Sigue siendo la econom¨ªa, est¨²pido
La crisis econ¨®mica ha irrumpido con la fuerza de un temporal en el momento cr¨ªtico del proceso electoral y ninguno de sus protagonistas ha podido sustraerse a su embestida. La cadencia progresiva de despidos, expedientes de regulaci¨®n, quiebras de empresas y apuros generales ha borrado del escenario muchos de los problemas impostados que agitaban el debate pol¨ªtico entre nosotros y ha vuelto a situar el acento en el punto preciso: en la importancia de la pol¨ªtica como gesti¨®n de la cosa p¨²blica al servicio de los ciudadanos, y no ¨²nicamente como confrontaci¨®n ideol¨®gica dirigida a conseguir o mantener el poder.
Los quebrantos de la econom¨ªa est¨¢n permitiendo ya calibrar hasta qu¨¦ punto eran urgentes e imprescindibles debates que hasta hace pocas semanas se descargaban sobre la ciudadan¨ªa vasca con todo dramatismo. Los apremios de la realidad han desplazado de forma terminante ese decorado y nuestros pol¨ªticos-candidatos deben recomponer apresuradamente su papel. Adi¨®s al l¨ªder carism¨¢tico que nos pastoree hacia la tierra prometida. Lo que ahora demandan las circunstancias es un dirigente con capacidad de gesti¨®n, pr¨¢ctico, pegado al terreno, conocedor de las dificultades de la gente y capaz de atenderlas. Se impone de nuevo la consigna que James Carville, el estratega de la campa?a de Bill Clinton contra Bush padre en 1992, marc¨® en la pizarra a su candidato: ese recordatorio de (es) "la econom¨ªa, est¨²pido", luego tan versioneado.
Despu¨¦s de repartir la abundancia toca ahora administrar la escasez
El alcalde de Bilbao, el peneuvista I?aki Azkuna, lo tradujo a la escena dom¨¦stica el pasado lunes con su habitual facundia: el futuro Gobierno vasco va a tener que dejarse de la "filosof¨ªa" y la "poes¨ªa" -que cada uno llene de contenido pol¨ªtico ambas disciplinas-, para "centrarse en la econom¨ªa". Partiendo de esta consideraci¨®n, Azkuna descalific¨® al aspirante socialista a lehendakari, Patxi L¨®pez, por su falta de experiencia previa en la Administraci¨®n y abog¨® por la continuidad de Ibarretxe "porque hace falta un hombre que gestione". Quiz¨¢s sin quererlo, por favorecer al candidato de su partido, Azkuna le regal¨® un cumplido doblemente envenenado. Porque si por algo hay que caracterizar a los gobiernos tripartitos de Ibarretxe y a su ejecutoria como lehendakari no es precisamente por su aplicaci¨®n preferente a la gesti¨®n, sino por buscar ese destino que cree que le corresponde a este pueblo milenario.
Si hubiera que analizar la gesti¨®n que han llevado a cabo en esta d¨¦cada los departamentos gestionados por el PNV, EA y EB, habr¨ªa que hablar de tres gobiernos distintos, m¨¢s veces enfrentados que coordinados y con deficiencias graves en ¨¢reas tan sensibles al ciudadano como Educaci¨®n, Sanidad, Empleo, Cultura o Funci¨®n P¨²blica. La abundancia de recursos tra¨ªda por la pasada bonanza econ¨®mica, con incrementos anuales de la recaudaci¨®n fiscal que rondaban el 10%, ha maquillado comparativamente las ineficiencias en la gobernanza de una Administraci¨®n inflada e invasiva. Sin embargo, la ca¨ªda en una proporci¨®n similar de los ingresos tributarios, acompa?ada de una escalada de las demandas de ayuda por los damnificados de la crisis, est¨¢ cambiando radicalmente la situaci¨®n.
A la luz de los agobios de hoy se comprenden menos las alegr¨ªas desplegadas hasta la v¨ªspera. Unas alegr¨ªas en las que cabe tanto el obsesivo cultivo de la poes¨ªa identitaria como el populista y manirroto gesto de regalar 400 euros por cabeza cuando ya estaban sonando las trompetas del apuro. De repartir la abundancia hemos pasado bruscamente a tener que administrar la escasez para una ciudadan¨ªa que va a ser tanto m¨¢s exigente con los responsables p¨²blicos cuanto m¨¢s crezcan sus necesidades.
El cambio del panorama obliga a modificar perfiles y programas pol¨ªticos. Quien no aparezca preocupado por las tribulaciones y temores de la gente malamente puede aspirar a representarla. Y, as¨ª, la entrada de la crisis en campa?a ha conseguido en pocos d¨ªas lo que la direcci¨®n del PNV llevaba meses intentando infructuosamente mediante la persuasi¨®n y el esfuerzo del Think Gaur-Euskadi 2020: que el lehendakari Ibarretxe dejara en segundo plano su ocupaci¨®n monotem¨¢tica en la consulta y apareciera dedicado a la actividad del Gobierno en sus diferentes ¨¢reas de responsabilidad. La duda est¨¢ en si la hiperactividad de su candidato, presente de noviembre a esta parte en todos los sitios donde las instituciones y administraciones vascas empiezan, inauguran o celebran algo, ser¨¢ suficiente para borrar en el ¨¢nimo de los votantes la imagen de los diez a?os anteriores.
Sin embargo, no hay que desconocer que, por norma general, suelen ser las circunstancias las que definen el contenido de los liderazgos, por encima de la voluntad de los dirigentes. E Ibarretxe, aun traicionando su trayectoria e inclinaci¨®n personal, ha sabido leer que su futuro pol¨ªtico ya no pasa por devolver al pueblo vasco la soberan¨ªa perdida, sino por ofrecer a los ciudadanos dedicaci¨®n y esfuerzo para paliar los efectos de la borrasca econ¨®mica.
En apenas veinte d¨ªas conoceremos si la forzada reconversi¨®n de su liderazgo resulta convincente para los electores. Pero, suceda lo que suceda el 1 de marzo, resulta indiscutible que los contenidos y prioridades de la agenda pol¨ªtica van a ser muy diferentes de los que han predominado hasta ahora, por mucho que permanezcan los debates de fondo. Es la econom¨ªa, nunca ha dejado de ser la econom¨ªa, y precisamente por olvidarlo estamos en ¨¦stas.
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