Fresas con efectos especiales
VILLAMAGNA, grandes materias primas se al¨ªan con humos y trampantojos en una propuesta delicada, divertida y con ra¨ªces del 'chef' Eneko Atxa
Con una energ¨ªa irrefrenable, el joven Eneko Atxa, patr¨®n del restaurante vizca¨ªno Azurmendi, acaba de irrumpir en el renovado hotel Villamagna de Madrid en calidad de asesor gastron¨®mico. Un cocinero inventor, en la l¨ªnea del andaluz ?ngel Le¨®n, que con la ayuda de Juan Manuel Madariaga, catedr¨¢tico de Qu¨ªmica Anal¨ªtica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, ha realizado interesantes aportaciones a la cocina contempor¨¢nea.
En 2006 puso a punto un sistema para la disociaci¨®n de salsas, mientras que en 2008 ha desarrollado un m¨¦todo para la impregnaci¨®n de aromas naturales con el empleo de ultrasonidos. ?Cocina tecnol¨®gica? En absoluto. Tan s¨®lo un testimonio m¨¢s de la vinculaci¨®n entre ciencia y cocina. Para sus platos, Atxa utiliza grandes materias primas y se vale de efectos especiales (humos y trampantojos) que suscitan hilaridad y gestos de complicidad con los comensales, un play food divertido. Cocina delicada, que no renuncia a sus ra¨ªces, en la que se atisba la influencia de otros colegas, reflejo de la armon¨ªa profesional que preside la vanguardia.
Hotel Villamagna
PUNTUACI?N: 7,5
Castellana, 22. Madrid. Tel¨¦fono: 915 87 12 34. Cierra: domingos. Precios: entre 90 y 140 euros por persona. Men¨² Ra¨ªces, 90 euros. Men¨² Evoluci¨®n, 115 euros. Puerros asados al carb¨®n, 17 euros. Merluza en salsa verde, 36 euros. Cochinillo confitado, 32 euros. Fresas y rosas, 13 euros.
L¨¢stima que algunas de sus propuestas se acompa?en de consejos aburrid¨ªsimos. Manuales de instrucciones que los camareros recitan relativos al contenido de los platos y la manera de degustarlos. Dos men¨²s -Ra¨ªces (90 euros) y Evoluci¨®n (115)- permiten no elegir a la carta. En ambos casos, surtidos de tapitas exiguas que apenas alcanzan al grado de medias raciones. Para empezar, una deliciosa yema de huevo inyectada con jugo de trufa que recuerda una antigua t¨¦cnica de Carme Ruscalleda. Luego, percebes descascarillados de gusto yodado intenso, a los tallos de salicornia, que se realzan con extracto de esencia de mar.
Y despu¨¦s, unos exquisitos puerros asados al carb¨®n sobre caldo untuoso de garbanzos que evocan el naturalismo de Andoni Aduriz. No menos conmovedora resulta La Huerta, que rememora las crom¨¢ticas composiciones de Quique Dacosta: verduritas mini, brotes y flores, dispuestas sobre un compost terroso elaborado con polvo de remolacha. S¨²bitamente, el men¨² retorna a las ra¨ªces. Nada que objetar a la degustaci¨®n de sus cuatro bacalaos (pil-pil, club ranero, vizca¨ªna y en salsa de piquillos), salvo que la textura del pescado es algo fibrosa. Ni cabe hacer reparos a la paletilla de cordero o la de cochinillo cocinadas a baja temperatura, carnes algo compactadas que no entusiasman como los bocaditos anteriores.
El viaje goloso
Al final nada cambia con los dulces. Su prepostre Entre vi?edos, s¨ªmil de polvo de tierra elaborado con caf¨¦ y cacao salpicado de falsas uvas (sferificaci¨®n de vino), constituye un viaje por alg¨²n pago imaginario. La siguiente propuesta, fresas y rosas, con humos arom¨¢ticos incluidos, recuerda la famosa trilog¨ªa Ispah¨¢n (lichis, frambuesas y rosas) del gal¨¢ctico pastelero franc¨¦s Pierre Herm¨¦. Y como colof¨®n, una potente torrija susceptible de mejorarse. Al frente del nuevo comedor, de ambiente neoyorquino, con amplio derroche de espacio, operan los jefes de sala Marco Arreza y Alejandro Santofimia, que deber¨ªan pulir los movimientos del personal de sala, todav¨ªa muy desorientado. En suma, una apuesta dif¨ªcil, que arranca con buenos presagios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.