Un ¨¦xito marca de la casa

Jornada 22. Victoria 19 del Bar?a, d¨¦cima consecutiva, 30? en 37 partidos. El Madrid, que lleva siete triunfos seguidos, contin¨²a a 12 puntos. Vald¨¦s s¨®lo encaj¨® un gol y se mantiene como portero menos goleado (16) mientras Eto'o se reafirma como pichichi del equipo m¨¢s goleador del torneo (68) despu¨¦s de marcar dos tantos m¨¢s (21). A cada partido se sucede la misma rutina, iniciada justamente en Gij¨®n (58 puntos y 67 goles desde la tercera jornada), y, sin embargo, los azulgrana se superan a diario, incluso cuando en la vigilia se pregunta al entrenador por una cierta fatiga del equipo, estresado por mezclar partidos de Liga y de la Copa, 11 en 37 d¨ªas.

Ayer, en el momento en que la hinchada ped¨ªa un par¨®n para recuperar fuerzas, despu¨¦s de que se conviniera que los artistas hab¨ªan perdido finura y lucidez, regres¨® el Barcelona m¨¢s art¨ªstico. La exquisitez del partido estuvo sobre todo en los detalles, como es normal cuando las victorias dejan de ser noticia, y especialmente en los goles, por no insistir en la coreograf¨ªa del colectivo, excelente ante un rival a¨²n muy tierno. El primer gol dur¨® 12 segundos por 16 el segundo, y ambos los firm¨® Eto'o, punto y final del equipo, un signo m¨¢s de la naturalidad con la que proceden los azulgrana, mientras que la gracia del tercer tanto estuvo en la violencia del remate de Alves. Imparable.

El equipo de Guardiola presion¨® tanto que el ritmo se hizo imposible para el rival

El despliegue del Bar?a result¨® finalmente tan arm¨®nico y sincronizado que incluso Messi pareci¨® un futbolista m¨¢s. La de ayer fue la jornada de los centrocampistas, reclamados todos para la selecci¨®n, una muestra m¨¢s de la salud de un equipo que est¨¢ dirigido por uno de los mejores medios de los noventa. El ideario de Guardiola sali¨® ayer especialmente reforzado a partir de una formaci¨®n tan atrevida como elegante e inteligente. La ausencia de un central capaz de garantizar la salida de la pelota, por las sanciones de M¨¢rquez y Piqu¨¦, condicion¨® la alineaci¨®n del Bar?a, que form¨® sin un pivote defensivo y reparti¨® a sus tres volantes en la divisoria. La presencia de Xavi, Busquets e Iniesta era un signo inequ¨ªvoco de que Guardiola apostaba por un partido abierto, desbocado si conven¨ªa, confiado en que el Sporting aceptar¨ªa encantado el intercambio de golpes, m¨¢s que nada porque jam¨¢s empat¨® un partido de Liga. Ayer, sin embargo, a los asturianos no les qued¨® m¨¢s remedio que contemporizar desde su cancha ante el apret¨®n azulgrana.

Atacaba el Barcelona con laterales, interiores y extremos y se defend¨ªa con nueve futbolistas el Sporting. Las ocasiones, de todas maneras, eran muy escasas al principio del encuentro. A los azulgrana les faltaba l¨ªnea de pase y el equipo parec¨ªa demasiado largo para un ataque est¨¢tico, quiz¨¢ porque ning¨²n medio atinaba a recular para tomar la bola. No hab¨ªa manera de ganarse un metro en el ¨¢rea rojiblanca ni tampoco de armar un remate. El partido estaba tan atascado que hasta Messi solt¨® un codazo en los morros de C¨¢mara cuando se sinti¨® acosado por el lateral. Nadie protest¨® en el Sporting.

Los muchachos de Preciado firmaron la derrota en cuanto se asomaron al ¨¢rea de Vald¨¦s. Alves rechaz¨® con la cabeza un c¨®rner forzado por el Sporting, Iniesta recorri¨® la cancha de punta a punta para abrir hacia Henry y el centro del franc¨¦s lo remat¨® Eto'o a la red desde el punto de penalti. Una contra de v¨¦rtigo, propia de manual, dif¨ªcil de mejorar por la conducci¨®n, la velocidad y la precisi¨®n de la jugada. El zaguero que ataca el cuero, el medio que progresa, el extremo que se abre para recibir y cruzar para la llegada del delantero centro, el disparo del 9 y el gol n¨²mero 100 de la temporada que sube al marcador. As¨ª de f¨¢cil, de exacto, de bonito. El gol enfebreci¨® al Barcelona.

La pelota no sal¨ªa del campo del Sporting. Presionaba el Bar?a con tanta determinaci¨®n que el ritmo de juego se hizo imposible para el adversario. Iban y volv¨ªan los azulgrana sin parar, siempre seleccionando sus remates, de tal manera que el segundo gol cay¨® despu¨¦s del tercer disparo. Messi filtr¨® la pelota para Eto'o y el camerun¨¦s resolvi¨® de forma contundente despu¨¦s de quebrar al central. El 2-0 fue igual de r¨¢pido y efectivo que en el 1-0. Y el 3-0 estremeci¨® al Camp Nou porque lo firm¨® el exuberante Alves con un disparo escalofriante a la salida de un regate preciso.

Finiquitada la contienda, al Sporting le qued¨® el consuelo de marcar el gol del honor, cosa que nadie reproch¨® por la debilidad que tiene el barcelonismo con el Sporting, por Quini, por las cartas de amor que se intercambian Guardiola y Preciado y porque Pitu Abelardo y Lucho Luis Enrique nacieron en Mareo. Al Bar?a le pod¨ªa haber dado un ataque de romanticismo ante tanto recuerdo. Opt¨® por lo contrario y se marc¨® un partidazo para responder a cuantos dudaban sobre su autoridad y categor¨ªa. Pocas veces hab¨ªa pensado tan r¨¢pido y jugado tan veloz, quiz¨¢ porque su cintura era m¨¢s fina que nunca, pues jugaban Iniesta, Xavi y Busquets, tres j¨®venes de la cantera. Un ¨¦xito marca de la casa.