El PP se enfrenta a s¨ª mismo
El esc¨¢ndalo siembra desconfianza en el partido - Muchos piden ya cabezas por el espionaje
La primera impresi¨®n es la que cuenta. Lo primero que dijo un cargo p¨²blico del PP cuando se destap¨® el esc¨¢ndalo de espionaje pol¨ªtico en la Comunidad de Madrid fue que "si alguien hace lo que no debe, hay que cesarlo", sin contemplaciones. Lo declar¨® la presidenta de la Asamblea regional, Elvira Rodr¨ªguez. Despu¨¦s, matiz¨® sus palabras. Al fundador del PP, Manuel Fraga, lo primero que le vino a la cabeza fue: "Desgraciadamente, hay cosas no resueltas entre la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento". Despu¨¦s, relativiz¨® los problemas y dijo que eso pasa en todos los partidos. Pero esas dos primeras impresiones eran las buenas. Tras diez d¨ªas de pol¨¦mica ya nadie disimula en el PP dos ideas. Uno: hay temas no resueltos que van a terminar por desangrar el partido. Dos: alguien va a perder la silla por hacer lo que no deb¨ªa.
En el PP nadie sabe cu¨¢nta basura guarda el vecino. Como en Wall Street
Aguirre ha hecho de un problema de Madrid uno de todos los populares
"La bola de nieve se convirti¨® en alud y no lo paramos", dice un asesor del PP
"El Gobierno se va a re¨ªr de nosotros en el Congreso", se queja un parlamentario
Como esc¨¢ndalo pol¨ªtico, la situaci¨®n no tiene episodios recientes con qu¨¦ compararla. Un vicealcalde de Madrid, un consejero de Justicia y el vicepresidente de la Comunidad han sido espiados. El consejero de Interior es sospechoso de amparar a los autores de parte de los seguimientos. Un ex tesorero del PP denuncia que a ¨¦l le espiaban en Madrid. El Gobierno de la Comunidad airea p¨²blicamente que la c¨²pula del partido manejaba dossiers contra ellos hace dos a?os. Los supuestos contenidos de esos informes empiezan a aparecer en los peri¨®dicos. El presidente del PP ha ordenado una investigaci¨®n interna. Todas las v¨ªctimas presentes y futuras de esta historia son del mismo partido.
Se ha apoderado del PP la sensaci¨®n de que no hay marcha atr¨¢s. Lo peor est¨¢ por llegar. Como en los bancos de Wall Street, en el PP nadie sabe exactamente cu¨¢nta basura tiene guardada el vecino, ni siquiera cu¨¢nta tiene en su propia casa. La desconfianza que esto provoca est¨¢ paralizando el sistema y la iniciativa pol¨ªtica.
El PP pod¨ªa haber intentado aguantar, esperando a que escampe. No ser¨ªa la primera vez. Pero esas "cosas no resueltas" que apunt¨® Fraga hace diez d¨ªas son las que han terminado por pulverizar la estabilidad lograda tras el congreso de Valencia, en junio de 2008, en el que Mariano Rajoy acall¨® las cr¨ªticas a su liderazgo y empez¨® una nueva etapa en el PP. De esto hace menos de un a?o. Esas "cosas no resueltas" se van a resolver ahora, o Rajoy posiblemente no siga adelante.
Alberto Ruiz-Gallard¨®n y Esperanza Aguirre no se han llevado bien nunca, cuentan en el partido. Pero desde que ambos compiten claramente por un puesto en la c¨²pula del PP la situaci¨®n ha sido explosiva. Cuando Rajoy present¨® las candidaturas de Aguirre y Gallard¨®n para Madrid, en enero de 2007, exhibi¨® la gesti¨®n de ambos y dijo que "Madrid es el emblema de la Espa?a que quiere el PP".
En enero de 2008, Aguirre estaba dispuesta a dimitir del emblema y de la presidencia de la Comunidad con tal de que Gallard¨®n no fuera diputado, y consigui¨® que no lo fuera. Al salir de la tensa reuni¨®n en la que Rajoy les dio la noticia de que ninguno de los dos ir¨ªa en las listas electorales, Aguirre destap¨® todas sus cartas. En un ascensor de G¨¦nova 13 le dijo a Gallard¨®n: "Si Mariano pierde, t¨² y yo estaremos en iguales condiciones" para sucederle. El golpe fue tan duro que el alcalde, basti¨®n electoral del partido, desapareci¨® de la campa?a.
