Los ¨²ltimos papeles de Cort¨¢zar
La viuda y un estudioso del autor descubren en una c¨®moda familiar cientos de p¨¢ginas de in¨¦ditos - El material, que completar¨ªa su obra, se publicar¨¢ en mayo
Cuando fallece un escritor, tarde o temprano acaba saliendo una c¨®moda de alguna parte. La de Julio Cort¨¢zar (1914-1984) estaba tan llena de papeles que sus cinco cajones no se pod¨ªan ni abrir. A duras penas lograron hacerlo, el 23 de diciembre de 2006, Aurora Bern¨¢rdez, viuda, albacea y heredera universal del autor argentino de 86 a?os, y Carles ?lvarez, estudioso y loco cortazariano encantado con esa sorpresa.
Huelga decir que ?lvarez dej¨® su trabajo en la Administraci¨®n y se dedic¨® a ordenar los materiales, en estrecha colaboraci¨®n con la viuda. Necesit¨® un a?o para hacer un inventario de 100 folios que rese?aban unos 750 objetos. "En los tres primeros meses sal¨ªa a un in¨¦dito por d¨ªa", dice ?lvarez a¨²n con incredulidad. El resultado ser¨¢, en mayo, un libro impagable y de inevitable t¨ªtulo, Papeles inesperados, que editar¨¢ Alfaguara y cuyas credenciales son un fest¨ªn de aut¨¦ntico cronopio: 11 relatos nunca incluidos en obra alguna, un cap¨ªtulo in¨¦dito de Libro de Manuel, 11 nuevos episodios del personaje que protagoniz¨® Un tal Lucas, cuatro autoentrevistas, 13 poemas in¨¦ditos... En total, un volumen de unas 450 p¨¢ginas, much¨ªsimas in¨¦ditas. El mejor homenaje al autor a los 25 a?os de su muerte, que se cumplen el pr¨®ximo jueves.
Es el homenaje perfecto al literato a los 25 a?os de su muerte
"Se ve la evoluci¨®n de la persona y del escritor", dice su editora argentina
Sorprende que conservara estos papeles alguien que nunca les dio valor, hasta el extremo de que en vida vendi¨® muchos a universidades de Estados Unidos como Texas y Princeton. De ah¨ª que para la elaboraci¨®n del libro se consultaran tambi¨¦n esos fondos. Aunque la gran mina hayan sido, seguramente, los papeles que la madre del escritor pose¨ªa. Los mismos que el autor de Rayuela quer¨ªa quemar y que Bern¨¢rdez conserv¨® con esmero.
As¨ª se explica que haya aparecido, por ejemplo, el Discurso del d¨ªa de la Independencia, texto de 1938 donde el siempre brillante alumno, el abanderado de la clase (8,7 de nota media, seg¨²n ?lvarez), recit¨® a sus compa?eros y profesores.
Otra perla temprana es el relato Los gatos, desde ya uno de los m¨¢s antiguos que se conservan (enero de 1948) y en el que, para sorpresa de todos, demuestra ya una de las cualidades de sus cuentos importantes: la di¨¦gesis o "esa facilidad de Cort¨¢zar por hacer que el narrador salte de personaje sin que el lector se d¨¦ cuenta si no est¨¢ muy atento", aclara el editor. El atributo del relato m¨¢s sorprendente y "de una comicidad irresistible", seg¨²n Bern¨¢rdez, se lo lleva el in¨¦dito Manuscrito hallado junto a una mano, sobre un mel¨®mano con dones insospechados. Uno de sus personajes es Pau Casals.
En cuanto al cap¨ªtulo in¨¦dito de la novela Libro de Manuel, la hip¨®tesis es que no fue incluido en el volumen "por redundante y por su alto contenido er¨®tico".
En los cajones aparecieron tambi¨¦n las tres historias de cronopios que quedaron sueltas (Never stop the press, Vialidad y Almuerzo, que fueron presentadas la semana pasada en edici¨®n de bibli¨®filo), as¨ª como los 11 nuevos episodios protagonizados por el poli¨¦drico personaje de Un tal Lucas (1979), especie de ¨¢lter ego de Cort¨¢zar. Lucas, las cartas que recibe y, sobre todo, Lucas, sus erratas (donde el susodicho se obsesiona con ellas, cree que degeneran en ratas y, para pillarlas, encarga a un miniaturista japon¨¦s una ratera especial) ser¨ªan, en opini¨®n de ?lvarez, los m¨¢s felices.
La amistad y bonhom¨ªa que caracterizaban a Cort¨¢zar le imped¨ªan negarse a escribir para y sobre sus amigos. Una decena de esos textos (sobre el soci¨®logo ?ngel Rama, la cantante y actriz Susana Rinaldi...) se unen a otros 11 sobre sus otras grandes inquietudes: la pintura, la escultura y la fotograf¨ªa. Aparecieron en revistas de todo calibre, calado y geograf¨ªa.
