Un mosaico de modernidades

Algo que cabe esperar de una exposici¨®n titulada India moderna es el cuestionamiento de la visi¨®n euroc¨¦ntrica del desarrollo de la modernidad como un curso unilineal. El comisario, Juan Guardiola, ha logrado enfatizar la diversidad de las modernidades (y de las incontables tradiciones) puestas en juego en el panorama -inabarcable- en ese inmenso subcontinente que es India a lo largo de los ¨²ltimos dos siglos. La muestra del IVAM se articula en seis secciones en las que, aun por orden cronol¨®gico, no dejan de evidenciarse las complejidades que en cada momento alimentaban ese universo. El recorrido empieza en el siglo XIX, entre el final de la Compa?¨ªa de las Indias Orientales y la incorporaci¨®n de la joya a la Corona: tiempos coloniales, en los que se introdujo a la vez el concepto occidental de las "bellas artes" y la fotograf¨ªa (¨¦sta destinada a la descripci¨®n de las posesiones imperiales: arquitecturas, paisajes, tipos), en la que destacaron Samuel Bourne y Felice Beato.

Ya en el siglo XX, se documenta la "modernidad" peculiar de los primeros destellos de cultura nacionalista, sobre todo en Bengala, donde predomin¨® el influjo de Tagore, fundador de Shantiniketan, centro educativo dedicado a la formaci¨®n de artistas en un entorno natural apacible, espiritual, y orientado entre la recuperaci¨®n de las tradiciones artesanales y el inter¨¦s por lo nuevo universal (Tagore llev¨® a India, en 1923, una exposici¨®n de la Bauhaus). Con aquellos esfuerzos se vincul¨® la obra de Jamini Roy o Nandalal Bose, combinando motivos vern¨¢culos con formas contempor¨¢neas. Caso aparte, en los a?os treinta, es el de Amrita Sher-Gill, "la Kahlo india", con sus delicados pero en¨¦rgicos retratos femeninos.

El acceso a la independencia de la "Madre India" en 1947, tras las marchas de Gandhi y bajo el Gobierno de Nehru, fue homenajeado por Cartier-Bresson, y sus tensiones fotografiadas por Werner Bishof. La pol¨ªtica de "no alineaci¨®n" y la voluntad de construcci¨®n de un Estado all¨ª donde no hab¨ªa sino una colonia dispersa y multi¨¦tnica produjo efectos culturales de ida y vuelta: artistas indios como el l¨²cido Husain (hoy perseguido por los integristas) o Newton Souza (agresivo retratista) hallaron reconocimiento exterior, mientras se invitaba a figuras americanas y europeas, anticipando el viaje inici¨¢tico a Oriente impulsado por el neobudismo contracultural (la Karma Cola) de los a?os sesenta. Finalmente, llama la atenci¨®n c¨®mo los cambios de modelos pol¨ªticos y art¨ªsticos en India, pero tambi¨¦n de Occidente en las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX, condujeron a orientaciones m¨¢s previsibles: la neofiguraci¨®n de Khakhar, el neoexpresionismo de Sheik, la pintura narrativa de Patwardhan, la crispada melancol¨ªa de Malani o la teatralidad de Nair, el populismo de Dodiya, el sesgo queer de Gupta. O las fotograf¨ªas y esculturas de Gowda (como la realizada con excrementos de vaca), las po¨¦ticas de Kapoor o de la gran maqueta urbana de hojalata de Upadhyay... Entre lo local y lo global (contando con la exclusi¨®n, la miseria y la violencia) parece que el arte indio tiende a corresponderse cada vez m¨¢s con el arte que domina la escena en el mundo. Supongo que tanto para bien como para mal.

India moderna. IVAM. Centro Julio Gonz¨¢lez. Valencia. Hasta el 15 de febrero www.ivam.es/