Crisis pol¨ªtica, colapso moral y desgobierno en Madrid
En tiempos de crisis, perplejidad e incertidumbre, la necesidad de la pol¨ªtica ha regresado con fuerza arrolladora a la escena social. Pero hay partidos y Gobiernos que se empe?an en desacreditarla cuando m¨¢s falta nos hace. Para superar los graves problemas que estamos sufriendo precisamos del retorno de valores b¨¢sicos, consistencia moral, liderazgo, confianza y capacidad de movilizaci¨®n social con objetivos compartidos. Todo ello falla ahora en el Gobierno de Madrid.
Saldremos de esta crisis de hoy, pero lo que nos encontraremos ma?ana, cuando hayamos sido capaces de recuperar el crecimiento y el empleo, ser¨¢ un mundo en buena medida distinto. Si hemos sido capaces de aprender en este duro trance, sabremos que no nos hemos topado s¨®lo con un profundo bache, y seremos conscientes de que camin¨¢bamos por una senda equivocada, en una direcci¨®n que hab¨ªa que cambiar. Si hemos tomado buena nota, recuperaremos principios arrinconados largo tiempo por el predominio del af¨¢n de enriquecimiento, el ego¨ªsmo individualista, la euforia consumista y la inconsciencia depredadora. Y devolveremos a la primera l¨ªnea de las prioridades los derechos, el reconocimiento del esfuerzo, el apoyo al riesgo y a la capacidad de emprender, la primac¨ªa de la cohesi¨®n social.
Exigiremos que la comisi¨®n llame a declarar a todos los presuntos implicados
No les dejaremos el campo libre, aunque jueguen con las cartas marcadas
Valores, gobierno, liderazgo, iniciativa: esas son las cuatro patas sobre las que apoyarnos para remontar la crisis que afrontamos. Lamentablemente, Madrid cojea estrepitosa y escandalosamente en tres de esas cuatro patas, se quiebra en todos aquellos apoyos que no proceden directamente de la propia sociedad. Un Gobierno cuyo proyecto no va m¨¢s all¨¢ de servirse a s¨ª mismo, un liderazgo reducidamente partidario en continua competencia por conseguir otro liderazgo distinto, pero igual de estrechamente partidario, y una acci¨®n pol¨ªtica absolutamente carente de valores. La sociedad madrile?a est¨¢ entre las m¨¢s sanas y din¨¢micas de Espa?a, pero tiene en su Gobierno enfermo el freno m¨¢s potente entre todas las comunidades aut¨®nomas.
Crece el paro sin que ese Gobierno a?ada apoyos que complementen los aportados por el Gobierno de Espa?a. Se reducen las oportunidades de nuestros j¨®venes por una educaci¨®n desatendida. Constituye ya un clamor social la queja por una sanidad deteriorada. Se hurtan los apoyos a miles de madrile?os dependientes. Se especula con el urbanismo y se ataca el medio ambiente. Cuestiones todas ellas que deber¨ªan constituir un programa de acci¨®n ambicioso para un Gobierno que estuviera interesado y dedicado a gobernar.
Pero, mientras tanto, por lo que sabemos, por lo que este mismo peri¨®dico ha desvelado, los dirigentes m¨¢s cualificados del Gobierno de Madrid han empleado sus mejores esfuerzos y dedicado sus mayores desvelos a actuar atentando derechos individuales b¨¢sicos, traspasando las m¨¢s elementales barreras de la ¨¦tica democr¨¢tica, pervirtiendo las obligaciones propias de los cargos p¨²blicos, pisoteando la legalidad, utilizando presumiblemente para ello recursos puestos a su disposici¨®n por todos los ciudadanos.
No es poca cosa que la mayor parte de esas conductas irregulares (de momento, las hasta ahora conocidas) se hayan producido en un proceso de espionaje entre ellos mismos; que se hayan entregado a una lucha mucho m¨¢s s¨®rdida que sorda; que se hayan empleado en lanzarse acusaciones mutuas; que hayan traficado con dossiers de cada una de las partes, apuntado su existencia o amenazado con desvelarlos.
El dedo de cada uno de ellos se?ala al otro, y en cada caso lo hacen con una mano distinta del mismo cuerpo, el del Partido Popular. Un cuerpo atormentando, descompuesto por una feroz lucha intestina entre sus miembros, alterado por un doble proceso infeccioso, el de cada uno por hacerse con el poder en Madrid y el de todos ellos por desplazar del poder a Rajoy. Un cuerpo febril, debilitado por los ataques entre quienes no se soportan y se temen porque se conocen demasiado bien entre s¨ª.
Espionaje en la lucha por el poder. Pero no s¨®lo o sobre todo. O, quiz¨¢s, s¨®lo instrumentalmente por el poder pol¨ªtico. Ya son m¨¢s que suficientes las informaciones, desveladas por EL PA?S y alg¨²n otro medio, que sacan a la luz conductas y decisiones m¨¢s que sospechosas en relaci¨®n con negocios, concursos, adjudicaciones, decisiones empresariales, subvenciones, reparto discrecional de recursos, etc¨¦tera. Ya se va configurando un puzle complejo de redes personales y familiares de poder, amistades provechosas, militancias muy rentables.
