India fuera de s¨ª
Vibrante, energ¨¦tico, experimental, ansioso, fren¨¦tico, pero sobre todo diverso. El arte contempor¨¢neo de India vive uno de sus mejores momentos y empieza a ser valorado internacionalmente. Tras el boom del arte de China, el de India se abre camino: irrumpe cada vez m¨¢s en exposiciones, ferias y subastas alrededor del mundo y los expertos viajan al subcontinente a la caza de nuevos talentos. Aparte de la nacionalidad, los artistas tienen muy poco que los agrupe como generaci¨®n. Como todo en India, un pa¨ªs que aglutina las m¨¢s diversas religiones, formas de vida y lenguas, "el arte es diverso por naturaleza", explica Bose Krishnamachari, el comisario de India en Arco. "Para Panorama: India no me decid¨ª por un tema en particular, sino m¨¢s bien por mostrar a una serie de autores que tienen diferentes funciones dentro de la escena art¨ªstica", dice en su estudio de Bombay a punto de partir para Madrid. Acepta que su tendencia es apostar por los artistas j¨®venes: "Me gustan porque hacen m¨¢s b¨²squedas, proponen cosas nuevas y crean confusi¨®n en el espectador". Sin embargo, muchos de los artistas que se mostrar¨¢n en la feria tienen ya una gran proyecci¨®n internacional, por ejemplo, el "ni?o de oro" Subodh Gupta, Atul Dodiya, Vivan Sundaram, Riyas Komu o Shilpa Gupta.
El enriquecimiento de ciertos sectores del subcontinente ha beneficiado la explosi¨®n de la creatividad, y el arte ha subido mucho su precio
"?ste es un momento muy emocionante para ser artista en India: estamos en el centro de atenci¨®n porque de alguna forma nuestro pa¨ªs est¨¢ de moda. Tambi¨¦n porque aqu¨ª est¨¢n pasando muchas cosas que nos hacen cuestionarnos y experimentar". Es la opini¨®n de la artista Shilpa Gupta, que a sus 33 a?os es muy reconocida en el mundo por sus trabajos interactivos y multimedia, que pasan los l¨ªmites f¨ªsicos de las galer¨ªas. En ellos, explora la perspectiva, c¨®mo vemos, c¨®mo entendemos y qu¨¦ es lo que recordamos. Para Gupta, la p¨¦rdida de identidad que para muchos representa la globalizaci¨®n no es ning¨²n problema: "Me parecer¨ªa muy sospechoso encontrar en mis trabajos el componente indio-kitsch. Mi realidad, la de vivir en Bombay, est¨¢ m¨¢s cerca de la de otras ciudades cosmopolitas como Par¨ªs o Londres que de la de la aldea que s¨®lo est¨¢ a 200 kil¨®metros".
Adem¨¢s de verse a s¨ª mismo como artista, Riyas Komu se considera tambi¨¦n un activista. Est¨¢ preocupado por la pol¨ªtica internacional y uno de sus temas recurrentes es la migraci¨®n. "Este mundo pertenece a los migrantes", dice. La gente que abandona su lugar de nacimiento para ir a la ciudad, o que se marcha de su pa¨ªs, lleva internamente una fuerza muy grande -la esencia de su identidad- que le va a ayudar a abrirse paso en donde est¨¦, porque, al final, la humanidad comparte sus problemas centrales, opina.
Entre los artistas hay una infinita gama de temas, entre los que los expertos s¨®lo se atreven a nombrar como recurrente la urbanizaci¨®n e industrializaci¨®n y c¨®mo afecta a las comunidades. Por otra parte, coinciden en que esta generaci¨®n de artistas ha estado "demasiado mimada" porque se han visto beneficiados por todas partes: han vivido el c¨ªrculo virtuoso completo. El enriquecimiento de ciertos sectores del subcontinente ha beneficiado a la explosi¨®n de la creatividad y con esta abundancia el arte -que aunque siempre ha estado presente en la vida de los indios, se puso a¨²n m¨¢s de moda- empez¨® a subir much¨ªsimo su precio.
El reconocimiento comenz¨® a cruzar la frontera. Los indios que viven en pa¨ªses ¨¢rabes, en Estados Unidos y en Europa comenzaron a comprar arte de su pa¨ªs porque es relativamente asequible comparado con el occidental y lo sienten m¨¢s cercano culturalmente. Luego llegaron las subastas de Sotheby's y Christie's y las exposiciones en Basilea, Londres, Venecia, Par¨ªs
y Nueva York. As¨ª, los coleccionistas extranjeros han empezado a interesarse en India, incluidos algunos clave como Fran?ois Pinault, Charles Saatchi, Frank Cohen y Pierre Huber. El a?o pasado se logr¨® el r¨¦cord de precios de arte indio. Birth, de F. N. Souza, y La Terre, de S. H. Raza, fueron vendidas por 2,5 millones de d¨®lares.
"Siempre supe que muchos artistas indios podr¨ªan ser m¨¢s exitosos y visibles fuera que dentro de su pa¨ªs debido a la naturaleza conceptual y te¨®rica de sus trabajos". As¨ª explica por qu¨¦ fue uno de los primeros en llevar el arte indio al exterior Peter Nagy, artista y cofundador de una de las galer¨ªas de arte m¨¢s importantes en Nueva Delhi, Nature Morte, que trabaja con la galer¨ªa Bose Pacia en Nueva York.
Bas¨¢ndose en los resultados de las subastas, el mercado del arte indio es todav¨ªa peque?o. Sin embargo, ha tenido un boom espectacular en los ¨²ltimos cinco a?os. Pas¨® de vender unos 2,3 millones de d¨®lares en 2001 a m¨¢s de 140 en 2006, seg¨²n Anders Petterson, director de Art Tactic, compa?¨ªa londinense de investigaci¨®n del mercado del arte. Pero no ha salido inmune de la crisis econ¨®mica mundial y a pesar de comenzar muy bien el a?o pasado, el total anual cay¨® hasta aproximadamente 110 millones. "Ahora el futuro es incierto. Los niveles de confianza en el mercado de arte indio ha ca¨ªdo significativamente", dice Petterson. A pesar de este escenario, todos en India ven esperanza. "La crisis actual va a ser saludable porque los excesos ser¨¢n eliminados y el centro de atenci¨®n ser¨¢ el arte en s¨ª mismo", asegura Deepak Shahdadpuri, coleccionista e inversor en Saffronart, una galer¨ªa online y web de subastas de arte indio contempor¨¢neo. El artista Vivan Sundaram coincide en que es bueno que los precios est¨¦n bajando porque ahora los artistas se centrar¨¢n m¨¢s en la calidad que en el mercado.
En esta situaci¨®n el arte indio expande uno m¨¢s de sus brazos hacia el exterior y llega a Arco. Su objetivo es "sobre todo exponer" ante los coleccionistas espa?oles y europeos y abrir una peque?a ventana a Latinoam¨¦rica, seg¨²n los galeristas entrevistados. El a?o pasado, s¨®lo una galer¨ªa de arte indio, Bodhi Art, estuvo en la feria madrile?a. Vendi¨® el 30% de las obras que exhibieron, por unos 250.000 d¨®lares. "Fue una experiencia positiva y queremos explorar m¨¢s: no se trata de vender, sino de estar presentes y ser familiares", cuenta la directora para India y Europa, Sharmistha Ray.
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