La restricci¨®n del cr¨¦dito bancario abre el camino a los pr¨¦stamos P2P
Las empresas exigen tener la residencia y una cuenta en el pa¨ªs de la firma que da el servicio - Dos ex empleados de banca fundan Comunitae, primera compa?¨ªa espa?ola de P2P 'lending' -El reto es dar confianza
Cuando las entidades financieras cierran el grifo, hogares y peque?as empresas se ahogan por falta de liquidez. En el tercer trimestre del pasado a?o, los pr¨¦stamos a familias y empresas cayeron el 95% y el 58%, respectivamente, comparado con el mismo periodo del 2007. El 20% menos en todo el a?o, seg¨²n DBK. Y no se ha tocado fondo.
Donde unos huelen peligro, otros buscan oportunidades. "Las cifras demuestran que la crisis est¨¢ beneficiando a la financiaci¨®n P2P. El n¨²mero de prestamistas y prestatarios est¨¢ creciendo" explica Arturo Cervera, cofundador junto a Jos¨¦ Miguel Rotaeche, ex directivos de banca, de Comunitae, la primera compa?¨ªa de pr¨¦stamos online entre personas que comenzar¨¢ a operar en Espa?a en el segundo trimestre de 2009. El requisito b¨¢sico para utilizar un servicio de pr¨¦stamo P2P es residir y tener una cuenta abierta en el pa¨ªs de la empresa que ofrece el citado servicio.
El funcionamiento ser¨¢ similar al de sus precursores en Europa y EE UU. Comunitae clasifica a los prestatarios seg¨²n su grado de riesgo de impago. Para ello, acude a la lista de morosos de la asociaci¨®n nacional de establecimientos financieros de cr¨¦dito (Asnef). Y a organismos de an¨¢lisis de riesgo como Equifax o Experian. S¨®lo aquellos con un grado de riesgo adecuado son admitidos. Una vez remiten en papel la documentaci¨®n b¨¢sica (fotocopia del DNI, n¨®minas, etc¨¦tera), comienza la puja por la demanda.
Si alguien pide 3.000 euros a un tipo m¨¢ximo del 9%, cualquier desconocido podr¨ªa prestar la cantidad que desee por debajo de ese inter¨¦s. Al final, el prestatario escoger¨¢ las mejores ofertas. En principio, todos ganan. Los inversores se embolsan una rentabilidad media entre el 6% y el 7%, y los prestatarios obtienen el ansiado dinero a un inter¨¦s entre uno y dos puntos porcentuales menor respecto a un banco o caja tradicional.
Al igual que las l¨ªderes del sector, Zopa y Lending Club, Comunitae cobrar¨¢ comisi¨®n a unos y a otros por la operaci¨®n. Al no conceder el cr¨¦dito, sino intermediar entre personas, no estar¨¢ sujeta a regulaci¨®n del Banco de Espa?a. Es una ventaja al establecer el negocio, pero un problema para sembrar confianza. Porque siempre surge la inevitable duda: qui¨¦n garantiza el dinero en caso de impago. Las compa?¨ªas de P2P online se desentienden. Seg¨²n Cervera, aunque las cifras de impago son bajas, el prestamista debe ser consciente del riesgo que va a correr. "En establecimientos financieros de cr¨¦dito las tasas de impago rondan el 5%. Nosotros queremos mantenerla por debajo del 0,5% en los pr¨¦stamos de mejor clasificaci¨®n". Algo que Zopa ya ha conseguido.
Sin embargo, con el aumento de la morosidad, la dificultad ahora es atraer a prestatarios de bajo riesgo. "Cada vez recibimos m¨¢s solicitudes de gente muy endeudada y las tenemos que rechazar", explica Andrews, quien asegura que las tasas de impago en su web no superan el 0,4%.
Claves: riesgo y confianza
Ganarse la confianza del internauta para realizar transacciones delimitar¨¢ la frontera entre el ¨¦xito y el fracaso. Especialmente en Espa?a, donde la banca online va con retraso. El 51% de los hogares espa?oles dispone de acceso a banda ancha, pero s¨®lo el 31% de los internautas (frente al 45% en la UE de los 25) realiza operaciones financieras en Internet.
El perfil averso al riesgo de los prestamistas espa?oles ser¨¢ el otro obst¨¢culo del P2P lending. Seg¨²n JP Morgan Asset Management, s¨®lo el 9% participa en fondos de inversi¨®n y el 8% se decanta por la renta variable. La mayor¨ªa prefiere las cuentas de ahorro, los planes de pensiones y los dep¨®sitos a plazo fijo. Menor rentabilidad pero apuesta segura. Especialmente en tiempos de fraudes financieros y quiebras bancarias. "Ser¨ªa pretencioso negar que el P2P lending es un mercado de nicho, hay potencial pero queda mucho por desarrollar", reconoce Rotaeche. Los bancos todav¨ªa lo ven como un juego de ni?os. Para suponer una amenaza, la nueva competencia deber¨ªa ara?arles al menos el 1% del mercado de cr¨¦dito al consumo, estimado en 63.000 millones de euros en Espa?a a finales del 2008, seg¨²n DBK.
La banca social de la CAN
La auditora Gartner apunta una previsi¨®n optimista para la banca c¨ªvica. Asegura que la banca social, formada por la combinaci¨®n de productos financieros cl¨¢sicos y las nuevas tendencias sociales (comunidades, P2P lending, emprendedores sociales, entre otras...) capturar¨¢ el 10% del mercado de cr¨¦dito y planificaci¨®n financiera en el a?o 2010.
En nuestro pa¨ªs, s¨®lo algunas entidades comienzan a experimentar t¨ªmidamente con estos conceptos. Caja Navarra es una de ellas. Adem¨¢s de abrir canales en YouTube, Twitter y Friendfeed, utiliza la Red para ofrecer mayor transparencia a sus clientes sobre el destino de sus inversiones.
Bajo la lupa del regulador
A finales de noviembre la SEC americana orden¨® cerrar Prosper, la segunda web de pr¨¦stamos online en EE UU con m¨¢s de 125 millones de euros intermediados. "El problema de Prosper fue establecer una pol¨ªtica de riesgos muy permisiva que desemboc¨® en una tasa de impagos muy alta", explica Rotaeche. A ra¨ªz del estallido de las subprime, la SEC comenz¨® a mirar con lupa cualquier intermediaci¨®n monetaria. El primero en caer fue Zopa, que tir¨® la toalla en EE UU en octubre. "La SEC nos obligaba a tener todo extremadamente regulado: no pod¨ªas incluir comentarios en la web, no pod¨ªas mantener un blog... era casi imposible operar", explica Giles Andrews.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.