad de respuestas otorgadas a los grandes temas de la humanidad. Sin embargo, transcurrido un tiempo, a veces es imposible evocar un solo momento cumbre. Todo era tan perfecto que al final resultaba lineal, desangelado.
En cambio, hay pel¨ªculas desequilibradas en su narraci¨®n, que avanzan entre titubeos, que contienen m¨¢s preguntas que respuestas, pero que finalmente perduran en el cerebro durante m¨¢s tiempo que las supuestamente perfectas. ?Por qu¨¦? Porque tienen ramalazos de rabia, estallidos de genio, escenas que, dentro de un conjunto vacilante, provocan tal resquemor, tal malestar, que resulta imposible quit¨¢rselas de encima. Cusc¨²s, tercer largometraje del argelino afincado en Francia Abdellatif Kechiche, es una de ellas.
CUSC?S
Direcci¨®n: Abdellatif Kechiche.
Int¨¦rpretes: Habid Boufares, Hafsia Herzi, Faridah Benkhetache, Abdelhamid Aktouche.
G¨¦nero: drama. Francia, 2007.
Duraci¨®n: 151 minutos.
Ganadora de cuatro galardones en los C¨¦sar y del Premio Especial del Jurado del Festival de Venecia, Cusc¨²s se centra en la odisea laboral y familiar de un aspirante a jubilado cercano a la sesentena, que se resiste al retiro pese a ser despedido de su empresa despu¨¦s de 30 a?os de servicio. En tono de f¨¢bula para adultos (de otro modo no resultar¨ªan veros¨ªmiles ciertas licencias dram¨¢ticas), la historia apunta cr¨ªticas contra el sistema crediticio de los bancos, contra la burocracia municipal, contra el machismo imperante en la comunidad ¨¢rabe, contra el clasismo de ¨¦stos frente a otros inmigrantes del Este e incluso contra el acomodaticio papel de ciertas mujeres. Pel¨ªcula de preguntas m¨¢s que de respuestas, no le hubiese venido mal una poda parcial a algunas de sus reiterativas secuencias del tramo intermedio (no al brutal cl¨ªmax final, imprescindible), pero desde luego sus brotes de genio son inolvidables. As¨ª, pocas veces una explosi¨®n de queja (la de la esposa rusa) y una danza del vientre (cegadora, impudorosa, sugerente, inc¨®moda) resultaron tan provocadoras.
Babelia
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