Izaskun contra las promesas incumplidas
La reserva de puestos de trabajo para discapacitados (un 2%) no se cumple - La pregunta lanzada por la mujer con s¨ªndrome de Down a Zapatero pone en evidencia las lagunas del sistema
Las altas tasas de paro entre los j¨®venes con discapacidad son una buena noticia. Por m¨¢s parad¨®jico que resulte, cualquiera puede reconocer la situaci¨®n que han padecido tradicionalmente los discapacitados f¨ªsicos y ps¨ªquicos en Espa?a: una inactividad en casa y en la calle que se mitigaba con paseos del brazo de la madre, una paga caritativa y mucha incomprensi¨®n social. Que ahora, cada vez m¨¢s, salgan al mercado laboral a pedir un trabajo indica que algo est¨¢ cambiando y que el nivel de formaci¨®n, directamente relacionado con el empleo, avanza.
Pero ah¨ª se acaban las buenas noticias. Los que trabajan con el colectivo de discapacitados se pasan media vida renombr¨¢ndolos y cont¨¢ndolos y en ninguna de las dos cosas obtienen grandes ¨¦xitos. La subnormalidad pas¨® a ser minusval¨ªa y la minusval¨ªa, discapacidad... Y qu¨¦ decir del recuento: la ¨²ltima Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud (EDDS) es de 1999, que ahora se est¨¢ actualizando. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) ha visitado 100.000 hogares, y dentro de un a?o m¨¢s o menos se presentar¨¢ una nueva que, c¨®mo no, habr¨¢ cambiado de nombre, pero al menos ofrecer¨¢ datos frescos.
Cuando se buscaba a 'la ni?a de Rajoy' aparece 'la ni?a de Zapatero'
La ¨²ltima Encuesta de Discapacidades se hizo hace una d¨¦cada
Un 8,5% de la poblaci¨®n tiene alg¨²n tipo de necesidad especial
Los contratos para colectivos especiales crecen desde 2005
Mientras tanto, se da por bueno el dato de 3,8 millones de discapacitados en Espa?a, un 8,5% de la poblaci¨®n. Entre ellos hay que contar a miles de ancianos, y hacerse cargo de que el grado de deficiencia de muchos de los j¨®venes incluidos no permitir¨¢ sumarlos a las filas del Instituto Nacional de Empleo (Inem). As¨ª que, el n¨²mero de personas con discapacidad que buscaban empleo en 2007 (con datos del Inem) eran de media 84.893 al mes, un 2,7% de los demandantes; y en 2007 se registraron 164.281 contratos de trabajo a nombre de 90.300 personas con discapacidad. Los datos mensuales se?alan una tendencia creciente de demanda de empleo. Pero las tasas de paro entre los discapacitados est¨¢n muy por encima de las que presenta la poblaci¨®n en general.
De 2001 a 2005 los contratos eran decrecientes, pero a partir de ese a?o la tortilla ha dado la vuelta. Eliminar la discriminaci¨®n que soportan las mujeres discapacitadas en el acceso al empleo es otro de los grandes retos del colectivo.
Y en ¨¦stas, lleg¨® Izaskun, con una aparici¨®n triunfal en la tele que la ha elevado al estrellato, por lo menos por unos d¨ªas. En qu¨¦ acabar¨¢ la cosa, no se sabe, pero la muchacha se frota las manos, por algo ser¨¢. Cuando a¨²n se buscaba a la ni?a de Rajoy (?se acuerdan?) aparece la ni?a de Zapatero: Izaskun Buelta tiene en realidad 32 a?os y tuvo la oportunidad de preguntarle al presidente del Gobierno esta semana qu¨¦ est¨¢ pasando en este pa¨ªs con el empleo entre los discapacitados. Ella tiene s¨ªndrome de Down y el desparpajo caracter¨ªstico de estos muchachos. ?Por qu¨¦ no pod¨ªa ella, por ejemplo, trabajar en La Moncloa? "Ah¨ª le dejo mi curr¨ªculo", le espet¨® al presidente. Y diga lo que diga, m¨¢s bien, calle lo que calle, Izaskun est¨¢ esperando una llamada para cambiar su vida. "Yo estoy preparada", le dijo. Y lo est¨¢, tiene formaci¨®n como administrativa pero lleva cuatro a?os felices trabajando en una pasteler¨ªa madrile?a, Embassy, donde prepara las cajas y las llena de dulces -que come a discreci¨®n-. Vive con otras cinco compa?eras en unos apartamentos tutelados que la Fundaci¨®n Aprocor tiene en la Comunidad de Madrid. Es un centro concertado que proporciona formaci¨®n y ayuda, con tutores, para dar el salto a empleos ordinarios.