Rajoy perdi¨®. Mientras Aguirre amagaba p¨²blicamente con disputar el liderazgo del partido, Gallard¨®n permaneci¨® junto a Rajoy. Los seguimientos al vicealcalde de Madrid y al consejero Alfredo Prada, alineados en el bando de Rajoy, se produjeron en esas fechas.
La victoria de Rajoy en el congreso de Valencia reafirm¨® su liderazgo, aup¨® a Gallard¨®n, remodel¨® la cara visible del PP y oblig¨® a Aguirre a retirarse con los suyos a sus cuarteles de invierno, con la vista puesta en el pr¨®ximo congreso, tres a?os despu¨¦s. Pero es enero de 2009 y la herida vuelve a sangrar.
La secuencia de los hechos es rapid¨ªsima en pol¨ªtica. EL PA?S destapa el esc¨¢ndalo del espionaje pol¨ªtico, Aguirre niega, Rajoy dice que la cree, Gallard¨®n se suma a la petici¨®n de explicaciones, Aguirre desmiente de nuevo y amenaza con los tribunales al peri¨®dico y al alcalde, Rajoy explota al ver que ella no asume la m¨¢s m¨ªnima duda y abre una investigaci¨®n interna, Aguirre airea que Rajoy conoc¨ªa dossiers contra sus hombres. Todo, entre el 19 y el 27 de enero.
Aguirre ha convertido un problema de la Consejer¨ªa de Interior de Madrid en un problema de todo el PP. Un experto en comunicaci¨®n del PP, que no simpatiza con la presidenta, cree que el equipo de Aguirre ha hecho todo lo que no debe hacerse en una crisis. "Primero lo niegan todo y se definen como v¨ªctimas. Eso no se debe hacer, es lo que hacen los culpables. Lo primero siempre tiene que ser demostrar la inocencia". Pero adem¨¢s, "despu¨¦s, reparten la mierda. Y por ¨²ltimo, matan al mensajero".
La sobreactuaci¨®n del Gobierno de Madrid ha llevado las cosas a un punto de no retorno. Ya no se puede, por ejemplo, abrir una investigaci¨®n propia, dar imagen de transparencia y controlar el proceso. "Hemos visto c¨®mo la bola de nieve se convert¨ªa en alud, y no s¨®lo no hemos sabido pararlo, sino que ni siquiera nos hemos quitado de en medio", opina este experto. G¨¦nova trat¨® sin ¨¦xito de que fuera la Comunidad la que actuara, antes de tomar las riendas.
Francisco Granados, el consejero de Justicia e Interior de Madrid y superior de los supuestos esp¨ªas, desvel¨® el viernes que pregunt¨® a sus subordinados por las denuncias de EL PA?S y no hall¨® nada extra?o. Granados ha matizado cr¨ªpticamente que, sin embargo, en la Comunidad hay miles de funcionarios. Pero ahora ya es una an¨¦cdota. Las investigaciones est¨¢n en manos de G¨¦nova y de la Fiscal¨ªa.
El fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, tras decir el primer d¨ªa que no apreciaba delito, ahora investiga las diversas tramas de espionaje que supuestamente parten de la Consejer¨ªa de Interior que dirige Granados. Por el momento, ha pedido toda la informaci¨®n necesaria a todos los actores, incluido este peri¨®dico.
Desde la secretar¨ªa general se ha dejado claro estos d¨ªas que la investigaci¨®n interna del partido no es ning¨²n parip¨¦. Se inici¨® con un dur¨ªsimo comunicado en el que se anunciaban "responsabilidades de car¨¢cter estrictamente pol¨ªtico que el PP exigir¨ªa con absoluta firmeza y determinaci¨®n".
El objetivo es probar si existe un servicio de espionaje en la Comunidad de Madrid (algo ya negado tajantemente), y saber qui¨¦n ha realizado los seguimientos al vicepresidente, Ignacio Gonz¨¢lez. La secretaria general, Dolores de Cospedal, no parece que vaya a cerrar la investigaci¨®n en falso. Prueba de ello es que ha llamado a declarar a su despacho incluso a Sergio Gam¨®n, jefe del ¨¢rea de Seguridad de la Comunidad, citado como "nuestro director" por los autores de uno de los informes.
Gam¨®n, al servicio de Aguirre desde que era presidenta del Senado, es el ¨²nico de los implicados que es militante del PP. Los dem¨¢s no sienten ninguna obligaci¨®n de dar explicaciones a la jefa del partido de su jefe, Granados.
