El futuro de Israel, en manos de un mill¨®n de indecisos
El derechista Netanyahu mantiene una ligera ventaja en los sondeos sobre Livni
"Tengo buenas y malas noticias", dijo el sargento a la tropa. "La buena es que vais a cambiaros los calcetines sucios. La mala es que los intercambiar¨¦is entre vosotros". El analista pol¨ªtico Uri Avnery recurre al chiste para esbozar el panorama que afrontan los 5,27 millones de electores israel¨ªes que eligen hoy el Parlamento. Optar¨¢n por caras viejas, todos veteranos dirigentes que despiertan escasas simpat¨ªas y atesoran pocos logros. El pa¨ªs est¨¢ sumido en el desconcierto. Casi un mill¨®n de indecisos decantar¨¢n el resultado a favor de Benjam¨ªn Netanyahu, jefe del derechista Likud, o de Tzipi Livni, candidata del liberal Kadima.
Y votar¨¢n influidos por dos miedos: el temor a un Ir¨¢n nuclear inculcado con perseverancia y a una recesi¨®n econ¨®mica que en Israel llega con retraso. El expediente palestino, a diferencia de otras campa?as, se ha diluido.
Muchos expertos auguran un Gobierno de unidad nacional
Mucha gente duda. El hartazgo hacia una clase dirigente -el Likud ha fichado como estrellas a veteranos ex diputados como Benny Begin, hijo del ex primer ministro Menahem Begin, y al ex jefe del Estado Mayor Moshe Yaalon- que apenas provoca reacciones como la de Rinat, economista empleada en un banco: se tapa la nariz. Su colega de despacho tampoco se hab¨ªa decidido anteayer.
Los hay que dudan entre Los Verdes y el seudofascista Avigdor Lieberman, azote de los ¨¢rabes-israel¨ªes. O entre ¨¦ste y Livni, porque rechazan las pol¨ªticas neoliberales de Netanyahu ahora que la crisis econ¨®mica va a arreciar. Con semejante incertidumbre y lo ajustado de la disputa -un par de esca?os en favor del Likud (27) frente a Kadima (25)- el pron¨®stico es una aventura de riesgo.
Contribuye a la vacilaci¨®n la estrategia del mutismo aplicada por los candidatos. Mejor callar que meter la pata. La campa?a ha estado repleta de esl¨®ganes sin compromiso. Fuerte en econom¨ªa, fuerte en seguridad, rezaba el de Netanyahu, cuya actitud se asemeja a la del ex canciller sovi¨¦tico Andrei Gromiko, apodado Mr. No. "No devolveremos el Gol¨¢n a Siria", ha repetido. "No desmantelaremos asentamientos en Cisjordania", ha insistido. "No dividiremos Jerusal¨¦n", ha reiterado. Su rival, Livni, tampoco se ha mojado. Un l¨ªder diferente, es su lema.
Pocas propuestas y muchos ataques mutuos sobre la capacidad para ejercer el cargo de primer ministro han jalonado la campa?a que ha revelado dos tendencias firmemente consolidadas en la sociedad israel¨ª.
Sea cual sea el resultado, la derecha se consolida. Desde las elecciones que siguieron al magnicidio de Isaac Rabin (noviembre de 1995), que otorgaron el triunfo a Netanyahu en mayo de 1996, los laboristas s¨®lo gobernaron un periodo (1999-2001). El mandato de Ehud Barak, candidato de nuevo, acab¨® como el rosario de la aurora, y le sucedi¨® el halc¨®n Ariel Sharon. Y, en segundo lugar, crecen las voces que abogan por un vuelco en la legislaci¨®n para instaurar un r¨¦gimen presidencialista.
La ley electoral, que establece un sistema proporcional puro en un distrito ¨²nico, favorece el florecimiento de partidos. Con un efecto positivo: todos los sectores de la heterog¨¦nea sociedad israel¨ª -ultraortodoxos sefard¨ªes o ashkenazis, ¨¢rabes-israel¨ªes, los representantes de los colonos, laicos xen¨®fobos, laicos de izquierdas, liberales de centro, los inmigrantes de origen ruso- ostentan representaci¨®n en la Kneset. Pero con una secuela ineludible: la inestabilidad que aqueja al sistema pol¨ªtico.
Doce partidos contaban con presencia en la 17? C¨¢mara de la historia de Israel. No se prev¨¦n menos en la pr¨®xima. Y una soluci¨®n se augura, para muchos expertos, inevitable: la formaci¨®n de un Gobierno de unidad nacional que permitir¨ªa afrontar los desaf¨ªos venideros -el programa at¨®mico de Ir¨¢n y los estragos de la crisis econ¨®mica en un pa¨ªs estrechamente vinculado a Europa y EE UU- con garant¨ªas de que el patio pol¨ªtico mantiene prietas las filas.
Porque el eterno conflicto con los palestinos ha sido desde?ado. En marzo de 2006, en la convocatoria previa a las urnas, el primer ministro saliente, Ehud Olmert, propon¨ªa la retirada parcial de Cisjordania como ancla de su campa?a. Y s¨®lo hace un mes, la sociedad se manifestaba en bloque en su apoyo al castigo a Ham¨¢s y la destrucci¨®n de Gaza. Ahora, apenas vagas menciones. Retomar la negociaci¨®n o no es asunto marginal
Principales partidos
- Likud. Sondeos: 26-27 esca?os. L¨ªder: Benjam¨ªn Netanyahu. Orientaci¨®n pol¨ªtica: derecha.
- Kadima. Sondeos: 23-25 esca?os. L¨ªder: Tzipi Livni. Orientaci¨®n pol¨ªtica: centro-derecha.
- Yisrael Beiteinu. Sondeos: 18-19 esca?os. L¨ªder: Avigdor Lieberman. Orientaci¨®n pol¨ªtica: derecha radical.
- Laborista. Sondeos: 14-17 esca?os. L¨ªder: Ehud Barak. Orientaci¨®n pol¨ªtica: centro-izquierda.
- Otros. Ocho partidos menores lograron el 40% de los esca?os en las elecciones de 2006.
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