El paro se acelera

El n¨²mero de desempleados registrados en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (Inem) aument¨® durante el mes de enero en casi 199.000 personas y el n¨²mero de parados registrados alcanza los 3.327.801. Aunque no conviene solapar las estad¨ªsticas del Ministerio de Trabajo con las de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) como si fueran acumulativas, lo cierto es que los datos del Inem ratifican que la econom¨ªa espa?ola est¨¢ acelerando la generaci¨®n de paro. Esta aceleraci¨®n puede acarrear notables costes econ¨®micos -el subsidio de paro costar¨¢ este a?o m¨¢s de 25.000 millones, 6.000 millones m¨¢s de lo presupuestado- y un aumento del malestar social.

No es de extra?ar que las autoridades econ¨®micas empiecen a admitir que el desempleo puede afectar a m¨¢s de cuatro millones de personas. Los c¨¢lculos mejor fundados pronostican que, en t¨¦rminos de EPA, el paro afectar¨¢ este a?o a unos 850.000 trabajadores m¨¢s, con lo cual el n¨²mero total de desempleados superar¨¢ los cuatro millones. Es cierto que algunos factores pueden desacelerar el ritmo de paro; por ejemplo, el descenso del coste del dinero, la mejora de la relaci¨®n de intercambio con el exterior o una reducci¨®n de los salarios. Pero el hecho hoy es que el mercado de trabajo atraviesa por un estrangulamiento m¨¢s grave que el de las ¨²ltimas crisis. Las comparaciones, siempre odiosas, indican que el empleo cay¨® a una tasa media anual del 5% en 2008 y caer¨¢ al 4,9% en 2009, cuando en el peor momento de la recesi¨®n anterior, en 1993, lo hizo a un ritmo del 4,5%.

Hasta ahora, los damnificados por el paro proceden de la contrataci¨®n temporal; pero durante este a?o puede empezar a destruirse mucho empleo fijo. El Gobierno se aferra a una sola tabla de salvaci¨®n: que las casi 32.000 obras p¨²blicas del plan de inversiones municipalizadas empezar¨¢n a crear los 300.000 empleos prometidos. De nuevo, agobiado por unas estad¨ªsticas p¨¦simas, el equipo econ¨®mico se escuda detr¨¢s del voluntarismo y augura que en dos meses empezar¨¢ a generarse empleo. Lo malo es que esas predicciones no est¨¢n fundadas. Aunque las inversiones a trav¨¦s de los municipios est¨¦n bien concebidas, est¨¢n hu¨¦rfanas de gesti¨®n. Carecen de coordinaci¨®n, seguimiento y an¨¢lisis de rentabilidad en relaci¨®n con el gasto aplicado. El Gobierno necesita disponer de un plan B; y si est¨¢ ya pensando en uno, apretar el acelerador.