Por ahora no hay la m¨¢s m¨ªnima pista de d¨®nde apuntar¨¢n las responsabilidades que los datos que confirme Cospedal. Seg¨²n los estatutos del partido, se puede expulsar a aquellos que comprometan el honor y la imagen del PP. En cualquier caso, hasta la investigaci¨®n puede acabar siendo irrelevante. Porque la furibunda reacci¨®n del n¨²cleo duro del aguirrismo (Aguirre, Gonz¨¢lez y Granados), al poner el grito en el cielo con el espionaje a Gonz¨¢lez, ha puesto el ventilador en su casa. Puede que el fiscal acabe siendo el ¨²nico interesado en saber qui¨¦n hizo el dossier sobre Gonz¨¢lez, mientras se airean supuestos negocios sucios del vicepresidente y otros personajes de su entorno como Ildefonso de Miguel o Pedro Antonio Mart¨ªn Mar¨ªn.
El pasado jueves, un ex alto cargo de la Comunidad, Pedro Ortiz, cont¨® con una ligereza pasmosa en una tertulia radiof¨®nica c¨®mo Mart¨ªn Mar¨ªn le presion¨® para recalificar un terreno protegido. Son el tipo de cosas que hacen temer en el PP que se haya abierto la veda. Todos contra todos y nadie sabe qui¨¦nes son los suyos.
La parte del PP ajena a esta situaci¨®n, es decir, la inmensa mayor¨ªa, s¨®lo espera que los que han apretado los botones del ventilador lo paren antes de que los papeles lleguen al pasillo.
Responsabilidades aparte, el problema pol¨ªtico es may¨²sculo. El PP se la juega en apenas un mes en las elecciones gallegas y vascas, con dos candidatos j¨®venes y primerizos que quieren ser la mejor imagen del mejor PP del mejor Rajoy. El candidato gallego, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, dio una conferencia con Rajoy en el Club Siglo XXI de Madrid el pasado jueves. No trascendi¨® absolutamente nada en los medios nacionales m¨¢s que una frase de Rajoy pidiendo altura de miras al PP. El candidato vasco, Antonio Basagoiti, dijo ese d¨ªa que estaba "hasta las narices" del asunto del espionaje, que est¨¢ arrinconando su campa?a.
El propio Rajoy dio el domingo pasado el que iba a ser el discurso del a?o. Paro, j¨®venes, esperanza, esfuerzo y patriotismo en un evento multitudinario de corte obamista preparado durante meses. No consigui¨® colocar un mensaje claro en los grandes medios de comunicaci¨®n. Nada a lo que el PSOE o el Gobierno tuvieran que responder con urgencia. Nada que hiciera consciente que estamos en campa?a electoral o que el PP tenga algo que decir sobre el paro.
Pero muchos s¨ª recordar¨¢n que Rajoy garantiz¨® la "unidad del partido pase lo que pase". En junio del a?o pasado, haciendo c¨¢balas sobre el liderazgo del PP, un destacado parlamentario del partido advert¨ªa a los periodistas: "Si nos ponemos a final de a?o con 800.000 parados m¨¢s, no se pueden descartar elecciones anticipadas". El a?o 2008 termin¨® con un mill¨®n de parados m¨¢s y previsiones terror¨ªficas. Las encuestas de finales de diciembre revelaban que el PP no lo hab¨ªa capitalizado.
Un mes despu¨¦s, una encuesta de Metroscopia para EL PA?S realizada en los d¨ªas m¨¢s duros del esc¨¢ndalo de espionaje revelaba que el PP est¨¢ todav¨ªa m¨¢s lejos, a 7,6 puntos en intenci¨®n directa (en las elecciones perdi¨® por una diferencia de 2,6). Por ahora, Zapatero s¨®lo ha pasado apuros por la situaci¨®n econ¨®mica el d¨ªa que lo atornillaron los ciudadanos en TVE.
Tambi¨¦n en este aspecto lo peor est¨¢ por venir, intuye una fuente parlamentaria. Esta semana se reanuda la actividad en el Congreso y el Senado tras el par¨®n de enero. "Cuando vengan los ministros se van a re¨ªr de nosotros. Van a hacer chistes con este asunto". El PSOE y el Gobierno, por ahora, son espectadores at¨®nitos tanto como cualquier ciudadano. Pero en el momento en que tengan que defenderse en el Parlamento tienen material de sobra para desacreditar al PP hasta que no depure responsabilidades internas.
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