La verg¨¹enza
Primero te ignoran. Luego, niegan. Despu¨¦s te calumnian. A continuaci¨®n... Podemos prever, m¨¢s o menos, las secuencias en la reacci¨®n de los pol¨ªticos en el poder cuando un periodista destapa una gran verg¨¹enza. No es algo autom¨¢tico. No siempre se pone un precio a la honradez en el cargo p¨²blico. Nancy Killefer, elegida para un puesto clave en la Administraci¨®n de Obama, ha renunciado al descubrirse el impago de una tasa de 731 euros. ?sta y otras dos dimisiones preventivas no ensombrecen las esperanzas puestas en el nuevo presidente, tal como se han apresurado a propagar nuestros cascarrabias profesionales, ansiosos de probar una vez m¨¢s la ley universal de que todo es una pocilga y, en conclusi¨®n, que viva la mierda. Muy al contrario, Obama demuestra que va en serio en su programa ¨¦tico. Pero volvamos a Madrid. Hay muchas cosas extra?as, y otras no tanto, en el caso de las tramas de espionaje en la Comunidad. Por ejemplo, la actitud de los principales actores pol¨ªticos est¨¢ siendo previsible. Las facciones afectadas parecen haber llegado a un provisional pacto zool¨®gico. Caim¨¢n no come caim¨¢n o chivo que rompe tambor con su pellejo paga. Menos escr¨²pulos, al menos zool¨®gicos, parece tener una parte de la profesi¨®n period¨ªstica local. Hay programas que podr¨ªan poner como sinton¨ªa el afilar de los cuchillos, no porque piensen destripar la verdad, sino porque se disponen a despedazar a quienes han cumplido su misi¨®n de informar. En uno de esos "autos de fe", los valerosos colegas jaleaban las bravatas del consejero G¨¹emes y lo azuzaban para quemar en estatua al mensajero. Espeluznante. Record¨¦ otro glorioso momento de nuestra cultura. Fueron muchos los poetas que rivalizaron en cantar la gesta de cuando Felipe IV, en palabras del sabio D¨¢maso, "asesin¨® un toro con tiro de arcabuz". Nancy dimiti¨® por 731 euros. Creo que va siendo hora de preguntarnos aqu¨ª cu¨¢l es el precio de la verg¨¹enza.
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