La capacidad de ingenio de Cort¨¢zar ha desbordado a su viuda y al estudioso durante todo el proceso. Tanto, que se han visto obligados a abrir en el libro un cap¨ªtulo con textos inclasificables, "puro Cort¨¢zar", fascinantes juegos verbales que llegan a la categor¨ªa de epigramas.
Como la metaliteratura iba intr¨ªnseca en el personaje, tampoco ha de sorprender que entre los papeles aparecieran cuatro autoentrevistas. En tres de ellas, quien interpela al escritor es un d¨²o sarc¨¢stico que relativiza todo lo que dice: los buscavidas porte?os Calac y Polanco que Cort¨¢zar no se pudo sacar de encima desde que les hizo aparecer en la novela 62, modelo para armar.
Am¨¦n de 36 art¨ªculos sobre literatura, pol¨ªtica, viajes i altri (su discurso del acto en que recibi¨® la nacionalidad francesa, por ejemplo), el volumen se cierra (siempre en orden cronol¨®gico dentro de cada apartado), con 13 poemas in¨¦ditos. Una faceta que el cuestionamiento de sus allegados le hizo mantener en un falso limbo. Sin embargo, en 1956 se compr¨® un mime¨®grafo (un antecedente de las fotocopiadoras de hoy) y con ¨¦l fue haciendo "copias manuales" de sus composiciones po¨¦ticas para sus amigos. Uno de esos juegos ha nutrido en buena parte el libro.
El valor de Papeles inesperados es, en opini¨®n de quienes lo conocen, una aportaci¨®n definitiva en lo humano y lo literario. "El arco vivencial de Cort¨¢zar aqu¨ª reflejado va desde principios de los a?os treinta hasta casi 1984; por eso nos permite ver desde el personaje m¨¢s engolado al m¨¢s l¨²dico, del Cort¨¢zar profesor de provincias al m¨¢s pol¨ªtico, comprometido y cr¨ªtico", apunta Julia Saltzmann, editora responsable de Alfaguara en Buenos Aires. "Para m¨ª es, junto con la correspondencia, el otro gran texto autobiogr¨¢fico, donde se ve la formaci¨®n de la persona y del escritor; del precort¨¢zar al Cort¨¢zar famoso", a?ade.
"Como hay textos de todos los g¨¦neros y todos los tiempos, se puede viajar de esa prosa grandilocuente juvenil del personaje, con un punto incluso cursi, a esa liberaci¨®n ret¨®rica del castellano que personific¨® en uno de los casos m¨¢s extraordinarios en la literatura del siglo XX", opina ?lvarez. Y, para cuando en mayo aparezca el libro simult¨¢neamente en Argentina y Espa?a, emplaza, como demostraci¨®n, a la lectura de Un cronopio en M¨¦xico, una visita que el escritor realiz¨® al pa¨ªs norteamericano en 1975.
Si bien nunca se puede decir nunca jam¨¢s, ?lvarez no cree que puedan aparecer ya muchos in¨¦ditos cortazarianos. O sea, que da pocas esperanzas a que aparezca Soliloquio, la novela juvenil de 600 p¨¢ginas, que, en cualquier caso, en ese manantial que fue la c¨®moda de Par¨ªs, no estaba.
M¨¢s tesoros
Si bien es posible que todas las c¨®modas <cortazarianas est¨¦n ya vac¨ªas, los coleccionistas podr¨¢n gozar a¨²n, a rebufo de las celebraciones de los 25 a?os de la muerte del autor, de algunas joyas seudoin¨¦ditas:
- Un corregido. Cort¨¢zar no consigui¨® corregir las pruebas de imprenta del poemario Salvo el crep¨²sculo antes de morir. El libro sali¨® un mes despu¨¦s del fat¨ªdico d¨ªa. Ahora, Alfaguara lanzar¨¢ entre marzo y abril una edici¨®n a partir de los mismos manuscritos que fueron a imprenta; por lo visto, durante el proceso, algunos cronopios, tan propios de su autor, hicieron de las suyas.
- El doble de cartas. La correspondencia del escritor argentino re¨²ne unas 780 misivas. Aunque hay interlocutores de la talla de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Octavio Paz e Italo Calvino, entre otros, Cort¨¢zar no guard¨® casi nada. Por suerte, los otros s¨ª lo hicieron. C¨®mo no, ?lvarez, editor de Papeles inesperados, en su labor de hormiga, ha hallado unas cuantas cartas m¨¢s: en total... ?875! El doble de las hasta hoy conocidas.
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