-Pero tienes 32 a?os y Zapatero te llam¨® ni?a...
-Pero ¨¦l puede llamarme as¨ª, porque ya me conoce.
Izaskun sac¨® el viernes a su madre a comer por ah¨ª, con su paga de trabajadora remunerada, y se compra sus ropas, ordena su habitaci¨®n, prepara algunas cenas y todas organizan algunas fiestas en el piso.
Es una situaci¨®n privilegiada de la que no deja lugar a dudas la "tremenda" lista de espera que engrosan j¨®venes como ella, que quieren independizarse y tener un empleo. Las dificultades no son pocas. Lo saben los trabajadores del centro de Aprocor, pero Izaskun ha querido que el mareo de entrevistas a que se ha visto sometida estos d¨ªas sirva para ayudar a todos a dar ese salto. Para convencer a las empresas de que no s¨®lo contar¨¢n con incentivos, sino que muchos de estos j¨®venes est¨¢n preparados para desempe?ar cientos de tareas. Ella, por ejemplo, sabe atender el tel¨¦fono y la puerta, repartir el correo, enviar faxes, archivar...
-Y ordenar todos los papeles -apunta la directora del centro, Leticia Avenda?o.
-Eso es archivar, zanja Izaskun, la primera de sus hermanas que se ha independizado.
La muchacha se presta una vez m¨¢s a una sesi¨®n de fotos y a las mismas preguntas de los repetitivos periodistas. Nada personal. Llega la hora de comer.
-Tu madre te estar¨¢ esperando abajo...
-?Abajo? ?Y por qu¨¦ no ha subido?, se revuelve inmediatamente.
Adora a su madre y a sus gatos, y le gusta leer. Ahora va a empezar lo ¨²ltimo que ha publicado Boris Izaguirre.
-Bueno, as¨ª que querr¨ªas ser administrativa... En cualquier empresa, ?no?
-No, en Moncloa.
Bien, bien.
Lejos de las luces del estrellato hay muchos discapacitados que han conseguido un trabajo. A veces en la Administraci¨®n P¨²blica, a veces en las empresas. Desde 1982, la LISMI (Ley de Integraci¨®n Social del Minusv¨¢lido, entonces se les llamaba as¨ª) obliga a las empresas de m¨¢s de 50 empleados a reservar un 2% de sus puestos de trabajo para discapacitados. No se cumple, y los datos se pierden de nuevo, esta vez en la mara?a de 17 comunidades aut¨®nomas. Este incumplimiento puede sancionarse con multas que oscilan entre 300 y 90.000 euros, ya sean las faltas leves, graves o muy graves. "Sabemos que ese 2% no se cumple, pero no tenemos todos lo datos, hay comunidades que han hecho un gran esfuerzo, como Canarias, y otras, como Madrid, que el a?o pasado empez¨® a insistir e informar a las empresas de m¨¢s de 500 empleados para que contraten a este colectivo, cuando el tope es 50", explica Nuria Garc¨ªa, gerente de la asociaci¨®n para el empleo de Feaps, la confederaci¨®n para las personas con discapacidad intelectual, que son los que tienen m¨¢s dificultades para encontrar empleo.
Otra fundaci¨®n, Equipara, nacida para fomentar el empleo en este colectivo, asegura que s¨®lo el 14% de las empresas cumple con la reserva de plazas. Son datos que da por buenos el Cermi, la gran plataforma de defensa de estas personas, que aglutina m¨¢s de 4.500 asociaciones y entidades que representan a los 3,8 millones de discapacitados.
En la Administraci¨®n P¨²blica la cosa pinta mejor, pero falta por hacer. El Gobierno elev¨® al 5% la reserva de plazas en las oposiciones, pero las trabas para el colectivo a¨²n son muchas. El Cermi ha pedido que este porcentaje suba hasta el 7% y que los puestos sin cubrir se acumulen para posteriores convocatorias. "Siempre ponemos el mismo ejemplo: para ser bedel se necesita aprender la Constituci¨®n, y eso deja fuera a muchos de los nuestros. No hay materiales adaptados para ellos, de lectura f¨¢cil, a pesar de que se ha avanzado en medidas de este tipo", asegura Nuria Garc¨ªa. Es cierto. Los ex¨¢menes suelen dise?arse de tal forma que los aspirantes con discapacidad cuenten con m¨¢s tiempo para hacerlos o con material adecuado (piensen en sordos o ciegos, por ejemplo).
"Pasar del 2% al 5% en la Administraci¨®n P¨²blica casi ha triplicado el acceso de estas personas a un empleo", dice la socialista Mar¨ªa Jos¨¦ S¨¢nchez Rubio, portavoz de su partido para las pol¨ªticas integrales de la discapacidad. Y cita los 3.700 millones de euros comprometidos hasta 2012 para sacar adelante la Estrategia Global de Acci¨®n para el Empleo de Personas con Discapacidad.