Primero, la decencia democr¨¢tica, despu¨¦s el saneamiento institucional, y finalmente la dignificaci¨®n de la pol¨ªtica, exigen informaci¨®n, transparencia, fiscalizaci¨®n y asunci¨®n de responsabilidad. Por eso y para eso los socialistas de Madrid hemos pedido la creaci¨®n en la Asamblea de una comisi¨®n de investigaci¨®n. Que no esperen que vayamos a cruzarnos de brazos, que vayamos a permitir que establezcan entre ellos una tregua temporal, un cese transitorio de hostilidades, un pacto de silencio a la espera de que escampe la tormenta. Que, aunque lo intenten desesperadamente, a costa del propio Reglamento de la C¨¢mara, no esperen imponer una comisi¨®n vac¨ªa de contenido, que les sirva de v¨ªa de escape de esta situaci¨®n. No permitiremos que se la use para tapar los agujeros negros de los responsables y gestores que hayan aprovechado la Administraci¨®n p¨²blica para realizar acciones ilegales.
Exigiremos que respondan los l¨ªderes madrile?os, pero tambi¨¦n que respondan los cargos nacionales del PP. Exigiremos que la comisi¨®n llame a declarar a todos y cada uno de los presuntos implicados en todas las denuncias que se han venido planteando en los medios de comunicaci¨®n; que se investigue la presunta existencia de una unidad de vigilancia especial en el Ayuntamiento de Madrid. Pero tambi¨¦n que acuda a la comisi¨®n el, durante d¨¦cadas, tesorero del PP, a entregar la informaci¨®n de que dispone y explicar el fundamento de sus sospechas sobre adjudicaciones irregulares y sobre la autor¨ªa del espionaje al que fue sometido; o que aclare Esperanza Aguirre el contenido de la reuni¨®n con Rajoy en la que fue advertida de la existencia de informes sobre sus vicepresidentes.
El PP dispone de mayor¨ªa absoluta en la Asamblea, y todo apunta a que quiere aplicarla "sin complejos" para capitidisminuir la comisi¨®n, envolverla en la opacidad, motorizar su desarrollo y concluir con una absoluci¨®n ya predicada a priori. Pero ¨¦se no es nuestro escenario. Nos opondremos a la aplicaci¨®n de una fecha de caducidad perentoria si la comisi¨®n no ha desarrollado satisfactoriamente su mandato. Y no permitiremos la aplicaci¨®n intolerablemente restrictiva de su funcionamiento. Pero no les dejaremos el campo libre, aunque jueguen con las cartas marcadas y cambien de reglas siempre que les convenga. Que se preparen para la permanente denuncia.
Nos estamos jugando las oportunidades de nuestra Comunidad, las condiciones de vida de los madrile?os, el futuro de nuestros hijos. Y, mientras tanto, los dirigentes del PP, los responsables del Gobierno, se miran entre s¨ª en vez de mirar a los problemas y las necesidades de la gente, miran a cada lado en vez de mirar de frente. As¨ª no se crea confianza. As¨ª se desestabiliza, se pone en serio riesgo la credibilidad de las instituciones. As¨ª no se puede liderar el cambio que necesariamente tenemos que afrontar.
Pero hay remedio, y est¨¢ en las manos y la voluntad de los ciudadanos ponerlo en marcha. Los socialistas madrile?os seremos rigurosos, incansables e implacables en el esclarecimiento de los hechos, en la b¨²squeda de la verdad, en la determinaci¨®n de responsabilidades y en la exigencia de que se asuman. M¨¢s all¨¢ de los trabajos de esta comisi¨®n, y paralelamente a nuestra tarea diaria de oposici¨®n, nos proponemos transmitir a los madrile?os y madrile?as que no hay lugar a la resignaci¨®n, que podemos acumular confianza, ilusi¨®n y capacidad, porque hay alternativa a este desconcierto.
Personalmente, tengo la certeza de que el buen gobierno volver¨¢ pronto a Madrid. Tengo plena confianza en el futuro, porque es posible salir juntos y reforzados de esta situaci¨®n, y tengo la determinaci¨®n de ofrecer las propuestas necesarias para atender a las preocupaciones, las inquietudes y los sue?os de la gente, de responder con transparencia y honradez a quienes miran a la pol¨ªtica pidiendo soluciones y no problemas a?adidos a los que ya sufren en sus vidas, a quienes exigen y esperan una pronta regeneraci¨®n ¨¦tica en el ¨¢mbito p¨²blico. Otro Gobierno es posible y podemos conseguir que sea incomparablemente mejor.
Tom¨¢s G¨®mez Franco es secretario general del Partido Socialista de Madrid
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