Eso significar¨¢ incentivos para las empresas, aunque ya los tienen, y en algunos casos las bonificaciones por las cuotas a la Seguridad Social alcanzan el 90% o el 100% si son centros especiales de empleo. Pero tambi¨¦n en este asunto parecen pesar como plomo los muchos a?os en que a los discapacitados se les llamaba por otros nombres. Los empresarios no acaban de verlo. "Hace falta mucha educaci¨®n y funciona muy bien el boca a boca, porque cuando los contratan se dan cuenta de lo bien que trabajan", dice Nuria Garc¨ªa. "Este colectivo tiene menos bajas laborales, en contra de lo que piensa la gente que asocia discapacidad con enfermedad", remacha la socialista S¨¢nchez Rubio. ?Por qu¨¦? "Quiz¨¢ les ocurre como a las mujeres, que les ha costado tanto tener lo que tienen que se emplean a fondo en ello", aventura.
Por discapacidad perciben las empresas las mayores bonificaciones de todas las que se dan, pero ah¨ª siguen las cifras de paro. De los dos millones de discapacitados en edad de trabajar, apenas un 32% se encuentra en situaci¨®n activa y soportan una tasa de desempleo del 26%, frente al 16% de la poblaci¨®n general. Muchos, ya se dijo, no podr¨¢n estar nunca preparados para el trabajo, pero otros tienen que ir saliendo al mundo de los jefes y los compa?eros, del caf¨¦ y la comida, y de la vuelta a casa en autob¨²s, o en metro.
Los cinco dedos de la mano derecha le faltan a Nadia Mazzei desde que naci¨®. "Soy discapacitada, pero eso no me incapacita", dice. Y lo confirma su empleo en una empresa de teleoperadores, y otros anteriores en la hosteler¨ªa, cara al p¨²blico. "Yo siempre digo que puedo hacerlo todo y luego me busco la vida, lo hago un poco m¨¢s despacio o pido ayuda, y a veces, lo que no puedo hacer, me empe?o y lo hago". Est¨¢ estudiando Sociolog¨ªa, que la "engancha". Tiene 22 a?os y acaba de recibir una oferta como administrativa, que aceptar¨¢ encantada para que el alquiler deje de ahogarla. Cuando era chica, los ni?os le hac¨ªan chuflas en el colegio -"ya sabes lo crueles que son"-, "pero los mayores no se fijan en esos detalles".
Los estudios que menciona Nadia son fundamentales para elevar la tasa de empleo. Pero el colectivo de discapacitados, tanto intelectuales como f¨ªsicos, no ha gozado nunca de un acceso fluido a las aulas universitarias. Pero baste un dato: los que tienen formaci¨®n superior alcanzan una tasa de actividad del 62,4% y de empleo del 50,7%. No todos tendr¨¢n capacidad para llegar hasta ah¨ª, pero cabr¨ªa mejorar su formaci¨®n y ocupaci¨®n en niveles inferiores. Es especialmente preocupante que en algunos casos sean ciertas barreras f¨ªsicas las que impidan a personas inteligentes llegar lejos en sus estudios. Eso, como cuando se trata de dificultades econ¨®micas, es desperdiciar talento.
Pero durante a?os, el talento, mucho o poco, se ha medido por la apariencia f¨ªsica, ya sea una silla de ruedas o unos ojos rasgados. ?sa es la raz¨®n por la que una muchacha que se levanta para ir al trabajo, que llega a su casa y recuerda a su compa?era de piso que no haga tanto ejercicio en la cinta de gimnasia sin haber comido nada, que se pone sus pantuflas y se tiende a ver la tele o a leer un rato (?alguien se reconoce?), tenga las puertas cerradas cuando busca empleo, por la forma de su cara.
Y que todos estos j¨®venes est¨¦n condenados a¨²n a ilustrar los calendarios para incentivar la contrataci¨®n en las empresas. "Se necesita un cambio de mentalidad", recuerda Nuria Garc¨ªa. Con el trabajo llegar¨¢ la integraci¨®n social.
Izaskun todav¨ªa est¨¢ deslumbrada por los focos, se aturde con las preguntas sobre su pasado o su futuro, interroga con la mirada a las tutoras porque sabe que las preguntas personales no debe contestarlas. ?sas se quedan para ella, su madre -la persona que adora- y sus hermanas. La que est¨¢ en Tanzania la ha visto en la tele por Internet, pero pronto la ver¨¢ en persona, porque es el viaje que Izaskun tiene en mente. Si un nuevo empleo como administrativa no le obliga a aplazarlo.
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